Sánchez no se rinde con los Presupuestos pero apunta que no saldrán
El presidente minimiza el choque con Sumar por el gasto militar: “Llevamos 40 años con esa discrepancia”


Pedro Sánchez tiene una dificultad muy evidente para plantear públicamente un escenario de derrota política, una especie de rendición sea cual sea el asunto a tratar. Con los Presupuestos de 2025, una cuestión decisiva que el Gobierno no logra sacar adelante, Sánchez ha hecho un gran esfuerzo en Bruselas por no entregarse, por mantener viva una cierta esperanza, pero en el fondo, y por primera vez con mucha claridad, ha empezado ya a dibujar el escenario de no presentarlos siquiera porque no tiene los apoyos. “Estamos hablando con los grupos, no renunciamos a presentarlos. No nos rendimos, queremos aprobarlos”. Pero enseguida ha dejado claro que el escenario más probable es el otro, y le ha quitado dramatismo, descartando así implícitamente cualquier escenario de adelanto electoral. “Con los Presupuestos que tenemos [esto es los de 2023] estamos liderando el crecimiento de las principales economías avanzadas”, se ha jactado primero para rematar después aún más claramente: “vamos a sudar la camiseta, pero si no se aprueban los Presupuestos, se prorrogan, sin ninguna duda, porque ahora mismo lo que necesita España es estabilidad y una política económica que está sentando bien al país, a las empresas, a los trabajadores”.
Sánchez ha tratado de despejar cualquier horizonte de inestabilidad del Gobierno. El presidente ha minimizado la votación dividida que ha protagonizado la coalición del Gobierno en Madrid, con Sumar en contra del plan ReARM Europe de 800.000 millones de euros que Sánchez critica pero solo en el nombre, porque el resto lo apoya. “Con mi socio de Gobierno, Sumar, esta es una discrepancia histórica que ha tenido la democracia española. La tuvo el PCE con el PSOE, después IU, después Podemos, y ahora Sumar. Son discrepancias tradicionales”, ha asegurado.
Pero a la vez, Sánchez ha defendido que esto no va a suponer un problema ni mucho menos poner en riesgo el Gobierno o los compromisos de aumento del gasto de defensa que él está adquiriendo en Europa. Y eso porque en la coalición hay un acuerdo para que las cuestiones de aumento del gasto de defensa que se aprueben en el Consejo de Ministros lo hacen con observaciones de la vicepresidenta segunda, la de Yolanda Díaz, que muestra así la discrepancia de Sumar, pero permite que sigan adelante sin poner en riesgo la estabilidad del Ejecutivo. “Tengo que agradecer a Sumar que se respetan los compromisos europeos que tiene España. Nosotros vamos a continuar con nuestra agenda social y nuestras políticas. Es una discrepancia que viene de hace 40 años, pero lo importante es respetar esos compromisos europeos”.
Sánchez ha sido muy crítico de nuevo con el nombre de reARM Europe, y dice que a él le gusta más el que le han puesto al instrumento financiero del fondo, el llamado SAFE, los 150.000 millones en préstamos, que “habla más de proteger, es un matiz importante”. “No me gusta el término rearmar, me parece una aproximación incompleta, la defensa solo se puede entender bajo el paraguas de la seguridad”, ha insistido el presidente, que aquí no tiene solo una discusión nominativa, sino de fondo y de números, porque España -como Italia, que en esto tiene posiciones muy parecidas- quiere que le cuenten también los gastos en ciberseguridad o en protección de fronteras como parte del paquete de aumento, de manera que tendría que subir menos el gasto en defensa. Sánchez, que tiene esa mayoría compleja con claro componente progresista y un votante socialista que desconfía de grandes aumentos de gasto en defensa, huye todo el tiempo del lenguaje militarista y trata de explicar que en realidad esos miles de millones no se van a invertir solo en armas, sino en tecnología que puede tener usos civiles y dar un salto en España y en toda Europa para poder competir con EE UU, con grandes ventajas tecnológicas sobre Europa. “Hay que hacer pedagogía. Hablamos fundamentalmente de tecnología de doble uso. Los drones podemos utilizar para un potencial conflicto pero también en la lucha contra incendios. Hay un componente tecnológico muy sustantivo”, insistió el presidente.
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