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El Gobierno mantiene el pulso por el salario mínimo pese a las imágenes de cercanía personal de Montero y Díaz

La líder de Sumar se ofrece a negociar pero Hacienda insiste: la decisión está tomada

María Jesús Montero y Yolanda Díaz, este lunes, en la presentación del documental 'La conquista de la democracia', en Madrid.Foto: Europa Press | Vídeo: EPV

La coalición cuida las formas, pero las posiciones no se mueven en la tensión por la decisión de Hacienda de que el salario mínimo pague por primera vez el IRPF. María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, y Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, trataron de disipar los comentarios sobre una mala relación personal entre ambas y ofrecieron ante las cámaras, y a petición de la prensa, una imagen de cercanía con un abrazo incluido, en un acto que compartieron en el teatro Monumental de Madrid en la presentación de la serie documental de RTVE La conquista de la democracia. Díaz llegó a decir “yo la quiero mucho” cuando le preguntaron por la vicepresidenta primera.

Pero el problema no es personal, es político. La discrepancia sigue en todo lo alto dentro de la coalición. Díaz ofreció este lunes la posibilidad de retirar la proposición de ley de Sumar para revertir la decisión de Hacienda, que en principio cuenta con una mayoría absoluta en el Congreso porque la respaldaría la izquierda y el PP, si hay una negociación y se busca un punto intermedio, para el que hay varias propuestas encima de la mesa. Pero Hacienda insiste en que no quiere tocar el IRPF, quiere dejar las cosas como están para evitar una negociación compleja para reformarlo y, por tanto, si no se toca nada, el SMI automáticamente pagará IRPF porque superará el mínimo exento. El PSOE parece apostar por llevar al límite la presión sobre Sumar que, según los socialistas, también sufriría un coste si suma sus votos a los del PP y posiblemente a Vox para revertir una decisión del socio mayoritario de la coalición. Sumar piensa lo contrario, que los socialistas tienen el debate perdido en la calle y no aguantarán la presión y se verán obligados a negociar en cuanto se acerque la votación. La realidad es que nada indica que haya ningún espacio para la negociación en este momento y ninguno de los dos grupos dan cuenta de reuniones o contactos para acercar posiciones.

A la entrada del teatro, Montero mantuvo de nuevo la posición unos minutos antes de darse el abrazo con Díaz. “El Gobierno ha explicado a lo largo de todo este periodo el porqué considera que era importante la subida del SMI. Un 61% desde que Pedro Sánchez es presidente. Por tanto, este debate de lo que se trata era de la subida del salario mínimo en nuestro país. Estos salarios tributaban ya el año anterior. Por tanto, nosotros en ningún caso subimos impuestos. El Gobierno de España ha bajado los impuestos a la clase media y la trabajadora con un ahorro de 5.000 millones”, aseguró. Montero no abrió ninguna puerta a la negociación, aunque dijo que la receta siempre es “diálogo, diálogo y diálogo”.

Díaz, por la mañana, también sostuvo el pulso. “Ser de izquierdas no es bajar los impuestos a las energéticas”, aseguró como respuesta a Montero, que le reprocha que no es progresista abrir este debate contra los impuestos. Díaz dejó la puerta abierta a la negociación: “Me gustaría alcanzar un acuerdo dentro del Gobierno, esto es lo legítimo. Yo nunca voy a una negociación diciendo que no voy a mover una coma”. Pero el PSOE insiste: la decisión está tomada y no se moverán.

Sánchez respalda a Montero ante la ejecutiva del PSOE

En la reunión de la ejecutiva del PSOE, Sánchez fue claro sobre este asunto y respaldó la posición de Montero, según fuentes presentes en la cita. El encuentro versó casi en su totalidad por la inestabilidad geopolítica y la intención de Donald Trump de negociar con Rusia las condiciones de la paz en Ucrania, pero Pedro Sánchez también le ha prestado atención a la polémica que desde hace una semana sacude al Gobierno por la exención o no del IRPF a quienes cobren el salario mínimo y se beneficien de la última subida aprobada la semana pasada. La posición de Sánchez es que el SMI “no se puede equiparar”, según miembros de la ejecutiva socialista, con el ingreso mínimo vital debido al incremento que ha venido experimentando año tras año desde que llegó a La Moncloa en 2018. Un lapso de tiempo en el que ha aumentado de los 735 euros a 1.184 euros al mes actuales.

La reflexión que hizo Sánchez fue que por esa razón se entiende que es justo que tributen al menos una parte de los trabajadores que lo perciben. El líder del PSOE razonó que la política fiscal es progresiva y que si se pretende que los trabajadores sigan aumentando su poder adquisitivo y haya más subidas del SMI, lógicamente eso no se puede hacer si no hay unos ingresos por parte del Estado para sostener el Estado del bienestar. La tesis compartida en la dirección del PSOE es que no se trata de “caridad”, sino de contribuir a un “sistema solidario” que se mantiene con los impuestos.

La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, se refirió a las contradicciones en las que en su opinión estaría incurriendo Sumar, y que a juicio de otros integrantes de la cúpula socialista son “incomprensibles”, por defender ahora la exención fiscal. Un peso pesado pidió “menos demagogia” a Sumar y “más pedagogía” al PSOE para solventar cuanto antes la crisis.

“Lo relevante es que el SMI ha subido desde que estamos en el Gobierno, son 6.000 euros más al año, son 400 euros más al mes, y hay unos tramos de tributación. Algunos seguimos defendiendo y defenderemos siempre la progresividad fiscal”, zanjó el ministro Óscar López, deslizando una pulla a Díaz, a su llegada a un acto de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso.

El PP, a “disfrutar del espectáculo”

Mientras, el PP invita a Sumar a respaldar su proposición de ley para evitar que tribute vía IRPF el salario mínimo, pero los populares están dispuestos también a apoyar la iniciativa de Sumar llegado el caso, según transmiten fuentes de la dirección popular. De momento, según distintas fuentes de la cúpula del PP, no han existido conversaciones directas con el grupo de Yolanda Díaz para coordinar estrategias o sus iniciativas, pero en el núcleo duro del PP sí subrayan que, llegado el caso, sería posible incluso unir sus votos a los de Sumar en la Mesa del Congreso para levantar el veto presupuestario del que dispone el Gobierno ante iniciativas que pueden alterar las cuentas públicas. Es decir, para doblar el brazo al PSOE. El PP no cree, en todo caso, que se vaya a llegar a ese extremo porque la mayoría de la dirección piensa que la parte socialista del Gobierno rectificará antes la “metedura de pata sideral” que consideran que ha cometido abriendo a tributación la subida del SMI. Fuentes del área económica de la dirección del PP insisten en que el partido está convencido de que el salario mínimo no debe tributar IRPF, y recuerdan que esas rentas ya tributan a través de otros impuestos como el IVA. Además, argumentan que el Gobierno ha logrado una recaudación importante, de hasta 280.000 millones de euros en 2024, y la tributación del SMI, según sus cálculos, no llegaría a 1.000 millones.

“Vamos a disfrutar del espectáculo”, se relamen en el gabinete del líder del PP con la discusión interna entre los dos socios del Gobierno, aunque algunos miembros de la cúpula creen que se trata de un “paripé” organizado entre el PSOE y Sumar para dar oxígeno a Yolanda Díaz. Otros dirigentes populares discrepan de esa tesis y creen que hay un conflicto entre María Jesús Montero y Yolanda Díaz, pero en todo caso el PP se encuentra cómodo en lo que considera un error estratégico de los socialistas.

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