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Abascal seguirá como presidente de Vox hasta 2028 sin que lo voten sus afiliados

El líder del partido ultra evita someter a votación su candidatura para que no aflore el malestar de las bases, según los críticos

Santiago Abascal, esta mañana, durante la presentación de candidatos para las elecciones gallegas, en el Hotel Galicia Palace, en Pontevedra.
Santiago Abascal, esta mañana, durante la presentación de candidatos para las elecciones gallegas, en el Hotel Galicia Palace, en Pontevedra.Adrián Irago (Europa Press)
Miguel González

Santiago Abascal seguirá como presidente de Vox hasta el año 2028 sin que lo voten las bases de su propio partido. Los afiliados de la formación ultra han recibido un mensaje del comité electoral (CEL) de Vox, encargado de organizar las elecciones internas, en el que se les comunica que la candidatura al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) encabezada por Abascal es la única que ha conseguido el aval del 10% de los miembros de la formación y, por tanto, la única que opta a dirigir el partido en la asamblea extraordinaria convocada para el próximo domingo.

Aun así, nada impediría a Abascal someter su lista a votación para saber el respaldo con el que cuenta entre las bases. Sin embargo, el comunicado del CEL añade que, según lo previsto en el Reglamento Interno de Procedimientos Electorales (RIPE) de la formación, ha decidido, tras preguntar al propio Abascal, proclamarlo directamente presidente sin someterlo a votación. El artículo 10 dicho reglamento señala: “En el caso de resultar proclamada una única candidatura, quedará a criterio del CEL, previa consulta a la candidatura, someterla a votación o proclamar directamente dicha candidatura como electa”. Fuentes críticas de Vox explican que, con esta decisión, Abascal quiere evitar que aflore el malestar interno, en forma de votos negativos o abstenciones, en la votación de la única candidatura.

No es la primera vez que Abascal elude someterse a la decisión de las bases de su partido. En 2020, cuando se eligió la actual dirección de Vox, también optó por la proclamación directa. La última vez que sometió su cargo a votación fue en 2018, en la asamblea en la que se acordó prolongar de dos a cuatro años el mandato del comité nacional. Si no dimite antes de 2028, Abascal estará ocho años como líder del partido ultra sin que nadie lo haya votado. Llegó a la Presidencia del partido en septiembre de 2014, por lo que está a punto de cumplir una década en el cargo.

Todo el proceso electoral interno está envuelto en la opacidad. La comunicación del CEL no concreta cuántos avales ha obtenido la lista encabezada por Abascal. Se limita a señalar que “ha superado el 10% de los avales necesarios”; aunque quiere decir, en realidad, que ha superado el necesario 10% de los avales. Según la convocatoria de las elecciones internas, los avales necesarios eran 3.269, a pesar de que el partido aseguraba contar a finales de 2022 con más de 66.000 afiliados, por lo que el 10% serían 6.600. Tampoco en la asamblea de 2020 se informó nunca de cuántos avales recibió Abascal: el comité electoral interno de entonces, vinculado a la candidatura oficial, solo comunicó que este tenía avales suficientes, mientras que la lista alternativa, que encabezaba un militante canario, no había superado el listón; sin revelar nunca cuántos obtuvo cada uno. El CEL era el único que sabía los resultados, ya que, entonces como ahora, el proceso de avalar es telemático y se hace a través de la web del partido.

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A diferencia de hace cuatro años, en esta ocasión no se ha presentado ninguna candidatura alternativa. Entre otras razones, porque la asamblea nacional, prevista para marzo, se anticipó por sorpresa el pasado 8 de enero al 27 de este mes, dándole carácter extraordinario y recortando de 30 a solo 15 días el plazo de convocatoria, lo que dificultaba la formación de cualquier lista distinta a la oficial y, sobre todo, la recogida de avales para la misma. El ex secretario general Javier Ortega Smith, de quien se especuló que podría competir con Abascal, se acabó integrando en la lista oficial. Afiliados críticos consideran que la convocatoria de esta asamblea vulnera no solo los estatutos del partido, sino cualquier principio de funcionamiento democrático.

Para lo único que ha servido el proceso electoral interno ha sido para eliminar a dos mujeres de la lista de Abascal: Rosa Cuervas-Mons, directora de Comunicación de la Presidencia de Vox; y Montserrat Lluis, vicesecretaria de Acción de Gobierno. El CEL ha estimado que no cumplían con el requisito de ser afiliadas “de pleno derecho”; es decir, tener más de nueve meses de antigüedad en el partido y estar al corriente de pago de las cuotas. Con estas bajas, el nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) estará formado por 18 personas, de las que solo un tercio, seis, son mujeres.

En estas condiciones, Vox ha transformado su asamblea nacional en un mitin político y ha convocado para el mediodía del próximo domingo, día en el que los afiliados deberían votar a la nueva dirección, un acto abierto al público bajo el lema: “Ven a la reelección de Abascal”. En realidad, no habrá tal reelección, ya que el comité electoral se limitará a proclamar a Abascal presidente de Vox cuatro años más sin votación.

El adelantamiento de la asamblea de Vox permitirá a Abascal blindarse en el puesto antes de que se conozcan los resultados de las elecciones gallegas del 18 de febrero, en las que todas las encuestas le auguran un pésimo resultado. Este domingo, en Pontevedra, ha presentado al candidato de su partido a presidente de la Xunta, Álvaro Díaz-Mella, en un acto íntegramente en castellano, en el que ha reconocido tener la “espinita clavada” de que el Parlamento gallego sea el único en el que aún no ha conseguido entrar su partido.

Abascal ha acusado al líder del PP, Albero Núñez Feijóo, de chantajearle por pedir que Vox no se presente a las elecciones gallegas con el argumento de que no va a obtener ningún escaño y solo servirá para dividir el voto de la derecha (“no puede haber un insulto mayor”, se ha quejado) y ha reprochado a los populares que apoyaran la reforma de la Constitución para eliminar el término “discapacitado”, alegando que, “si PP y Vox votan no a este gobierno en cada votación de esta legislatura, acabará pereciendo a manos de los traidores que le han dado la investidura”.

En el mismo acto, Abascal ha presumido de que ningún miembro de su partido se haya presentado para disputarle el liderazgo en la asamblea del próximo domingo y se ha preguntado “dónde está el candidato de los medios de comunicación”, aludiendo a las noticias sobre el malestar existente en el seno de la formación. Al final, se ha despedido con un “¡Viva la libertad, carallo!”, parafraseando al nuevo presidente argentino, el anarco-capitalista Javier Milei.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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