El Gobierno y el PP esperan continuidad con Esteban al frente del PNV: apoyo a Sánchez y choque con Feijóo
El actual portavoz parlamentario es el gran negociador con La Moncloa y ha tenido cruces muy fuertes con el PP
![Aitor Esteban habla con María Jesús Montero y Félix Bolaños, sentados en sus escaños el pasado 22 de enero en el Congreso.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CC2AAHQDSRFWZI26O66CBEU3DQ.jpg?auth=1e95b8e6eea9d47bd0999f2097fe0cdb6f8c24c925f9dd76b8257354477ded16&width=414)
Los principales centros del poder político en Madrid recibieron con sorpresa pero también con cierta tranquilidad el relevo en el PNV, con la salida de Andoni Ortuzar y el ascenso del actual portavoz parlamentario, Aitor Esteban. Ninguno de los consultados tanto en el Gobierno como en el PP espera grandes cambios, sino más bien una línea de cierta continuidad estratégica. No tanto en cuestiones internas o de política vasca, que son menos conocidas para los dirigentes de la cúpula del Gobierno y del PP, sino para lo que más interesa en Madrid con un partido que ha sido fundamental para la gobernabilidad en España desde hace más de 30 años: su estrategia de alianzas en el Congreso.
El PNV pone y quita gobiernos, como se demostró en la moción de censura de 2018, cuando una semana después de aprobar los Presupuestos de Mariano Rajoy apostó por votar a Pedro Sánchez y lo convirtió en presidente. Por eso es clave olfatear sus movimientos, porque donde va el PNV suele estar el caballo ganador. Y aquí tanto en el Gobierno como en el PP coinciden: nadie espera cambios en la apuesta de los nacionalistas por un pacto de fondo con el PSOE, al que apoyan en el Congreso y con el que gobiernan en coalición en Euskadi.
Esteban, ahora enfrentado internamente pero históricamente muy cercano a Ortuzar y amigo personal suyo, ha sido decisivo en todas esas apuestas estratégicas. Era el portavoz en 2018, cuando el PNV apostó por la moción de censura, y desde entonces ha sido el principal negociador con La Moncloa, con la que ha cerrado tres Presupuestos y decenas de leyes y decisiones clave que afectan al País Vasco y al propio PNV. Para los socialistas, hablar con Ortuzar o con Esteban era casi indistinto, más allá de la jerarquía que es sagrada entre los nacionalistas: nunca han detectado posiciones divergentes de fondo. Esteban ha sido además uno de los grandes defensores en público de la apuesta del PNV por apoyar a Sánchez y la compleja mayoría con la que gobierna frente a un PP al que él ve completamente echado al monte.
Los socialistas están muy tranquilos con Esteban al frente del PNV porque saben que difícilmente se acercará al PP después de los durísimos cruces que ha tenido con Alberto Núñez Feijóo. Ortuzar y Esteban aparentemente piensan lo mismo en este asunto, o al menos así lo interpretan en el Gobierno: con este PP no se puede hacer nada, porque Feijóo está atrapado por la presión de Vox, del PP de Ayuso y de algunos medios conservadores y no se parece en nada al Rajoy con el que Ortuzar y Esteban negociaron muchas cosas y del que ambos hablan muy bien, no así del actual líder. En cualquier caso oficialmente el mensaje es de respeto a los procesos internos, porque aún no ha acabado la elección aunque con la retirada de Ortuzar el liderazgo de Esteban está garantizado.
El PNV es para el Gobierno un socio mucho más fiable que Junts. Los nacionalistas negocian duro, y nunca garantizan el apoyo hasta el final, pero siempre apuestan por la gobernabilidad y prefieren la discreción a los golpes de efecto típicos del grupo de Carles Puigdemont, que prefiere que se note con tono displicente que el Gobierno necesita sus votos. En realidad los del PNV son tan imprescindibles como los demás, pero su estrategia pasa por lograr acuerdos y explicarlos en Euskadi sin exhibir públicamente que tiene al Gobierno contra las cuerdas. El único asunto delicado para el Ejecutivo es su rivalidad con Bildu, otro socio imprescindible para La Moncloa, pero la tensión entre ambos es mucho menos complicada de gestionar para los socialistas que la de Junts y ERC porque los grupos vascos siempre apuestan por no tumbar al Gobierno.
En el PP tampoco esperan grandes cambios en su ya maltrecha relación con el PNV, aunque algunos dirigentes reconocen que la llegada de Esteban a la presidencia del PNV dificultará todavía más la interlocución, tras el fuerte desencuentro que este ha protagonizado hace unas semanas con el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, con un cruce de descalificativos personales. La animadversión es mutua y el todavía portavoz parlamentario de los peneuvistas tampoco se ha granjeado muchos amigos en el PP, donde ha molestado el tono de algunas de sus intervenciones. Pero entre los populares también hay importantes dirigentes que creen que el partido debería intentar recomponer puentes con los vascos y que rechazan el tono con el que Tellado trató el último encontronazo por el palacete parisino que el Gobierno ha traspasado al PNV porque se lo arrebató la Gestapo al Gobierno vasco en el exilio en 1940.
En Génova no ocultan su distancia total con el PNV, todavía más con el nuevo líder. “Esteban convertirá el PNV en una delegación federal más dependiente de Ferraz”, afirman fuentes del gabinete de Feijóo. Estas mismas fuentes razonan que el PP no confía en un acercamiento con el PNV porque el partido vasco tiene una alianza firme con el PSOE en Euskadi. “Cuando los vascos eran un partido bisagra y podían hablar con ellos tanto a derecha como izquierda era todo más sencillo, pero en este momento el futuro político del PNV en el País Vasco depende de Pedro Sánchez”, señalan en el PP. Y rematan: “Cuando tuvieron que elegir entre Sánchez y Rajoy, eligieron a Sánchez. Cuando tuvieron que elegir entre Sánchez y Feijóo, eligieron a Sánchez. Sería ingenuo esperar algo de ellos”.
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