Ayuso disputa a Vox el favor de Milei y fulmina otra línea roja del PP ante la extrema derecha
La medalla al presidente argentino oficializa el acercamiento de dos líderes con múltiples coincidencias ideológicas y estratégicas
No se quedará dos veces Isabel Díaz Ayuso fuera de la foto. Si la anterior visita de Javier Milei a España, en mayo, fue capitalizada por Vox, esta vez Ayuso se ha apresurado a concederle una medalla para disputarle así a Santiago Abascal el favor del presidente argentino (y los minutos de televisión). El gesto de sintonía, que se aparta de las cautelas de la dirección del PP ante el fenómeno Milei, borra otra línea roja de su partido ante la extrema derecha. “Si Alberto Núñez Feijóo, Manfred Weber y hasta Ursula Von der Leyen se han abierto a pactar con Giorgia Meloni, ¿por qué no va a poder Ayuso acercarse a Milei, si los dos son igual de trumpistas?”, observa Adrián Juste, analista sobre extrema derecha en el centro de estudios Al Descubierto.
La maniobra de Ayuso –materializada en la entrega de una medalla oficial que dará pie a una foto conjunta este viernes– es “coherente” con el rumbo que la presidenta madrileña intenta imponer en el PP, explica Carmen Lumbierres, profesora de Ciencias Políticas de la UNED. “Ayuso ha visto en las elecciones europeas por dónde crece la derecha. Y en gran parte crece por la extrema derecha, no por el centro, mientras España se convierte en una especie de excepción. Así que ella se mueve en esa dirección para ocupar ese espacio, donde Vox no acaba de tirar. Al mismo tiempo, le manda al PP un mensaje indicándole por dónde debe ir”, analiza la politóloga.
Vox se apresuró este jueves a proteger lo que considera su terreno. Si Milei se entera del “aumento del gasto público” en la Comunidad de Madrid, entrará en Sol “con una motosierra”, afirmó Rocío Monasterio. Está por ver ahora cómo se mueve Milei, cortejado a la vez por Abascal y por Ayuso. Desde Argentina, José Natanson, director de la edición para el Cono Sur de Le Monde Diplomatique, descarta que el presidente actúe en base a sesudos análisis geoestratégicos. Se trata de un hombre “impulsivo, instintivo, que funciona con repentismos y con tuits”, dice. No es que la trastienda de sus movimientos internacionales no se vea, es que no hay, asegura. Tampoco tiene referentes políticos que ayuden al pronóstico. “Raúl Alfonsín admiraba a Felipe González, Carlos Menem a Bush, ¡pero el gran referente de Milei es Elon Musk!”, explica. Y añade: “Lo que ordena a Milei en este tipo de escenas no son los amigos, sino los enemigos. Lo que va a ordenar la relación de Milei con España es su enfrentamiento con Pedro Sánchez”. Según Natanson, en la medida en que Ayuso le facilite a Milei seguir chocando con Sánchez, la relación entre ambos funcionará.
Mucho en común
La fotografía de este viernes no obliga a ningún escorzo ideológico ni a Ayuso ni a Milei, ya que sus coincidencias son múltiples. Ambos comparten fundamentalismo de mercado y fe en el efecto virtuoso de la competencia fiscal a la baja. Su idea de “libertad”, esencialmente traducida en no intervención del Estado, ha articulado las disyuntivas en blanco y negro de sus campañas electorales. “Comunismo o libertad”, sintetizó Ayuso en 2021. Una de las divisas de Milei en su carrera presidencial fue “casta o libertad”.
Casta o LIBERTAD pic.twitter.com/clIKajp4pC
— Javier Milei (@JMilei) October 30, 2023
Convencidos del papel crucial que la empresa debe desempeñar en la prestación de servicios públicos, los dos exaltan tanto el individualismo como el ideal meritocrático, pero excluyen del análisis los condicionantes de origen social y familiar. Si Milei dice que la “justicia social” es “violenta”, para la líder madrileña es “un invento de la izquierda”. “Ayuso ―resume Lumbierres— es la mejor encarnación en España del capitalismo darwinista del sálvese quien pueda de Milei. Hay diferencias, claro, porque en Europa hay unos mínimos de Estado del bienestar que no se tocan, ni Ayuso en España, ni Meloni en Italia, ni Le Pen en Francia, si llega. Pero las similitudes son evidentes”.
Hay más coincidencias, ya fuera de la economía. Ambos entienden la política como una batalla cultural sin tregua con el adversario, polémica tras polémica, sin frenar nunca la puja. Adictos a la atención, prescinden de las reglas básicas de la cortesía política: Milei con el uso casi diario del insulto, Ayuso con su algo más elíptico ”me gusta la fruta”. Las semejanzas abarcan el énfasis y la incondicionalidad de ambos en la defensa no ya de Israel, sino de la dimensión de su ataque en Gaza.
Así que solo faltaba la foto, las afinidades ya estaban ahí. Y los nexos. El Instituto Juan de Mariana, el think tank que premia este viernes a Milei por su “defensa ejemplar de las ideas de la libertad”, está dirigido por Manuel Llamas, que fue viceconsejero de Economía del Gobierno de Ayuso con Javier Fernández-Lasquetty, estandarte del ala más ultraliberal del PP de Madrid, citado con frecuencia como un gurú económico de la presidenta.
Ayuso ya había demostrado antes una afinidad con Milei que la dirección de su partido –salvo excepciones, como Cayetana Álvarez de Toledo– se ha resistido a dejar tan clara. Lo hizo cuando el año pasado se apuntó al discurso contra la “justicia social”, un concepto que Milei ya había puesto en la diana en una visita a España en 2022. Ayuso también marcó perfil propio con su reacción durante la crisis diplomática de mayo, cuando no se apuntó a la posición equidistante de Alberto Núñez Feijóo y centró toda su crítica en Pedro Sánchez.
Todo aquello fueron gestos, palabras, que daban a entender que Ayuso perseguía una relación más próxima con el “presidente león”. Ahora toca una foto con Milei, la misma que buscaron y lograron antes que ella Santiago Abascal y Giorgia Meloni. La medalla de este viernes mete a Ayuso en ese álbum.
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