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La Guardia Civil aclara la muerte del narco Paco el Largo tras un tiroteo en Almería

Cuatro personas han sido detenidas y otras tres son investigadas por el fallecimiento de este histórico narco durante una operación de compraventa de droga en El Ejido

Guardia civil
Un agente de la Guardia Civil sostiene un uniforme del instituto armado guardado por uno de los detenidos en relación con la muerte del narco Paco el Largo de El Ejido (Almería).Guardia Civil

El 3 de noviembre de 2023 una vivienda de la barriada de Pozo de la Tía Manolica, en El Ejido (Almería, 87.500 habitantes), se convirtió en un polvorín. Lo que empezó como una toma de contacto entre dos grupos de narcotraficantes acabó con disparos cruzados, gritos y cuchillos. El escenario que encontró la Guardia Civil al llegar incluía un hombre de 49 años con un disparo en la cabeza, muerto, en una sala de reuniones. También un reguero de sangre que caía por la rampa que une la habitación con el patio, fruto de las cuchilladas que habían recibido otros dos hombres. Todos los implicados tenían antecedentes por tráfico de drogas, pero cuando los agentes llegaron las armas habían desaparecido y “el disco duro con las imágenes de las cámaras de seguridad había sido destruido”, según fuentes del caso. Tocaba reconstruir lo sucedido e identificar a los responsables. Este mes los agentes han detenido a cuatro personas en Toledo y Málaga e investigan a otras tres por su relación con los hechos. Todos son españoles y uno de ellos ha sido enviado a prisión.

La historia que la investigación policial ha conseguido rehacer comienza en Málaga. Un hombre con muchos contactos en el mundo del narcotráfico llama a un intermediario para que lo lleve hasta Almería y le presente a una familia local que le puede vender hachís. El hombre contrata a varias personas —entre ellas a un profesor de boxeo en la capital malagueña— y alquila dos vehículos para el viaje. A las cuatro de la tarde de aquel 3 de noviembre acude en solo uno de los coches a la cafetería de una gasolinera de El Ejido donde se había citado con la otra parte. Toman café y uno de los compradores se acerca junto al intermediario a una vivienda cercana en un vehículo. En el lugar, comprueban la calidad del hachís. Vuelven al bar y llegan a un acuerdo económico. A las cinco de la tarde se dirigen de nuevo a la finca. Todo parece ir bien, hasta que aparece un segundo coche que ni el intermediario ni los vendedores conocían. Pero lo compradores sí.

Algo olía mal, pero aun así todos se sentaron de nuevo en una sala de reuniones anexa a la vivienda. Pronto, cuando no habían pasado ni diez minutos, los proveedores de la droga entendieron que el narco no solo no iba a pagar por ella, sino que pretendía robarla. Comenzó así una discusión que derivó en “un intercambio de disparos”, relatan las mismas fuentes. Una de las balas impactó en la cabeza de Paco, apodado El Largo, amigo de la familia de la finca y con un largo historial delictivo que se remonta a los años 90, con detenciones y temporadas en prisión, siempre en relación con el tráfico de drogas. En el enfrentamiento también el dueño de la vivienda y su hijo recibieron varias puñaladas. Los supuestos compradores huyeron en sus vehículos directamente hacia Málaga, salvo uno, que tuvo que escapar a la carrera. Se escondió en un almacén cercano y desde allí llamó a un taxi, que le llevó de vuelta a tierras malagueñas.

En pleno revuelo, la mujer del propietario llamó al servicio de Emergencias 112 Andalucía. Veía a su marido y su hijo sangrar y temía por su vida. “Estaba muy nerviosa y pedía auxilio”, explica uno de los investigadores del caso. “Y por detrás se escuchaba a las víctimas gritar que había que esconder las pistolas y los casquillos”, cuenta el agente, que además relata que ya conocían la finca. Había sido objeto de una operación unos meses antes y allí se habían encontrado cinco armas de fuego en un doble fondo bajo una piscina de plástico y “una cantidad importante” de hachís. Al llegar encontraron al fallecido y a los dos heridos, que fueron trasladados al Hospital Universitario de Poniente, en Almería, donde consiguieron recuperarse días más tarde.

A pesar de la destrucción de las imágenes de videovigilancia y de la ocultación de pruebas —las armas no han sido halladas— los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil en Almería consiguieron reunir pruebas —desde cámaras de tráfico hasta la geolocalización de los móviles— y evidencias científicas que les permitieron reconstruir lo que había sucedido. También, saber quiénes habían sido los responsables, a los que este mes de octubre han podido localizar en distintas ubicaciones de Seseña (Toledo), Cártama (Málaga) y la propia ciudad de Málaga. En total, cuatro personas han sido detenidas, entre ellas el cabecilla de la organización que había planificado el robo del hachís y el profesor de una escuela de boxeo especializado en robos con violencia a otras organizaciones criminales. Se les imputan los delitos de homicidio doloso, lesiones graves y tráfico de drogas. Uno de los arrestados ha ingresado en prisión.

Durante los registros de sus domicilios se hallaron incluso las prendas de vestir que utilizaban los implicados el día del tiroteo. Igualmente encontraron uniformes policiales —tanto de Policía Nacional como Guardia Civil, además de chalecos antibalas y placas, utilizadas para hacerse pasar por agentes para robar mercancía a otras bandas— además de dinero en efectivo y droga. Otras tres personas están siendo investigadas por su participación en los hechos: dos en Roquetas de Mar y otra en Málaga capital. El caso está en manos del Juzgado de Instrucción Número 6 de El Ejido.

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