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Galicia encabeza por primera vez la estadística de ahogados en España

La federación de salvamento reclama más socorristas y señalizaciones en zonas no vigiladas como embalses y ríos. Andalucía, con el segundo peor registro, imparte cursos para niños en las playas

Un socorrista vigila la playa de la Fontanilla, en Conil de la Frontera (Cádiz), en julio de 2023.
Un socorrista vigila la playa de la Fontanilla, en Conil de la Frontera (Cádiz), en julio de 2023.joaquín corchero (Europa Press)

Un total de 36 personas murieron ahogadas en espacios acuáticos en Galicia en los primeros seis meses de este año. La cifra casi duplica la del mismo periodo de tiempo de 2023 y supera la suma de fallecidos por idéntica causa en Asturias, Cantabria, País Vasco, Baleares y Murcia. La comunidad gallega se coloca así por primera vez a la cabeza de España en esta triste estadística, seguida de Andalucía (32) y Comunidad Valenciana (27). Es el territorio con más playas (987) y kilómetros de costa (1.659), pero ni las administraciones ni los expertos consultados hallan una razón clara para este incremento. Resaltan, eso sí, que la mayoría de muertes se han producido en zonas no vigiladas, como embalses y ríos, unas zonas de baño en las que también destaca Galicia gracias a sus 10.000 cauces. En España, hasta el 1 de julio, han muerto ahogadas 198 personas. Casi el 85% son hombres y algo más de la mitad de los accidentes se produjeron en playas.

Nuria Rodríguez, presidenta de la Federación de Salvamento e Socorrismo de Galicia, explica que los datos del Informe Nacional de Ahogamientos que elabora la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo desde 2015 son extraídos de las informaciones recogidas en los medios de comunicación, porque es la única fuente con la que cuenta la entidad. No incluyen, por tanto, solo las muertes de bañistas en el mar y los ríos, sino también, por ejemplo, accidentes de pescadores o mariscadores. A ella le sorprende el incremento en Galicia, sobre todo porque se produce en un año en el que el mal tiempo ha retrasado la temporada playera. “Los socorristas se aburren”, afirma sobre la falta de días de sol en la costa gallega en lo que va de verano.

Rodríguez ha analizado las noticias de las que sale la estadística y destaca que buena parte de los ahogamientos se produjeron en ríos y embalses que no están vigilados por socorristas. Hasta abril, buena parte de las muertes fueron suicidios, asegura. “Los embalses y los ríos son muy peligrosos, el río es muy falso y estas zonas no tienen vigilancia”, alerta la experta, que pide a las administraciones un aumento de la señalización en estos espacios acuáticos; y a los bañistas, responsabilidad: “La gente tiene que hacer caso a esas indicaciones, a las banderas, y tener cuidado. Vienen personas de fuera que no conocen nuestro mar. Aquí las corrientes y el oleaje no son como en el Mediterráneo”.

Decenas de bañistas en la playa de Silgar, en Sanxenxo (Pontevedra), este julio.
Decenas de bañistas en la playa de Silgar, en Sanxenxo (Pontevedra), este julio.Lavandeira (EFE)
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El pasado 2 de julio murieron dos hombres ahogados en el río Miño, que discurre más caudaloso de lo habitual por las abundantes lluvias de este año. Uno de los fallecidos se estaba dando un baño en el área recreativa de Ponte Mourulle y se hundió de repente. El otro estaba pescando, se le cayó la caña y al tratar de cogerla, desapareció bajo las aguas. Los dos cadáveres aparecieron al día siguiente en el embalse de Belesar. Benjamín García, teniente de alcalde del Ayuntamiento de O Páramo (Lugo), donde perdió la vida el pescador, explica que es “muy complicado” poner vigilancia porque las zonas de baño son muy numerosas, una por cada camino que da acceso al cauce. Cree que detrás de estos ahogamientos se esconden muchas veces otras causas que no se reflejan en las estadísticas. El fallecido en su municipio, señala, sabía nadar, mientras que su compañero no; y, sin embargo, entró para intentar rescatarlo y pudo salir sin problemas. “Pienso que le debió de dar algo”, apunta el concejal.

En las playas con socorristas, la federación gallega de salvamento reclama a los ayuntamientos que contraten a estos trabajadores en el mes de junio, no solo en julio y agosto. Esta profesión sufre falta de mano de obra, admite Rodríguez. En 2023, la Xunta aprobó un decreto para rebajar las exigencias para convertirse en socorrista ante las dificultades de los ayuntamientos para encontrar trabajadores. La Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) se queja, sin embargo, de que ni esta medida ni las subvenciones que otorga la Xunda para estas contrataciones han resuelto los problemas para encontrar candidatos, motivados “por la corta temporada de trabajo y los bajos salarios”. La razón, señalan fuentes de la entidad, es la publicación “tardía” de las ayudas (este año salieron el 31 de mayo), para las que los alcaldes gallegos piden además un incremento de fondos.

“Falta de prevención”

Con casi mil kilómetros de costa y más de 500 playas, además de piscinas, lagos, pantanos y ríos, en Andalucía las probabilidades de que se produzcan ahogamientos también se multiplican. Hasta junio, se registraron 32 muertes por esta causa y se han sumado otras 4 en julio, justo la mitad del total contabilizado en 2023. “La principal causa es la falta de cultura de la prevención, no somos conscientes de que el medio acuático no es nuestro entorno natural, lo asociamos a algo lúdico y, por tanto, pensamos que no puede generar peligro”, explica José Antonio Santana, jefe de la Unidad de Playas en Cádiz de Cruz Roja, sobre los principales motivos que se encuentran detrás de estas cifras.

No existe un perfil específico, pero la experiencia de Santana, del que dependen los equipos de socorrismo de las playas gaditanas de Chiclana y San Fernando, es que en las playas con vigilancia los ahogados suelen ser personas de entre 50 y 60 años. “Asociamos los ahogamientos a su condición física”, señala este experto. En las zonas no vigiladas, como las playas sin socorristas, pantanos o lagos, los fallecimientos se producen más entre la gente joven, añade. La prevención, destaca este “guardavidas”, como prefiere llamar a su profesión, es la clave para evitar este tipo de muertes.

Y en la prevención es en lo que ha hecho hincapié el Gobierno andaluz, que ha impulsado la campaña Cero Ahogados. “Hasta ahora no había una coordinación para la prevención de ahogamientos en los 62 municipios con playas y con esta iniciativa pretendemos extremar la vigilancia y la precaución en playas, ríos y piscinas”, explica el consejero de Presidencia de la Junta, Antonio Sanz (PP). La campaña incluye una guía de seguridad para playas, ríos y piscinas, con recomendaciones para vigilar a los menores, prevenciones ante el baño, en relación con las comidas, la temperatura o ante las condiciones del mar, además de medidas de autoprotección o consejos para el buceo y en las embarcaciones de recreo, y una aplicación con información sobre el estado de las playas, afluencia, dónde están los puestos de los socorristas... “Por primera vez los 62 municipios con playa cuentan con un plan de salvamento y coordinación a través del 112″, indica el consejero, que señala que hasta el 1 de julio se han realizado 101 rescates en Andalucía, el 55% de ellos en playas.

En los playas que dependen de Cruz Roja —Huelva, Cádiz, Granada y Almería—, los niños están recibiendo clases in situ de prevención. “Son mucho más receptivos que los padres”, advierte Santana. Se les enseña lo que significan las banderas o cómo detectar las corrientes. Son unos cursos que complementan a las charlas que ya imparten en los colegios en los meses de abril y mayo.

Malos registros

Las cifras de ahogamientos en la Comunidad Valenciana en el arranque de la temporada estival de este año están igualando los peores registros desde 2015, año en que la federación española de socorrismo comenzó a recabar datos de muertes en el agua. Con los cuatro fallecimientos ocurridos en playas de Valencia y Castellón el pasado fin de semana, la comunidad ha superado los 500 casos en menos de una década, un 15% del total nacional. Durante el pasado mes de junio, fueron 17 los cuerpos rescatados sin vida de playas y ríos, la cifra más alta de toda España, que se eleva a 27 si se contabilizan todos los sucesos del primer semestre. La mayor parte de estas muertes ocurrieron a principios de junio, con un temporal de Levante azotando el litoral alicantino que apenas generaba oleaje pero sí corrientes submarinas, las conocidas como resacas, difíciles de apreciar a simple vista por bañistas poco acostumbrados a este fenómeno.

Bañistas en la playa del Carabassí (Elche), este verano.
Bañistas en la playa del Carabassí (Elche), este verano.Jose Pedro Martinez (EFE)

En apenas diez días, se sucedieron los ahogamientos en la costa de Alicante, de norte a sur y sin distinción de playas abiertas, urbanas o calas de roca, cuando algunos municipios todavía no habían activado sus servicios de salvamento. Fue el caso de Guardamar del Segura, un turístico municipio del sur de Alicante, en cuyas playas murieron cuatro personas entre el 6 y el 8 de junio, dos de ellas al acudir a rescatar a unos jóvenes que no podían volver a la orilla y que, finalmente, se salvaron. Pero en otros casos, como en La Marina (Elche), Calpe o Benidorm, sí había socorristas que no pudieron hacer nada por víctimas que se lanzaron al mar pese a la alerta de las banderas rojas. Benissa, Orihuela Costa y Arenales del Sol (Elche) fueron los otros tres puntos en los que se produjeron accidentes mortales en los diez primeros días de mes pasado.

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