Interior prohíbe a los presos vestir cierta ropa “negra, azul oscuro o similar” por razones de seguridad
Instituciones Penitenciarias insta a los reclusos a retirar de sus celdas antes del 1 de febrero las prendas de esos colores que se parezcan al nuevo uniforme de los funcionarios
Prohibido a los presos usar determinada ropa “de color negro, azul oscuro o similar”. Los cerca de 50.000 reclusos que hay actualmente en los centros penitenciarios dependientes del Ministerio del Interior tendrán que dejar de usar en las próximas semanas prendas de estas tonalidades que tengan en las celdas y que puedan confundirse con los nuevos uniformes que los funcionarios de Prisiones empezaron a utilizar el pasado 1 de diciembre y que son, precisamente, de estos colores. La causa esgrimida son razones de seguridad.
Así se recoge en un documento emitido por el director del Centro Penitenciario de Teixeiro (A Coruña) y al que ha tenido acceso EL PAÍS. En el mismo se dan instrucciones para que se comunique a los internos que deben retirar de los estantes de sus celdas estas prendas “a través de los paquetes” que entregan a familiares o, en el caso de que disfruten de permisos, con ocasión de una de estas salidas. En caso de no poder hacerlo, porque no tengan contacto con sus allegados o no disfruten de permisos, advierte que “dichas prendas podrán ser retenidas” por los responsables del centro penitenciario. Según añade la nota, emitida el pasado 9 de diciembre, también ”queda, por lo tanto, prohibida la entrada de prendas de estos colores”. Fuentes Penitenciarias confirman que instrucciones similares a la de la cárcel coruñesa se han difundido en otras prisiones dependientes de Interior.
La nueva prohibición se sustenta en una instrucción interna de abril de 2010 en la que se detallaba un nuevo “protocolo de actuación en materia de seguridad”. En dicho documento, que abarcaba múltiples aspectos sobre medidas de protección en los recintos penitenciarios, Interior incluía un apartado sobre objetos prohibidos cuya tenencia estaba vetada a los reclusos. En el mismo figuraban las “ropas y distintivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado o funcionarios de Instituciones Penitencias o que guarden similitud con las mismas”.
El documento no detallaba, sin embargo, los colores. Entonces, el uniforme de los trabajadores penitenciarios consistía en pantalón o falda gris (para las mujeres), camisa de color silver green (una tonalidad verde grisácea), corbata o pañuelo gris y prendas de abrigo azul marino. Según recalcan estas fuentes penitenciarias, pese a que no concretaba tonalidades, la norma prohibía de facto que los reclusos usaran prendas de por su color se asemejaran a la vestimenta de los trabajadores por el mismo motivo que ahora: evitar confusiones de identificación que pudiera provocar situaciones de riesgo para la seguridad.
El cambio al nuevo uniforme que entra ahora en vigor lo acordó el departamento de Fernando Grande-Marlaska el pasado 30 de julio y entre las modificaciones más relevantes se encuentra, precisamente, el color de las prendas. El uniforme ―de uso obligatorio, entre otros, para los funcionarios destinados en el área de vigilancia y servicio interior, los que tienen más contacto con los presos― pasa así a estar compuesto de un pantalón de color negro (tanto para hombres como mujeres, por lo que se elimina la falda); polos de manga corta o larga, según la época del año, que combinarán el color negro y el navy (azul marino); forro polar fabricado con tela softshell (con varias capas, la exterior resistente a la lluvia) también en estos dos tonos, y un chubasquero color navy. También hay cazadoras, chalecos y monos para determinadas especialidades, todas en los mismos tonos. Las prendas llevan en la parte delantera el distintivo de Prisiones, el número de carnet profesional y el cargo del trabajador que lo viste, así como la bandera de España y el texto “Instituciones Penitenciarias”.
La previsión de Interior es que el cambio de uniformes de los funcionarios se haga progresivamente desde el pasado 1 de diciembre y, de hecho, se han instalado contenedores dentro de los recintos para que los trabajadores se desprendan allí de los antiguos. La instrucción que fija el uso del que se estrena señala que “a partir de 1 de febrero de 2025, todo empleado público de Instituciones Penitenciarias deberá utilizar el nuevo uniforme”. Esta última es también la fecha límite que Interior ha impuesto para que los reclusos se desprendan de las prendas que se asemejan al mismo. Fuentes penitenciarias señalan que la retirada de estas a los presos ya se está realizando en algunas cárceles donde ya se ha entregado los nuevos uniformes a todos los trabajadores y estos han generalizado su uso.
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