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La mitad de los autobuses escolares incumple la normativa, según la DGT

La Guardia Civil impone 3.300 sanciones durante una semana de vigilancia. Las irregularidades van de la ausencia de licencias a deficiencias en las puertas. Casi un centenar de conductores fueron denunciados por no descansar lo suficiente o consumir drogas

Un policía local de Jaén, durante un control a un autobús escolar.
Un policía local de Jaén, durante un control a un autobús escolar.AYUNTAMIENTO DE JAÉN/ EP
F. Javier Barroso

Uno de cada dos vehículos destinados al transporte escolar incumple la normativa del sector, según los datos que ha facilitado este viernes la Dirección General de Tráfico (DGT). Así lo ha puesto de manifiesto una campaña de inspección realizada por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil entre el 18 y el 22 de noviembre. El grueso de la denuncias, casi seis de cada 10, se debieron a irregularidades administrativas, como no disponer de la autorización especial para realizar este tipo de transporte (1.255 sanciones) o no tener contratado un seguro de responsabilidad civil ilimitado, como exige la ley (653 denuncias). Pero los agentes detectaron también deficiencias en la señalización, irregularidades en las puertas de seguridad o problemas como la ausencia de adulto acompañante en los viajes. Una veintena de conductores fueron sancionados por consumo de drogas o alcohol. Más de 600.000 alumnos son usuarios de autobuses escolares cada día en España, según un informe del Ministerio de Transportes con datos de 2018.

Durante los cinco días que duró la campaña, los agentes de la Agrupación de Tráfico inspeccionaron 3.797 vehículos, de los que el 48,7% (1.852 en total) fueron sancionados, con un total de 3.334 denuncias tramitadas. Uno de los aspectos en los que más hincapié hicieron los guardias civiles fue el uso del cinturón de seguridad en aquellos vehículos que los llevaban incorporados (los más antiguos están exentos de esta obligación). Los controles demostraron que solo en 11 automóviles que disponían de ellos no se podían utilizar, al presentar anomalías en su funcionamiento.

Dos conductores de transporte escolar controlados durante la campaña fueron denunciados por dar positivo en los controles de alcoholemia realizados por los guardias civiles, y otros 18 fueron sancionados por haber consumido drogas. En cuatro casos se comprobó, gracias a los tacógrafos de los vehículos, que los chóferes habían incumplido los límites de velocidad establecidos. Además, 52 conductores fueron denunciados por no ir acompañados de una persona encargada del cuidado de los menores, algo que exige la normativa actual; otros 85 por exceso de tiempo de conducción o minoración del descanso, y tres fueron detenidos o imputados por un delito contra la seguridad vial.

Otras infracciones detectadas por los agentes de la Agrupación de Tráfico fueron que 144 vehículos destinados al transporte escolar tenían deficiencias en las puertas de servicio y emergencias o en los dispositivos de accionamiento de las mismas, mientras que otros 25 fueron denunciados por no tener vigente la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Otro capítulo en el que se fijaron los guardias civiles es en la señalización obligatoria que tienen que llevar estos automóviles —la denominada V-10, una señal amarilla de grandes dimensiones donde conste que son transporte escolar—: 144 no la llevaban y otros 27 carecían del dispositivo luminoso con señal de emergencia.

Este tipo de campañas, que la DGT realiza periódicamente, se desarrollan a lo largo del año en todo el territorio español. En diciembre está previsto que se realice una campaña especial de control de alcoholemia y drogas, coincidiendo con las fechas de las cenas navideñas, en las que aumenta el consumo de este tipo de sustancias durante las celebraciones.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Soy redactor de la Unidad de Edición de EL PAÍS, periódico al que llegué en 1994 para trabajar en la sección de Madrid. He colaborado en la SER, Onda Madrid, TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, estoy especializado en Sucesos y Tribunales. Además, soy abogado y criminólogo.
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