Feijóo carga contra la “victimización” y la “dejación de funciones” de Sánchez: “Tiene un problema judicial”

“Estoy en shock”, admitía un diputado popular nada más conocerse la carta de Pedro Sánchez. La expresión resumía la estupefacción que recorrió el PP cuando, a las siete de la tarde, el presidente del Gobierno hizo pública la misiva en la que amagaba con dimitir por los “ataques de la derecha y la ultraderecha” contra su esposa. El partido guardó silencio oficial durante dos horas, hasta que difundió un vídeo grabado de la secretaria general, Cuca Gamarra, en el que esta cargaba contra la decisión de Sánchez, acusándole de “dar lástima”. Poco después, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, entró en escena con fuertes críticas contra el líder socialista, por su “dejación de funciones”, dijo en una entrevista pasadas las nueve de la noche en Onda Cero, “intentando victimizarse, polarizar al máximo a la sociedad y movilizar a su electorado y al partido para las elecciones”. En privado, fuentes de la dirección admitían en paralelo su asombro por el movimiento de Sánchez, mientras se reconocían incapaces para predecir en qué terminará su reflexión de cinco días. “Esto es lo nunca visto”, decía un miembro del núcleo duro. “Estoy alucinando”, apuntaba otro.

El PP no esperaba la reacción de Sánchez, pero pronto su líder salió en tromba contra lo que definió como una maniobra de victimización del líder socialista pensada para la campaña de las elecciones catalanas. Feijóo dio carta de naturaleza a las diligencias que ha abierto un juez de Madrid tras la querella del pseudosindicato de extrema derecha Manos Limpias contra la esposa del jefe del Ejecutivo por un supuesto tráfico de influencias. “El presidente tiene un problema judicial. Y está intentando trasladar a los partidos la responsabilidad de hacer una oposición, en el caso del PP, sensata. Está intentando victimizarse hablando de un contubernio de los medios para polarizar y enfangar la vida política. Esto no tiene precedentes. Es una dejación de funciones. Estamos en la prensa internacional”, criticó.

El líder del PP cuestionó que el presidente “huya de sus responsabilidades”, al retirarse cinco días para reflexionar sobre su continuidad en La Moncloa, cuando lo que tenía que haber hecho “es dar explicaciones”. “Si no tiene nada que ocultar, que vaya al juzgado”, instó Feijóo mientras se quejaba de la actitud del líder socialista, “calumniando y difamando” a las personas que aparecen en la carta, en alusión a él mismo y al líder de Vox, y “diciendo cosas impropias de un primer ministro”. Feijóo no escatimó en calificativos duros contra Sánchez. Lo acusó de unas “dosis de infantilismo y narcisismo impropias de una persona madura” y aventuró que el lunes, cuando termine el periodo de reflexión que se ha marcado, anunciará que sigue al frente de La Moncloa. “Desde que ha llegado él, se ha movido en el fango”.

La tesis del PP, expresada por Feijóo y antes por su secretaria general, es que el presidente no tiene un problema por “una u otra querella”, restando importancia a la denuncia del pseudosindicato ultraderechista, “sino [por] las diligencias abiertas por instancias judiciales”, incidió Gamarra. “Su problema no es solo político, es un problema fundamentalmente judicial”.

La dirección popular estaba, sin embargo, incómoda por la mañana con el origen de la querella. A Génova no le entusiasmaba que el denunciante fuera Manos Limpias, una organización de la que se desvinculaba totalmente, así como de su querella. El PP, que todavía no había dado el paso de acudir a la justicia contra las actividades profesionales de Begoña Gómez, aunque había amagado con hacerlo, dudaba del recorrido judicial de esta iniciativa que no veía bien articulada. Y, de forma sorprendente, la dirección popular, que lleva semanas embarcada en una ofensiva política contra la esposa del presidente, no utilizó la decisión del juez en la sesión de control al Gobierno. Pero la tregua duró solo lo que duró el debate parlamentario.

Según la versión oficial de Génova, ni Alberto Núñez Feijóo ni los nueve diputados populares que intervinieron en la sesión de control de este miércoles sacaron a relucir a la mujer del presidente del Gobierno por una cuestión de manejo de los tiempos. Porque, relegando a una comparecencia posterior, a las 11 de la mañana, la valoración sobre la apertura de diligencias judiciales contra la esposa de Pedro Sánchez tras la denuncia por presunto tráfico de influencias, podían colar otros temas en la opinión pública durante la sesión de control. En cambio, el propio Feijóo argumentó después, en la entrevista radiofónica por la noche, que había decidido no hacerlo por motivos éticos. “Yo no lo he dicho nada hoy porque entiendo que es un tema muy delicado, porque me interesa la democracia, la política limpia y porque no me gusta llamar a la mujer del presidente”.

De fondo, sin embargo, condicionaba la estrategia de los populares también al caso de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha confesado un fraude fiscal a la Agencia Tributaria, por el que aceptó ocho meses de cárcel y pagar 520.000 euros, según trascendió el martes, menos de 24 horas antes de la sesión. Sacar a relucir a Begoña Gómez en el debate parlamentario iba a volverse como un bumerán contra el PP por el fraude fiscal de la pareja de Ayuso y el PP quiso evitarlo.

Pero además, en cuanto terminó la sesión, en una comparecencia convocada ex profeso, la vicesecretaria del PP, Esther Muñoz, reclamó explicaciones al presidente sobre las actividades profesionales de su mujer mientras sembraba sospechas sobre otros familiares de Sánchez, como su hermano y su suegro. Del padre de su esposa llegó a decir: “Se enriquece con esas saunas. Todos sabemos a qué tipo de saunas me refiero”. Muñoz avisó de que la decisión del juez acercaba la posibilidad de que el PP citara a comparecer a Gómez a la comisión de investigación del Senado.

Pese al freno en la sesión de control, el PP dio muestras a lo largo del día de que no iba a soltar la presa de la esposa del presidente. Por la tarde, casi a la misma hora que Sánchez hizo pública su carta, la cuenta oficial del PP en la red social X (antes Twitter) publicó un mensaje que decía: “Begoña Gómez, experta en captación de fondos... concedidos por su marido. La trama de Begoña”. Tras la publicación de la carta del presidente, el PP borró el tuit.

Tras el desconcierto inicial con el movimiento del líder del PSOE, el PP bulle en teorías sobre qué puede hacer Sánchez el lunes cuando termine el periodo de reflexión que se ha impuesto para decidir si continúa o no como presidente. “Parece que es una operación política, pero que tiene muchos riesgos. Si no dimite, la gente se lo va a tomar a broma, salvo que dimita o convoque elecciones”, analiza un barón de peso del partido. “Algo tiene que hacer y algo muy singular, porque él tiene poca credibilidad, y si paraliza el país cinco días sin hacer nada…”, apunta. Aunque el PP asume sus dificultades para anticipar escenarios, la cúpula descarta elecciones y la teoría que va cobrando fuerza en el partido es la de que Sánchez esté preparándose para someterse a una cuestión de confianza. “Lo hicieron Adolfo Suárez y Felipe González, y la ganaron”, recuerda un exdirigente popular, que concluye: “Si es así, ha vuelto a dar un golpe maestro”.