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Tres detenidos por la muerte a cuchilladas de un matrimonio y su hija en el robo a un chalé

Los arrestados por el crimen de Chiloeches, que son amigos del exnovio de la joven fallecida, fueron grabados por la cámara de una gasolinera cuando huían

Agentes de la Guardia Civil controlaban el pasado sábado la entrada la urbanización Medina Azahara en la localidad de Chiloeches (Guadalajara) donde se cometió el crimen.
Agentes de la Guardia Civil controlaban el pasado sábado la entrada la urbanización Medina Azahara en la localidad de Chiloeches (Guadalajara) donde se cometió el crimen.PEPE ZAMORA (EFE)
Óscar López-Fonseca

Un aparente robo que acaba en triple homicidio. La Guardia Civil detuvo el domingo a dos hombres y una mujer, de entre 23 y 25 años, como presuntos autores de la muerte a cuchilladas del matrimonio formado por Ángel Villar y Elvira Fernández, ambos de 52 años, y su hija Laura, de 22, en un chalé de Chiloeches (Guadalajara) en la madrugada del pasado sábado. Tras matar a las víctimas, los presuntos autores prendieron fuego a la vivienda para intentar destruir pruebas, según fuentes de la investigación. Las pesquisas apuntan a que los asaltantes entraron en la residencia, donde dormían el matrimonio y su hija, con la supuesta intención de robar; y que, al ser descubiertos, decidieron matarlos, señalan las mismas fuentes. Los detenidos son amigos del exnovio de la joven asesinada, con el que esta había tenido una corta relación que incluyó una denuncia de malos tratos que desembocó en una orden de alejamiento.

Los arrestos se produjeron pocas horas después de que fueran hallados los cuerpos, gracias a la grabación de la cámara de seguridad de una gasolinera sita en Pozo de Guadalajara, una localidad cercana. Esa cámara registró a los tres sospechosos cuando huían de madrugada. No se descartan más detenciones. El Juzgado de Instrucción número 4 de Guadalajara ha ordenado el secreto de las actuaciones.

Los hechos se conocieron a las 3.32 de la madrugada del viernes al sábado. A esa hora, el otro hijo del matrimonio, Yeray, regresó a la vivienda, situada en el número 28 de la calle Fuente Valdoma de la urbanización Medina Azahara, y vio que se había desatado un incendio en el interior. El joven telefoneó a los vigilantes del recinto, que se desplazaron al lugar para sofocar las llamas. Sin embargo, tras unos primeros intentos fallidos por la magnitud que para entonces había alcanzado el fuego, optaron por avisar a los equipos de emergencia del 112. Después de casi dos horas de trabajo, los bomberos del parque de Azuqueca de Henares (Guadalajara) lograron sofocar el incendio y entrar en la vivienda. En la planta baja encontraron los cadáveres del matrimonio. En la escalera, el de su hija. Todos presentaban evidentes signos de haber sido acuchillados.

Horas después, la Guardia Civil detenía como presuntos autores del crimen a tres vecinos de Pioz, una localidad situada a solo 14 kilómetros (que se hizo tristemente famosa en el verano de 2016, cuando un veinteañero asesinó y descuartizó a sus tíos y a dos primos de corta edad). Los tres arrestados ahora, que habían tenido anteriormente encontronazos con las fuerzas de seguridad, eran del entorno del exnovio de la víctima. De hecho, uno de ellos es su primo. Otro es familiar de un exalcalde del municipio.

La principal hipótesis que manejan los responsables de las pesquisas es que los asaltantes accedieron a la vivienda pensando que estaba vacía, pero fueron descubiertos por los ocupantes. Siempre según esta línea de investigación, las víctimas opusieron resistencia al hurto ―las mismas fuentes destacan que el hombre fallecido era corpulento― y los ladrones decidieron matarlos, sobre todo después de que la menor de la familia los reconociera como amigos de su expareja. Luego, prendieron fuego a la casa y abandonaron el lugar. No ha transcendido si finalmente robaron algo en la vivienda.

Las pesquisas han revelado que los presuntos autores no accedieron a la urbanización ―para lo que era necesario tener la invitación de algún vecino― por la entrada principal. Ni el vigilante de la garita ni las cámaras de seguridad del complejo registraron su llegada, por lo que se baraja la hipótesis de que lo hicieron a través de un agujero ya existente en la valla que rodea el perímetro de la urbanización o que habían abierto ellos. Si bien las cámaras de videovigilancia del recinto no les detectaron, sí lo hizo la de una gasolinera situada en pueblo cercano, que los grabó huyendo tras prender fuego a la vivienda.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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