Santos Cerdán viaja a Suiza para reunirse con Carles Puigdemont
El secretario de Organización encabeza la delegación socialista que se ha trasladado al país helvético para reconducir la relación con Junts
Una delegación del PSOE encabezada por Santos Cerdán, su secretario de Organización, ha viajado este viernes a Suiza para verse con Carles Puigdemont y tratar de reconducir la relación con Junts, que atraviesa su peor momento desde la investidura de Salvador Illa como president de Cataluña. El número tres de los socialistas, entre cuyas tareas principales está la interlocución con los neoconvergentes, tiene la misión de reconstruir los puentes rotos con Junts, que hace un año ya fue clave para que Pedro Sánchez fuese investido para un nuevo mandato. Sus siete diputados siguen jugando un papel crucial en la aritmética del Congreso, como han vuelto a demostrar esta semana: el martes tumbaron por sorpresa una proposición de ley para limitar los alquileres temporales tras haber anunciado que se abstendrían.
La amenaza realizada por Puigdemont de volver a derribar la senda de estabilidad la semana que viene ha disparado todas las alertas en el Gobierno. El resultado es la reunión en el país helvético, adelantada por elDiario.es, aunque fuentes al tanto de las negociaciones subrayan que se trata de la reunión habitual de todos los meses. Sin embargo, el contexto enrarecido le otorga una gran trascendencia a la cita. El jueves, en un mensaje durísimo, Puigdemont afeó al Ejecutivo de Pedro Sánchez la falta de ejecución de las inversiones públicas y advirtió que, a día de hoy, volverán a votar en contra de los objetivos de estabilidad como ya hicieron en el último pleno del Parlamento en julio, antes del parón estival. “A la misma cosa que votamos que ‘no’, volveremos a votar que ‘no’. Si la cambian, hablemos”, señaló el líder de Junts en la red social X.
La senda de estabilidad marca los objetivos de déficit y de deuda pública fijados para las administraciones públicas, y es básica para diseñar los Presupuestos Generales del Estado. El PSOE lleva semanas instando al PP para que la apoye, martilleando con que de lo contrario los barones autonómicos y alcaldes populares no recibirán ingresos millonarios. Sánchez incrementó la presión el lunes sobre el partido de Alberto Núñez Feijóo, responsabilizándole de que las autonomías y ayuntamientos perderían 5.000 millones en 2025 si no se aprueba una senda de estabilidad actualizada y unos nuevos Presupuestos. Pero no mencionó a Junts ni hizo ninguna alusión implícita, aunque en el Gobierno señalan en privado que Junts cuenta con 300 alcaldes que también se verían damnificados. El presidente del Gobierno también rehuyó el miércoles, en la sesión de control, la guerra abierta en el Congreso entre ERC y Junts.
Junts celebrará a finales de octubre el congreso en el que aclarará su liderazgo —Puigdemont dijo en la campaña de las elecciones catalanas que se retiraría de la “política activa” si no era president— y por qué estrategia se decanta: la posibilista, abierta a los pactos y el diálogo y da por concluido el procés, o sigue aferrado al espíritu del 1 de octubre. El Gobierno confía en que los posconvergentes volverán a la mayoría de la investidura. Una moción de censura con el PP y Vox se antoja imposible, aunque el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, apuntó el miércoles en el Congreso que la alineación es cada vez mayor. “No pueden estar así tres años”, concluyen en La Moncloa, pero Sánchez no quiere más sobresaltos. Y por eso ha mandado a Cerdán a Suiza para recuperar la sintonía con un socio imprescindible que sigue a la espera de que la justicia aplique la ley de amnistía a Puigdemont.
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