Los cuatro tripulantes de un narcosubmarino lo hunden al ser interceptados en alta mar
El semisumergible, irrecuperable por la profundidad de la zona en la que se le perdió de vista, podía transportar hasta cuatro toneladas de droga
Al verse descubiertos en alta mar, a 280 millas náuticas de Cádiz y 150 del Cabo de San Vicente, los cuatro tripulantes del narcosubmarino dejaron entrar el agua en la embarcación para hundirla e intentaron ponerse a salvo subiendo a la superficie de la misma. La maniobra, muy peligrosa, transcurría este martes poco antes de las tres de la tarde en aguas del Atlántico cuando los agentes a bordo del buque Furmal, del Servicio de Vigilancia Aduanera, estaban a punto de abordarla. Los ocupantes del semisumergibles, todos ellos de nacionalidad colombiana, fueron rescatados instantes después de que este se fuera a pique sobre las 15.35 e, inmediatamente después, fueron detenidos. El narcosubmarino y su carga se perdieron y, dada la profundidad de la zona del mar en la que se hundió, son irrecuperables, según coinciden en señalar varias fuentes conocedoras del operativo.
Los investigadores creen que la embarcación ―conocida en la jerga policial como “embarcaciones de perfil bajo” (LPV en sus siglas en inglés) ya que nunca se sumerge totalmente porque una parte de la misma siempre está en la superficie― llevaba a bordo un alijo de cocaína que supuestamente sus tripulantes debían trasvasar en un punto no muy lejano a donde fue interceptada a lanchas rápidas para que estas lo desembarcaron en algún punto de la costa gaditana. Se trataba de un narcosubmarino de 20 metros de eslora, similar a los ya intervenidos en la ría de Aldán en 2019 y en la ría de Arosa en 2023, capaz de transportar hasta cuatro toneladas de droga. En los últimos cinco años se han aprehendido cinco de estas embarcaciones en España. A mediados de este mes fue avistado otra similar a unas 100 millas náuticas al norte de Luarca cuando se dirigía, ya de vacío, de vuelta a Sudamérica y que no pudo ser finalmente interceptada. Desde 1993, se han apresado a ambos lados del Atlántico más de 300 embarcaciones de este tipo.
“El hundimiento fue muy rápido”, explican fuentes policiales sobre la operación, en la que han participado Policía Nacional, Guardia Civil y Vigilancia Aduanera coordinados a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). “La operación de abordaje se convirtió en una de salvamento”, añaden fuentes conocedoras del operativo. El buque de Vigilancia Aduanera se puso junto a la embarcación al socaire para evitar que la mala mar existente pusiera en riesgo la vida de los cuatro tripulantes, según se ve en el vídeo distribuido este miércoles por el Ministerio del Interior. Durante la intervención, no se pudieron recuperar los efectos a bordo de la embarcación ni tampoco los teléfonos móviles de los tripulantes que hubieran podido facilitar algún tipo de información sobre los destinatarios del cargamento o el origen de la carga. Los investigadores no se plantean la posibilidad de un reflotamiento por la dificultad técnica y su alto coste.
🚩Interceptado en aguas del #Atlántico un #semisumergible que se dirigía hacia la costa peninsular
— Policía Nacional (@policia) June 26, 2024
🚔Detenidos los 4 tripulantes
🚔Según los investigadores, la nave presenta unas características similares a las de otras “narcoembarcaciones”
➡️Se han intervenido 900 kg de… pic.twitter.com/BbXraTLxlR
La localización de la embarcación no fue casual. Según fuentes conocedoras de la investigación, fue la DEA la que, a través de los canales de la colaboración internacional, estuvo facilitando a las autoridades españolas la posición del semisumergible durante aproximadamente dos semanas, lo que permitió seguir su trayectoria e interceptarlo cuando se aproximó a la zona que se suponía podía ser el punto de trasvase de la carga. Las travesías de este tipo de embarcaciones desde Sudamérica pueden durar más de tres semanas.
El narcosubmarino hundido tenía características “idénticas” a las embarcaciones detectadas en los últimos años, según recalcan fuentes policiales. A los 20 metros de eslora suma una estructura de fibra de un color muy similar al agua, que hace muy complejo detectarlo cuando está navegando, salvo que se esté próximo a él. También tenía una escotilla en la parte superior, ventanillas laterales y frontal, respiradero y motor en la parte de la popa. Las personas que viajan en ellos ―”posiblemente miembros de un cartel colombiano”, apuntan fuentes cercanas a la investigación― suelen ser un garante de la organización propietaria de la droga.
La operación en la que se interceptó el narcosubmarino se produjo, además, poco después de que el buque Fulmar de Vigilancia Aduanera participara en otra operación conjunta con Policía Nacional y Guardia Civil en aguas al norte de la isla de La Palma. “Teníamos noticias de que una embarcación, posiblemente un pesquero que no hemos llegado a localizar, iba a transbordar su carga en aguas canarias a una narcolancha para que la llevara a tierra”, señalan fuentes conocedoras de la intervención. La información resultó correcta, y durante el patrullaje de la zona se detectó en la madrugada del pasado sábado una embarcación que, al verse descubierta, emprendió la huida mientras lanzaban al mar fardos con droga.
Esta narcolancha no pudo ser interceptada por la mala mar y la alta velocidad que alcanzan este tipo de embarcaciones prohibidas ―al día siguiente apareció una abandonada en la playa de Tazacorte, en La Palma, que los investigadores sospechan que es la misma―, pero el buque de Vigilancia Aduanera pudo recuperar 30 fardos con cerca de 900 kilos que habían arrojado por la borda. La persecución duró seis horas, según han informado Policía Nacional y Guardia Civil. Todos estos hechos han sido puestos en conocimiento de la Fiscalía Antidroga de la Audiencia Nacional, que ha remitido al juzgado de guardia las actuaciones para continuar las investigaciones, tomar declaración a los tripulantes del semisumergible y tratar de identificar a los de la narcolancha de La Palma.
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