Feijóo afirma que Vox ha “descarrilado” y le pide que “no entorpezca” la gobernabilidad tras romper los pactos

A pesar de estar visiblemente molesto con Vox, Alberto Núñez Feijóo ha reaccionado a la ruptura de los ultras de sus cinco Gobiernos conjuntos tratando de medir sus palabras. Aunque la drástica decisión de la extrema derecha deja colgados, solo un año después, a sus presidentes autonómicos, el líder del PP ha intentado no romper del todo los puentes con el partido de Santiago Abascal, ya que sus barones y decenas de sus alcaldes siguen necesitando su apoyo para gobernar. “Allá Vox y su disparatado movimiento. No han medido, se han pasado de frenada y han descarrilado”, ha reflexionado el líder del PP en una comparecencia en la sede del partido en la calle Génova en la que ha explicado su decisión de aceptar el mínimo reparto voluntario de menores migrantes no acompañados, pese a que Vox había amenazado al PP con romper sus acuerdos si lo hacía. “A estas alturas de mi vida, a mí no me va a imponer chantajes nadie. Se han equivocado de persona”, ha defendido Feijóo, que en su discurso no ha podido evitar una reflexión amarga sobre cómo ve las cosas a sus 62 años. “La política española está llena de sobresaltos e inmadurez”, se ha quejado. Con todo, el líder del PP ha pedido a Vox que “no entorpezca” la gobernabilidad en las autonomías afectadas por la ruptura y ha apostado por mantener los pactos con los ultras en 140 Ayuntamientos.

“Vamos a seguir trabajando en la misma senda”, ha expresado el líder del PP, antes de anunciar su intención de seguir pactando con el partido de Abascal las políticas en esas comunidades. “Espero y deseo que sigamos trabajando en aquellas cosas en las que podamos acordar para facilitar la gobernabilidad en las comunidades en las que se ha votado cambio. Entiendo que eso es lo que estamos obligados. Tanto los que nos quedamos en el Gobierno, como los que se van del Gobierno, pero han asumido un programa electoral que se ha sometido a las urnas”, ha reflexionado Feijóo en referencia a Vox. “Mi enemigo no es el señor Abascal, mi adversario político no es Abascal, mi compromiso es cambiar el Gobierno de España. No me voy a desviar ni un milímetro de cuál es el adversario del PP”, ha defendido el líder del PP, dejando claro, por tanto, que la ruptura por parte de Vox no provoca un giro en la estrategia de los populares, que siguen apostando por pactar con los ultras en vez de con la izquierda.

El líder del PP no ha querido aclarar, como le ha reclamado el presidente del Gobierno, si su partido respaldará la reforma de la ley de extranjería para que el reparto de menores no acompañados entre las comunidades sea obligatorio por ley y no solo voluntario como hasta ahora. “Necesitamos una declaración de emergencia migratoria, una financiación a las comunidades para los menores que acogen, una implicación en la gestión directa por parte del Gobierno de España. Necesitamos una política migratoria. Es lo mínimo que se puede pedir a un país. Esta es nuestra posición en la migración”, ha subrayado, dejando sin contestar la pregunta sobre la reforma legislativa.

Feijóo ha abogado, además, por mantener los acuerdos con Vox en los 140 Ayuntamientos donde gobiernan juntos, aunque ha reconocido que la decisión le corresponde al partido de Abascal. “Ellos tendrán que explicar el alcance de su decisión disparatada. Vamos a seguir cumpliendo los acuerdos municipales, vamos a garantizar la estabilidad en los Ayuntamientos cumpliendo nuestro programa y el pactado con Vox”, ha indicado el líder del PP, que ha reconocido que no será fácil a partir de ahora, ni en los consistorios ni en las comunidades autónomas de las que han salido. “No oculto que algún tipo de dificultad añadida van a tener, pero confío plenamente en los presidentes autonómicos a los que quiero agradecer su sentido de Estado y de Gobierno”.

El líder del PP ha deslizado reproches a Vox durante toda su comparecencia, pero sin lanzar críticas encendidas contra los ultras ni contra su líder, con una clara voluntad de no romper todos los puentes. Hasta el punto de que Feijóo ha pedido con exquisita educación a Abascal que retire sus palabras acusando de forma indirecta al PP de un hecho gravísimo, el de ser cómplice de violaciones que supuestamente provocarían los menores extranjeros no acompañados que van a acoger las comunidades que gobierna el PP. “No acepto que nadie diga que mi partido es cómplice de violaciones o machetazos, no me parece de recibo”, ha reflexionado Feijóo con toda la cautela. “Mi partido no es cómplice de violaciones ni de machetazos. Entiendo las decisiones y las respeto, pero este tipo de hipérboles son reprochables y me gustaría que se retirasen”.