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Camino de la Memoria: un archivo digital para las víctimas del franquismo en Navarra

Las historias de más de 20.000 represaliados de la guerra y la dictadura dan forma al espacio virtual creado hace cuatro años por el Gobierno autónomo para mantener vivo el recuerdo de un “pasado terrible”

Inhumación de restos de represaliados en el cementerio de Milagro (Navarra), el 15 de abril de 1979. En la fotografía, incluida en el archivo digital navarro, unas vecinas sostienen un cráneo con un agujero de bala hallado en la fosa de la Venta de Arlás (Peralta).
Inhumación de restos de represaliados en el cementerio de Milagro (Navarra), el 15 de abril de 1979. En la fotografía, incluida en el archivo digital navarro, unas vecinas sostienen un cráneo con un agujero de bala hallado en la fosa de la Venta de Arlás (Peralta).Instituto Navarro de la Memoria
Amaia Otazu

Evaristo Pérez Luquin fue asesinado el 23 de agosto de 1936 a las diez y media de la noche en Cadreita (Navarra). Fue enterrado en una fosa en el Corral de Valcaldera, pero se sospecha que sus restos se trasladaron al Valle de los Caídos, en Madrid, en 1959, junto con otros 59 cadáveres no identificados.

Mariano Erice Urabayen, de 24 años y vecino del municipio navarro de Villava, fue sometido a un consejo de guerra en Bilbao el 20 de diciembre de 1937 y condenado a muerte y a una multa de 2.000 pesetas por traición. Fue indultado en 1959. ¿Su delito? Estar afiliado al PNV.

Hay más nombres: Candelaria, Modesto, Félix, Calixto, Eugenio... En total, 23.053 represaliados conforman la base de datos de Oroibidea-Camino de la Memoria. Un archivo digital de la Guerra Civil y el franquismo, abierto al público, que fue creado por el Gobierno de Navarra en 2020 y designado como lugar de memoria. Un espacio virtual para contar la historia detrás de cada nombre.

El Ejecutivo autonómico de la socialista María Chivite defiende la calificación de ese espacio virtual como lugar de memoria porque en él “hay testimonios de personas que fueron represaliadas o asesinadas en un lugar físico, como es una fosa”. “Oroibidea lo que hace es recoger esas voces y contextualizarlas”, explica el director del Instituto Navarro de la Memoria, José Miguel Gastón. El archivo da voz a los familiares de las víctimas, muestra fotografías históricas y recoge referencias de la vida y la muerte de fusilados, presos, trabajadores forzosos o víctimas de la represión económica.

Gastón pone el ejemplo de Tomás Burgos Cabezón. De él se sabe que era hijo de Cipriano y María, que nació en Iruña de Oca (Navarra), que era mecánico, padre de dos niños, y que militaba en la UGT. Fue recluido en la cárcel provincial de Pamplona y el 16 de noviembre de 1936 fue trasladado a las bordas de Iruzkun. Allí lo fusilaron y enterraron junto con otros 14 hombres. Tiene asociadas a su historia “referencias documentales, audiovisuales y fotográficas, además de fragmentos de entrevista, referencias bibliográficas y un recorrido judicial bastante completo”, detalla el director del instituto. El archivo dispone de un buscador para localizar la historia de cada víctima introduciendo su nombre, y la información está disponible en castellano, euskera, inglés y francés.

La consejera Ana Ollo, junto al director del Instituto Navarro de la Memoria, José Miguel Gastón (a la izquierda), y el jefe de la sección de Documentación, César Layana, el pasado miércoles.
La consejera Ana Ollo, junto al director del Instituto Navarro de la Memoria, José Miguel Gastón (a la izquierda), y el jefe de la sección de Documentación, César Layana, el pasado miércoles.GOBIERNO DE NAVARRA (GOBIERNO DE NAVARRA)
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La consejera navarra de Memoria y Convivencia, Ana Ollo, afirma que se ha querido combinar la complejidad del trabajo de documentación con la simplicidad de las búsquedas “para garantizar el derecho de las víctimas y sus familias a la verdad, así como el derecho de la ciudadanía a conocer la crudísima verdad de un pasado terrible que se inició en julio de 1936 y se extendió durante 40 años de dictadura. Un derecho que es preciso garantizar en unos tiempos en los que se entrecruzan intereses muy poderosos para transmitir una imagen distorsionada, banalizadora y negacionista de la dictadura franquista y de los crímenes en que se sustentó”.

El Instituto Navarro de Memoria y el Fondo Documental de la Memoria Histórica, perteneciente a la Universidad Pública de Navarra, han liderado la investigación. Una tarea que ha permitido cuadruplicar en estos cuatro años el número de referencias personales y bibliográficas de miles de navarros represaliados, exiliados o asesinados. Además, se ha incorporado un mapa de fosas georreferenciadas con 244 localizaciones por toda España, 127 prisiones, 20 campos de concentración y 45 batallones. Hay también decenas de referencias bibliográficas sobre memoria histórica y sentencias de consejos de guerra. Desde el instituto aspiran a que el archivo sirva de base para configurar una herramienta compartida a nivel nacional. Un espacio virtual que “sea una especie de homenaje permanente a las personas que lucharon contra el franquismo”.

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