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Los obstáculos de Feijóo para intentar una moción de censura con Junts

La interlocución con Puigdemont en Waterloo, las condiciones que exige el ‘expresident’ o los recelos internos en el PP se interponen en esa hipotética operación para echar a Sánchez

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante un desayuno informativo el pasado martes en Madrid.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante un desayuno informativo el pasado martes en Madrid.Chema Moya (EFE)

¿Presentará el PP en algún momento una moción de censura contra Pedro Sánchez con el apoyo de Junts y Vox? La pregunta sobrevuela el arranque del año político alimentada por el tira y afloja de Carles Puigdemont con el PSOE ―este viernes, el líder de Junts “suspendió” sus negociaciones― y por el propio Alberto Núñez Feijóo, que se ha abierto a explorar esa vía para intentar desalojar al presidente socialista del poder. La hipotética operación está “muy verde”, afirman a EL PAÍS fuentes de la dirección del PP. “No hay nada”, insisten en la cúpula del partido, donde niegan haber abierto contactos con Junts para promoverla ni tampoco tener intención de hacerlo, aunque sí para tratar de romperle al Gobierno más votaciones en el Congreso con medidas concretas que pueda apoyar Junts.

“No vamos a tener una actitud activa”, dice el PP sobre esa eventual moción de censura ―en principio, instrumental, solo para convocar elecciones― que Vox ha ofrecido a Feijóo. La aritmética parlamentaria permitiría que la iniciativa prosperara en caso de sumar los votos del PP (137), los de Vox (33) y Junts (7), que superarían en uno los escaños de la mayoría absoluta (177). Pero un movimiento político de ese calado tendría que afrontar multitud de obstáculos y riesgos que, de momento, alejan su viabilidad.

La interlocución con Puigdemont en Waterloo. El PP rechaza cualquier conversación con el líder de Junts fuera de España, como este reclama, ya que tiene su residencia en Bélgica tras huir de la justicia española en 2017. El expresident ha exigido al PSOE este viernes una reunión extraordinaria en Suiza, con el verificador internacional, algo que los populares critican a los socialistas. La vicesecretaria del PP Ester Muñoz reconoció esta semana las dificultades de su formación para hablar con el líder de Junts. “Es complicado, el señor Puigdemont está en Waterloo y nosotros en España”.

El PP ha recurrido la ley de amnistía pendiente de aplicar a Puigdemont. El líder de Junts reclama un cumplimiento efectivo de la amnistía aprobada por el PSOE, que los jueces han rehusado aplicarle, y sostiene que las trabas no son solo judiciales, también políticas. El PP ha recurrido la ley ante el Tribunal Constitucional. Los populares se han manifestado, además, “radicalmente en contra” de la transferencia de las competencias en inmigración a la Generalitat que Junts reclama al PSOE y a la implantación del catalán en las instituciones europeas, cuyo fracaso Puigdemont atribuye precisamente a la presión del PP en Europa para hacerlo inviable.

Algunas tribunas periodísticas alientan la idea de que el PP estaría en condiciones de garantizar a Puigdemont que los jueces sí le aplicaran la amnistía a cambio de su apoyo a Feijóo, por un supuesto favor de jueces conservadores. Pero el PP también lo niega. “El señor Puigdemont se equivoca si piensa eso porque el PP no controla el Tribunal Supremo. Ni ningún órgano judicial”, zanjó Ester Muñoz.

Las reticencias internas del PP. Importantes sectores del partido, como el PP de Madrid, el de Cataluña y el de Andalucía, tienen recelos a esa hipotética operación. “Lo que hay que preguntarse es si hay negociaciones. Yo lo desconozco, no me corresponde a mí valorarlo”, dijo esta semana Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid, marcando distancias. La clave son las condiciones que Junts pone encima de la mesa al PSOE, que son inasumibles para el PP. El presidente de Galicia, Alfonso Rueda, cree que Feijóo no pactaría “a cualquier precio”. Si las condiciones de Junts “no fueran aceptables, que supongo que no lo son, pues no podrá ser”.

Fuentes de la dirección del PP recuerdan que, en su investidura fallida, Feijóo se abrió al apoyo de todos los grupos, salvo Bildu. El PP exploró entonces el respaldo de Junts pero, según el líder del PP, no logró ser investido presidente porque no aceptó sus condiciones. ¿Piensa el PP que Puigdemont plantearía ahora otras, o ninguna condición, para apoyar una moción de censura que investiría a Feijóo? “El PP no se lleva a engaño”, contestan en la cúpula del PP.

El PP ha pedido en el Congreso que se disuelvan los partidos independentistas. En enero del año pasado, el PP registró en el Congreso una propuesta que planteaba la disolución de los partidos que promuevan declaraciones de independencia o un referéndum ilegal, una iniciativa que ponía sobre la mesa el debate sobre la ilegalización de Junts. Feijóo ha defendido este pasado diciembre que Puigdemont debería ser detenido.

Los recelos de Junts, aunque Vox sí se presta. El PP cuenta con la disposición de la extrema derecha para presentar una moción de censura “para ir a elecciones y sin cesiones al separatismo”, dijo Santiago Abascal. Pero Junts ya ha expresado sus reservas. “Por la mañana te piden que les ayudes, y por la tarde te quieren preso. No, ni nos lo hemos planteado”, ha afirmado el secretario general de Junts, Jordi Turull, sobre un posible trato de Junts con los populares y la ultraderecha para hacer caer al Gobierno. “Hacer alguna cosa con Vox es una broma macabra”, zanjó Turull.

El desgaste en el electorado conservador. Las mociones de censura en España son constructivas, es decir, invisten a la vez a un nuevo presidente del Gobierno. La del PP convertiría por tanto automáticamente a Feijóo en presidente del Gobierno, aunque la aritmética parlamentaria sería tan endiablada como la que sufre el PSOE, y el líder del PP también dependería de Puigdemont hasta que convocara elecciones. “Feijóo no quiere llegar así a La Moncloa. Si lo hiciera, lo mismo cuando convoque elecciones en seis meses, se tiene que ir a su casa”, reflexiona un dirigente del PP.

Pese a todo, otros miembros de la cúpula popular creen que una moción de censura para ir a elecciones “no tiene riesgos ni obstáculos”, y nadie puede descartar que la legislatura depare sorpresas. Al fin y al cabo, en política las líneas rojas siempre se pueden desdibujar.

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