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La inmigración vuelve a la primera línea de disputa

La cúpula socialista cree imprescindible taponar de inmediato los conflictos internos

Dos trabajadores de la Guardamar Talia de Fuerteventura trasladan a un niño que ha sido rescatado de una embarcación junto a otras 94 personas este sábado.
Dos trabajadores de la Guardamar Talia de Fuerteventura trasladan a un niño que ha sido rescatado de una embarcación junto a otras 94 personas este sábado.Carlos de Saa (EFE)
Anabel Díez

Los frentes del Gobierno con el PP nacional, con los presidentes autonómicos populares y con los independentistas se mantienen muy abiertos. Los frutos del proceso de seducción que inició el Ejecutivo de Pedro Sánchez con los dirigentes regionales, cuando la mitad de ellos ya han pasado por La Moncloa, están aún en la nebulosa. La impresión del Gobierno no es derrotista, pero es consciente de los obstáculos del camino. Los presidentes del PP, y también el presidente socialista de Castilla–La Mancha, Emiliano García-Page, mantendrán hasta el final del proceso la advertencia, paralela a la denuncia, de que no consentirán un trato de favor a Cataluña en materia de financiación. Pero sí ha constatado el presidente del Gobierno que los gobernantes territoriales quieren negociar con el Ejecutivo central proyectos para sus comunidades; todos ellos han visto receptividad en Pedro Sánchez. Desde la Moncloa se asegura que este proceso de escucha no es ficción ni representación, o no del todo, y los dosieres que los presidentes han dejado en el despacho del presidente van a ser estudiados con ánimo de respuesta favorable, en la mayor medida posible.

La negociación para la financiación autonómica es harto difícil, pero no menos otros capítulos que nunca se cierran. De nuevo, la inmigración. El sobresalto en las filas socialistas ha sido de fuerte intensidad, tras anunciar el PP durante este fin de semana que no asistirán a la reunión convocada para este lunes sobre inmigración con el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres.

En el Gobierno y en el PSOE temen que con la inmigración vuelva a ocurrir como con la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Más de cinco años de negociaciones frustradas, con muchas ocasiones a punto de alcanzarse el acuerdo. Una suerte de vértigo por llegar juntos a la meta. Esa aprensión se la atribuye al PP, un interlocutor gubernamental. El Gobierno no ha desatendido ninguna recomendación ni instrucción de la Unión Europea sobre inmigración. Lo repitieron este sábado desde el Gobierno y el PSOE el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, el de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y la portavoz adjunta del ayuntamiento de Madrid y miembro del comité organizador del congreso federal del próximo noviembre, Enma López, una voz que cada vez estará más presente en la vida pública nacional.

“No pongan excusas y vuelvan a la mesa de negociación; las discrepancias se resuelven en las reuniones, no ausentándose de ellas”. Este es el llamamiento de ayer mismo de los socialistas, en uno de los asuntos más urgentes que España tiene que hacer frente, como es el reparto de menores inmigrantes por toda España ante la situación de emergencia que vive Canarias. La confusión se cierne en estas horas sobre las razones que han llevado al PP a interrumpir el diálogo. Los populares sostienen que el Gobierno “ha rechazado” la ayuda económica de la Unión Europea para gestionar la llegada de menores. “Es inexplicable, es una excusa peregrina”, insiste el ministro Ángel Víctor Torres. Detrás de este problema está la idea de aplicar en España la llamada “solidaridad obligatoria” para que todas las comunidades autónomas acojan a los menores que llegan a las islas.

El parón hacia la necesaria alianza nacional sobre la inmigración, y el difícil camino hacia un nuevo modelo de financiación autonómica, se acompañan con el discurso general del PP en permanente estado de excepcionalidad nacional. Los populares no se detienen demasiado en la economía, a la vista de los datos de crecimiento y empleo.

El PP no considera en su estrategia que deba rebajar el tono, aunque no haya elecciones a la vista. Las encuestas le mantienen a la cabeza, a cinco puntos de ventaja del PSOE, según el estudio de 40dB. de hoy para EL PAÍS y la Cadena SER. 34,6 % de apoyos cosecha el PP y 29,7% el PSOE. El bloque de la derecha con la extrema derecha suma un 50%. La previsible lejanía de la llamada a las urnas permite al PSOE no entrar aún en pánico y considerar que nada está escrito. En el estudio de 40dB., la pregunta sobre la “afinidad” a partidos y bloques, no resulta trágica para los socialistas. Un 24,1 % se decanta por el PP y un 23,2% por el PSOE.

En la cúpula socialista se hará lo imposible para no añadir a los frentes abiertos el que pudiera abrirse en el partido, aunque el liderazgo de Pedro Sánchez no esté en absoluto cuestionado. El secretario general llegó a lo más alto con el apoyo de los militantes, a pesar del trabajo activo en su contra de la mayoría de sus dirigentes. Es el recordatorio que se escucha desde algunas organizaciones territoriales del PSOE, donde, con mayor o menor fundamento, están convencidos de que Ferraz quiere intervenir en la elección de sus líderes frente al criterio de los afiliados. Pero al final, votan los militantes.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
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