El silencio vuelve al aeropuerto de Ciudad Real: finaliza la ‘rave’ ilegal con 109 denuncias y 11 detenidos
La policía investiga la organización de la macrofiesta a través de las identificaciones que se han llevado a cabo ‘in situ’ y los perfiles en redes sociales que la promocionaron
La tercera edición de la Big Fucking Party, que desde la pasada Nochevieja se ha estado desarrollando en las inmediaciones del aeropuerto de Ciudad Real, ha llegado a su final tras siete días ininterrumpidos de música tecno y con las mismas incógnitas con las que empezó. Ni las administraciones competentes ni las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado saben a ciencia cierta quién o quiénes han estado detrás de una de las mayores raves que se celebran en el continente europeo y que este año ha conseguido atraer a más de 5.000 personas.
Los asistentes llegaron en las horas previas a la Nochevieja, convocadas a través de las redes sociales, en un goteo incesante que alcanzó su punto álgido el día de Año Nuevo y el fin de semana, cuando se llegaron a contabilizar más de 1.500 vehículos en una parcela del polígono industrial situada entre la capital ciudadrrealeña y la ciudad de Puertollano. Una afluencia de vehículos y de personas que en sus primeras horas llegó a colapsar el tráfico en la A-41, la autovía que conecta ambas localidades, y que obligó a la Guardia Civil a establecer un dispositivo para regular la circulación y evitar posibles accidentes.
La mañana de este martes la zona estaba ya prácticamente despejada. El grueso de los asistentes a esta rave, provenientes de distintos puntos de Europa, se marcharon en la tarde noche del Día de Reyes, sin que, según fuentes de la Policía Nacional en Ciudad Real, ese éxodo haya originado mayores problemas. Apenas quedan en la zona una decena de autocaravanas que se espera se marchen también a lo largo de las próximas horas. En total, 170 agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, con refuerzos llegados de Madrid y Toledo, han conformado el dispositivo de vigilancia de esta macrofiesta no autorizada. Un dispositivo centrado, sobre todo, en evitar la llegada de más participantes, algo difícil -reconocían estas fuentes- porque muchos de ellos utilizaban los caminos para sortear los controles y llegar así a la explanada en la que se ha estado desarrollando. “La macrofiesta ilegal está prácticamente disuelta aunque el dispositivo de seguridad sigue activo y permanecerá en la zona hasta que todos los vehículos abandonen el lugar”, ha explicado este martes el subdelegado del Gobierno en esa provincia, David Broceño.
Ya el domingo, los controles de acceso de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado confirmaron las primeras salidas de participantes, aunque en un número prácticamente ínfimo. La rave ha funcionado casi como cualquier otro festival de los que se desarrollan en España, con varios escenarios, food trucks y zona de acampada. Elementos todos ellos que, señalan estas mismas fuentes, llevan a pensar en la existencia de una “mínima” organización. Como ya ha ocurrido en las dos ediciones anteriores del evento, la Subdelegación del Gobierno descartó su desalojo para evitar problemas de seguridad y ha esperado a que la fiesta se haya diluido poco a poco. “Lo importante es tratar de resolver problemas y no generar nuevos conflictos. Tenemos que garantizar que no haya ningún tipo de revuelta ni de conflicto serio que sea difícil de manejar”, explicaba hace unos días el propio Broceño. Los gestores del aeropuerto de Ciudad Real presentaron una denuncia ante la Policía Nacional por ocupación ilegal de terrenos sin que en todo este tiempo haya habido una orden judicial de desalojo.
Denuncia del aeropuerto
La investigación policial para esclarecer la organización del evento sigue abierta y recoge las identificaciones que se han llevado a cabo in situ y los perfiles en redes sociales que han estado promocionándolo. Algunos de estos perfiles recogen imágenes de la fiesta grabadas con dron, algo prohibido al estar cerca de una instalación aeroportuaria. Con ese atestado, la Subdelegación del Gobierno determinará los delitos e infracciones que se hayan podido cometer y la posible apertura de un expediente sancionador contra sus promotores. Pese a la denuncia del aeropuerto y de los problemas puntuales de tráfico en los accesos, la Big Fucking Party 2025, que en sus dos ediciones anteriores se ha celebrado en Fuente Álamo (Murcia) y en La Peza (Granada) se ha desarrollado sin incidentes de gravedad, según ha informado este martes el subdelegado. En total, se han interpuesto 109 denuncias por infracciones administrativas, la mayoría por tenencia de drogas o conducción bajo sus efectos, aunque también se han levantado algunas actas por posesión de armas blancas. Se han practicado 11 detenciones, algunas de ellas por requisitorias judiciales pendientes.
Los terrenos en los que miles de personas han acampado y bailado durante siete días al ritmo de la música tecno, desafiando al frío, la niebla y, en las últimas horas, la lluvia, han amanecido este martes sin que nada hiciera pensar en la actividad que han tenido estos días y con la basura y la suciedad acumulada retirada por los propios asistentes. El aeropuerto de Ciudad Real recupera así su imagen de los últimos años: la de una instalación privada sin vuelos que en los últimos meses ha estado envuelta en la polémica por ser uno de los lugares barajados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para establecer un centro de acogida temporal de migrantes que ayude a aliviar la presión migratoria en Canarias. Una opción que, desde el principio, contó con el rechazo frontal del Gobierno de Castilla-La Mancha y del Ayuntamiento de Ciudad Real y que el Ejecutivo de Pedro Sánchez finalmente descartó, según explicó la ministra del ramo, Elma Sáiz, por no reunir las condiciones necesarias.
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