La economía, el arma para alejar las elecciones
PP y socios de izquierda mantienen la batalla en seguridad y defensa. Las divergencias en la coalición no rozan la previsión de crecimiento


Desde hace días no falta el recordatorio que el PP le brinda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la mañana. Los populares rememoran a través de vídeos muy reales cómo era y qué decía en 2018, antes de su exitosa moción de censura que le llevó a La Moncloa y cuando aún era líder de la oposición. Decía Sánchez hace seis años largos, desde la tribuna de oradores y los atriles de los actos de partido, que, sin Presupuestos, a Mariano Rajoy solo le cabía convocar elecciones. El entonces jefe del Ejecutivo logró sacarlos, finalmente, y se convino en que la legislatura estaba garantizada. No fue así. Dos semanas después, una moción de censura se llevó por delante al Gobierno popular, con Presupuestos incluidos. Sánchez no puede reprochar hoy al PP que le parafrasee y le espete continuamente que o Presupuestos o elecciones. Pero ese continuo recordatorio, caerá en saco roto. No habrá cuentas públicas, pero tampoco comicios. Su certeza en que la legislatura puede continuar, al menos actualmente, está basada en la línea sostenida de la buena marcha de la economía.
Las discrepancias con los socios de coalición —las últimas sobre el imperativo aumento del gasto en defensa— no alterarán, a decir de interlocutores gubernamentales, las previsiones de crecimiento económico. Hace apenas 10 días que el Banco de España elevó ligeramente las previsiones de crecimiento para 2025 y mantuvo tal como estaban las de 2026 y 2027. Un 2,7, dos décimas más, para este año, y fija en 1,9 y en un 1,7 los dos siguientes. Eso sí, precisa que tales apreciaciones técnicas están sujetas a “una extraordinaria incertidumbre”, dada la convulsa situación mundial. Los datos no difieren de los que manejan todos los organismos internacionales.
Estos números animan al Gobierno en medio de las turbulencias de la coalición; de la ausencia de certezas sobre el comportamiento político de Junts; de la oposición cada vez más enconada, en el caso de Podemos, y la más exigente de ERC, Bildu y BNG al irrumpir el debate y toma de posiciones sobre el aumento del gasto en defensa. Coalición Canaria mantiene su línea de acuerdos o desacuerdos pegada a su posición sobre cada asunto, habitualmente alejada de posiciones de marcado carácter ideológico.
Mantener la decisión y el discurso de que sin Presupuestos puede sostenerse la legislatura dependerá de la economía, apuntan en el Gobierno, convencidos de que así será. El crecimiento económico vendrá del empleo y de la productividad, y ambos vectores son halagüeños, en las conjeturas que transmite el Ejecutivo. Las discrepancias sobre la inversión en defensa no alterarán el curso de la economía, defienden en La Moncloa, a sabiendas de que vienen semanas harto complicadas. Este mismo miércoles se abrirá el primer debate general sobre las necesidades de defensa de la Unión Europea una vez que el continente está solo, sin el paraguas de los Estados Unidos, ocupado ya en entenderse con el presidente ruso, Vladimir Putin, y en zanjar con las concesiones que sean necesarias la guerra en Ucrania.
Los frentes a los que debe atender Sánchez están en las Cortes españolas y en Bruselas. Cómo convencer a los países de la Unión Europea y a la Comisión de que la aportación a la defensa que puede hacer España no solo debe medirse en el porcentaje del PIB, y a los socios de que el esfuerzo en “seguridad”, como reitera Sánchez para evitar el vocablo “defensa” —que evoca a armas—, no mermará el gasto social. No renuncia a conseguir una deuda conjunta europea, a préstamos concedidos a los estados miembros e, incluso, a transferencias como ocurrió durante la pandemia. Nada de esto ha conseguido aún, pero no piensa desistir, de la mano, en esta ocasión, de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, por las similitudes sociales y políticas de España e Italia.
No acompañará el PP al Gobierno ni dentro ni fuera de España en la estrategia sobre la dedicación del país a los gastos de defensa. Tampoco el Ejecutivo ha dado muestras de que quiera hacer partícipe a los populares de sus proyectos. De entrada, el PP puede moverse con soltura en la crítica, sin necesidad de ser muy explícito en sus propuestas, dada la cacofonía de la coalición de Gobierno. Los populares han contado ya a sus correligionarios europeos, por si no les llegó del todo la información, que la pasada semana los socios de gobierno, a propuesta del BNG, votaron una iniciativa a favor de la salida de España de la OTAN. Puro simbolismo, sin efectos prácticos, pero más que suficiente para poner en evidencia las enormes diferencias de concepto entre el PSOE y Sumar sobre la seguridad y defensa.
Todo un tanto precipitado, una vez que el mundo del bloque occidental se encuentra en una fase muy incipiente de la construcción de un nuevo orden de seguridad mundial. Sánchez cree que puede seguir siendo el representante del Gobierno de España en esta forzosa nueva etapa del caminar de la Unión Europea porque la economía otorga al país la estabilidad necesaria. El mensaje de que la excelencia de los últimos Presupuestos permitirá que con su prórroga España no se resienta está ya en marcha.
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