De la clandestinidad, al programa de Juan y Medio: Paco y Juan Carlos se enamoran a sus 70 años

Paco y Juan Carlos no paran de recibir el afecto de sus vecinos mientras pasean por las calles de Aznalcóllar (Sevilla). La televisión es lo que tiene. Salieron en la cadena pública andaluza, se conocieron, conectaron y ahora viven como su relación como les hubiera gustado vivir tantas otras a lo largo de su vida. Estos dos septuagenarios orgullosos de pertenecer al colectivo LGTBI han estrenado el año pasando sus primeros días juntos y transitando por un noviazgo que, si nada se tuerce, los debe llevar a convertirse, más pronto que tarde, en pareja y matrimonio homosexual. “Estamos muy a gusto juntos y contentos de ver cómo la gente nos felicita por las calles, pero queremos ir con calma, todo vendrá por sí solo”, comenta por teléfono Francisco Rodríguez, de 76 años, que se dice “muy ilusionado” por la convivencia estrenada con el jiennense Juan Carlos Cárdenas, seis años menor.

Paco y Juan Carlos se conocieron a través del programa La tarde, aquí y ahora de Canal Sur TV el pasado 17 de diciembre. En su primer encuentro televisivo, recibieron el calor del público. “Es el triunfo de la normalidad y un homenaje a los que no pudieron hacer esto, a los que sufrieron las críticas, el maltrato y las miradas despectivas, y ahora vienen y lo manifiestan públicamente”, señaló Juan y Medio, director y conductor del espacio. Y es que, con esta escenificación, Paco y Juan Carlos no solo han vuelto a salir de armario, sino que han sacado a la luz pública la múltiple discriminación que sufren las personas mayores LGTBI.

Francisco Rodríguez, Paco para los amigos, cuenta que ha sufrido la persecución durante casi toda su vida. Nacido en el seno de una familia humilde con otros nueve hermanos más, con 17 años se vio obligado a marcharse a Madrid para seguir ocultando su condición de homosexual ante sus conocidos. Pero tampoco le resultó fácil su estancia en una capital que vivía los años más duros del franquismo: “Fui detenido en varias ocasiones por los grises, me aplicaban la Ley de Peligrosidad Social y en los calabozos me humillaban y me ridiculizaban, me decían que era la oveja negra de mi familia”.

En Madrid, donde se ganó la vida trabajando en la hostelería y cantando por la noche en salas de fiesta, conoció a Antonio, que fue su pareja durante 40 años hasta su muerte repentina el año pasado. “Teníamos que hacernos pasar por primos y estuvimos toda la vida fingiendo para poder sobrevivir en ese ambiente hostil”, añade Rodríguez, que en 2005, tras aprobarse la Ley, protagonizó el que fue uno de los primeros matrimonios homosexuales en España.

No menos truculenta ha sido la vida del que ahora es su pareja, Juan Carlos Cárdenas, que cuenta que a él le ha tocado hacer encaje de bolillos para ocultar su homosexualidad. De hecho, se casó con una mujer, con la que tuvo tres hijos, en una relación que asegura que fue una decisión forzada “porque en aquella época no se podía hacer otra cosa”. Tras divorciarse se marchó a Extremadura, donde convivió 20 años, también de manera oculta, con un hombre mucho más joven que él y que era su compañero de trabajo. Aunque su peor recuerdo tiene que ver con su experiencia en la mili, en un cuartel de Granada, donde nunca pudo ser él mismo. Tampoco en su tierra, en Jaén, donde a pesar del paso de las décadas nunca se ha atrevido a hacer público que le gustan los hombres. “Mis primeras relaciones las tuve cuando estuve en un colegio de curas, pero siempre consentidas, nunca sufrí abusos”, aclara.

La soledad no deseada es el principal argumento que llevó a Paco y a Juan Carlos a buscar pareja en el veterano y muy seguido programa de Canal Sur, enfocado a las personas mayores. “Estar solo es un calvario insoportable”, declaró Paco en el plató mientras era entrevistado por Juan y Medio y Eva Ruiz. Y es que, las personas mayores LGTBI hacen frente a mayores tasas de soledad y aislamiento que la población general, y con menores apoyos de sus redes familiares, según se desprende del informe Mayores LGTBI. Historia, lucha y memoria, elaborado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más.

“Armarizadas e invisibilizadas a lo largo de su vida, se enfrentan a nuevos armarios y a violencias y discriminaciones sociales e institucionales ante la falta de políticas públicas que recojan la diversidad como parte fundamental en la provisión de recursos para nuestra población mayor”, se indica en el informe sobre la situación de las personas LGTBI+.

Según este estudio, los síntomas de depresión y ansiedad afectan a un 30% de los mayores de 55 años del colectivo, lo que triplica los datos de la población en general, y un 39% ha llegado a tener pensamientos suicidas. “Tienden a volver al armario al llegar al medio siglo de vida”, indica el estudio. De hecho, se estima que solo un 24% de las personas que fueron visibles entre los 31 y los 50 años lo siguen siendo en su ámbito laboral y profesional al alcanzar la cincuentena.

El 60% de estos mayores LGTBI son hombres gais solteros en un porcentaje seis veces superior al de la población en general. Un dato que evidencia esa discriminación es que en 2024 la tasa de desempleo de la población LGTBI+ mayor de 60 años alcanzó el 40%.

“Las personas mayores LGTBI hacen frente a mayores tasas de soledad y aislamiento que la población general y con menores apoyos de sus redes familiares. En segundo lugar, sienten o han sentido la discriminación y el rechazo por parte de sus familias, los propios servicios públicos, o la sociedad en general. Esta múltiple discriminación ha condicionado su vida y su bienestar en diferentes aspectos de su vida: su salud, la provisión de cuidados o su dependencia económica”, se expone en las conclusiones de este estudio.

Desde la asociación andaluza DeFrente se cree necesario un reconocimiento al papel jugado por estas personas invisibles. “Si hoy en día disfrutamos de ciertos derechos es, en gran parte, gracias a la lucha de activistas que decidieron hace muchos años dar la cara por mejorar su entorno. No debemos perder esa conciencia crítica, ese espíritu de lucha. Debemos continuar el camino que nos abrieron, denunciando las conductas discriminatorias hacia nuestro colectivo”, ha señalado Inmaculada García, presidenta de esta entidad sevillana que forma parte de la Plataforma Orgullo LGTBI Andalucía.

Cada 15 de junio se conmemora el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, una fecha en la que se reivindica la necesidad de la inclusión de la diversidad en las políticas públicas relacionadas con la vejez. “Es mucho lo que se ha logrado, pero todavía es mucho el camino por recorrer para acabar con tanta discriminación”, sostiene Juan Carlos Cárdenas, esperanzado de que su relación con Francisco Rodríguez sea fructífera.