Las discrepancias se multiplican en Sumar ante el debate sobre la financiación “singular” para Cataluña
Los partidos del Gobierno asumen que la negociación será un “auténtico sudoku”, y Compromís y la Chunta avisan de que no aceptarán tratos de favor a una comunidad frente al resto
Ni siquiera hay una propuesta concreta sobre el nuevo modelo de financiación autonómica (un debate que lleva diez años posponiéndose), pero este asunto se ha convertido ya para los dos partidos del Gobierno de coalición, PSOE y Sumar, en “un auténtico sudoku casi de peor solución que la ley de amnistía”, según reconocen en privado las direcciones de ambos grupos parlamentarios. ERC exige, a cambio de su apoyo a una investidura del socialista Salvador Illa en Cataluña, que el Gobierno conceda a esa comunidad un sistema similar al del concierto vasco y navarro, es decir, la capacidad de recaudar el 100% de los impuestos. El PSOE acepta que se puede negociar una particularidad “singular” para Cataluña y mejoras para el resto de autonomías. En una parte de Sumar, la que controla Yolanda Díaz y la que representa En Comú Podem, están en esa línea, pero ni Compromís ni la Chunta Aragonesista ni, con matices, Más Madrid asumen ningún cambio que implique un trato preferencial para Cataluña.
La financiación autonómica ha supuesto históricamente una contraposición de intereses territoriales, sociales y económicos. Las negociaciones entre el PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa han reactivado el debate después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aceptara explorar una “financiación singular” para Cataluña, sin aclarar en qué consistiría ni qué límites tendría.
El asunto ha copado este martes las habituales ruedas de prensa de los grupos en el Congreso, pese a que al portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, lo haya tildado de “burbuja comunicativa”. Dentro de Sumar hay diferencias profundas. La portavoz de Compromís, Águeda Mico, fue la primera que subrayó que, si el Ejecutivo acepta alguna particularidad para Cataluña que implique un trato diferente a las demás autonomías, “no tendrá el apoyo de la mayoría parlamentaria” que respaldó la investidura de Pedro Sánchez. Micó no rechazó la posibilidad de que exista en el futuro algo similar al concierto vasco para Cataluña, pero precisó que eso habría que negociarlo en una reforma de la ley general de financiación de todas las comunidades. “La postura de Compromís es clarísima: no vamos a dar apoyo a ninguna reforma de la financiación si no se soluciona la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana y del resto de comunidades infrafinanciadas”, dijo.
La portavoz de En Comú Podem, Aina Vidal, intentó contemporizar y auguró que al final habrá algún tipo de postura común entre todas las formaciones dentro de Sumar, aunque precisó que es “absolutamente necesario” que “la infrafinanciada Cataluña” obtenga una singularidad, haciéndola “compatible” con las necesidades y demandas de las demás autonomías. No aclaró cómo se haría eso y confesó que cuadrar ese puzle “no será fácil ni rápido ni unilateral”.
El grupo de Sumar en el Congreso convocó en la tarde del lunes una reunión para escuchar a sus diferentes sensibilidades y para formar una comisión que estudie cómo se podrían compaginar en el futuro esas divergencias, especialmente entre los representantes de Compromís en la Comunidad Valenciana y los de La Chunta en Aragón, dos territorios con contextos económicos y demográficos muy distintos. Hoy ha resultado evidente que esas discrepancias internas son casi abismales, aunque hubo portavoces que las intentaron minimizar para ganar tiempo y esperar a ver si el Gobierno destina más dinero para todos en el proyecto de los próximos Presupuestos Generales del Estado, todavía por cerrar.
El portavoz de la Chunta en Sumar y en el Congreso, Jorge Pueyo, advirtió de que no aceptarán nada singular para Cataluña que no le llegue también a Aragón, y habló de “líneas rojas”. Pueyo explicó que en el Estatuto de Aragón también se refleja la peculiaridad de esta comunidad y la necesidad de conformar una mesa bilateral con el Estado que lleva casi 20 años pendiente.
Los recelos dentro de Sumar ante la posibilidad de que el Gobierno negocie un modelo singular para Cataluña no están solo en Compromís y La Chunta. La líder de Más Madrid, la ministra Mónica García, ya precisó el lunes que, aunque es partidaria de la “descentralización”, también piensa que no puede haber “ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda”.
Íñigo Errejón buscó la manera de “desinflamar” todas esas discrepancias y subrayó que la discusión por ahora es más teórica que concreta. Pidió tiempo y abogó por afrontar el asunto entre todas las partes implicadas. Errejón solo avanzó que para Sumar esta discusión no debería ser “entre territorios” sino más de clase, “entre los sectores más adinerados” y la mayoría social. Desde podemos, su líder, Ione Belarra, rechazó que la negociación entre el PSC y ERC se convierta en “un intercambio de cromos”, y remarcó que el debate de la financiación es algo “central y estratégico de país”. El PP y Vox reiteraron su rechazo a la posibilidad de dar un trato preferente a Cataluña.
El PSOE pide tiempo
El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, había escuchado atentamente todas las esas intervenciones cuando compareció, y quiso remarcar que en la actualidad tampoco todas las autonomías son iguales ni disponen de los mismos recursos, competencias o impuestos. López insistió en que el objetivo del Gobierno será ahora encarar la diversidad y garantizar la igualdad con recursos, servicios y prestaciones mejores para todos. Presumió incluso de que con este Ejecutivo las autonomías han contado con 250.000 millones más que los facilitados por los gobiernos anteriores del PP. Pero todas las preguntas que se le lanzaron versaban sobre cómo hará el Gobierno para mantener la actual y frágil mayoría parlamentaria ante intereses tan contrapuestos.
Patxi López apeló, ante este panorama, a aguardar al final de la negociación: “La mayoría [parlamentaria] es la estación de término, no la inicial. El Gobierno negociará con las comunidades autónomas para buscar el mayor consenso, que es lo que hay que conseguir con diálogo”, dijo. Lo que López sí quiso señalar es que lo que ha planteado ERC “es la propuesta de ERC”, en referencia a que esa es una posición de máximos que el PSOE, en este momento, no comparte. Fuentes de la dirección parlamentaria socialista concedieron más tarde que cuadrar “el sudoku de la financiación” resultará muy complicado, y subrayaron que no es posible que algunos partidos estén todo el día intentando adelgazar al Estado y al mismo tiempo requieran más recursos y dinero.
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