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Un sicario de 20 años acusado de dos asesinatos se fuga por la puerta de la cárcel madrileña de Alcalá-Meco

Instituciones Penitenciarias abre una investigación interna para aclarar las circunstancias de la huida, que se produjo la víspera de Nochebuena tras la visita de familiares a la prisión

Óscar López-Fonseca
Imágen exterior del Centro Penitenciario Madrid 2, en el término municipal de Alcalá de Henares, en una imagen del ayuntamiento de esta localidad
Imágen exterior del Centro Penitenciario Madrid 2, en el término municipal de Alcalá de Henares, en una imagen del ayuntamiento de esta localidad

La Guardia Civil busca desde el sábado por la tarde a Yusef M. L., alias El Pastilla y de 20 años de edad, tras haberse fugado ese día del Centro Penitenciario de Alcalá-Meco (Madrid), donde estaba recluido a la espera de ser juzgado por su presunta implicación en dos asesinatos por encargo. La huida se detectó poco después de las 17.30 de la víspera de Nochebuena durante el recuento de internos que se realiza tras terminar las visitas de los familiares, según ha adelantado El Faro de Ceuta y confirmado EL PAÍS en varias fuentes penitenciarias. Estas fuentes apuntan a que El Pastilla, que ese día había tenido una comunicación vis a vis (con contacto físico) con allegados, aprovechó un fallo de seguridad para mezclarse con los visitantes y escapar caminando por la puerta principal del centro.

Fuentes cercanas a la investigación concluyen que la fuga no estaba preparada y que todos los indicios apuntan a que tampoco contó con ayuda de trabajadores del centro penitenciario. En ese sentido, destacan que Yusef M. llevaba menos de tres semanas en el centro y, por tanto, no había tenido ni capacidad ni tiempo para organizarla, además de que la visita de este sábado era el primer vis a vis que disfrutaba con familiares en la prisión de Alcalá-Meco y, por tanto, no conocía en qué circunstancias se desarrollaba en esta prisión. “Vio la oportunidad y la aprovechó”, se muestran convencidas estas fuentes. La revisión de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del centro penitenciario apuntan en el mismo sentido. En ellas se ve como el interno abandonaba el centro caminando tranquilamente acompañado por sus familiares. Fuentes penitenciarias califican lo ocurrido como un fallo de seguridad “muy grave” y lo achacan a “un cúmulo de errores”. Instituciones Penitenciarias ha iniciado un procedimiento interno para determinar las circunstancias de los hechos.

Yusef M. se encontraba en prisión preventiva como presunto autor de, al menos, dos asesinatos. El primero fue el 6 de octubre de 2022, cuando supuestamente mató por encargo en Algeciras (Cádiz) a un trabajador del puerto de esta localidad al que la banda en la que entonces estaba integrado, la de Nayim K. A., alias Tayena, confundió con un miembro de un grupo rival, el de los ‘Piolín’. El segundo homicidio del que se le acusa se cometió el 12 de abril de este año y fue el del propio Tayena, al que presuntamente disparó casi a bocajarro en el abdomen cuanto salía de su casa en Los Cortijillos, en Los Barrios, también en la provincia de Cádiz. Yusef fue capturado esa misma tarde en Algeciras cuando trataba de subir al ferry con destino a Ceuta para esconderse. La Policía también le implica en numerosos tiroteos protagonizados por las mafias para hacerse con el control del tráfico de drogas en la periferia de esta ciudad autónoma.

Tras su encarcelamiento, Yusef fue incluido en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), un sistema creado hace más de 25 años para incrementar el control sobre determinados presos y, de este modo, “garantizar la seguridad” dentro de las cárceles. En concreto, fue catalogado como FIES-5, uno de los cinco ficheros que existen y que está destinado a lo que se denominan presos de “características especiales”, entre ellos los acusados de delitos con vínculos con el crimen organizado o de especial gravedad, como era su caso. Desde entonces, había estado en la cárcel de Botafuegos, en Algeciras, desde donde fue trasladado a comienzos de diciembre ante el riesgo de que fuera agredido por internos ligados al grupo de la segunda de sus víctimas. El destino fue la prisión madrileña, centro de referencia para los reclusos menores de 21 años.

Desde 2005 hasta ahora se han registrado más de 10.000 quebrantamientos de condena en cárceles españolas (más de 500 al año, de media), según datos del Ministerio del Interior; aunque la mayoría de los huidos son detenidos poco después. De esta cifra, el número más alto se produjo al aprovechar los presos el disfrute de un permiso para no retornar al centro penitenciario. Otro número importante de quebrantamientos se produce durante salidas para acudir a los juzgados, cuando están ingresados en centros hospitalarios o al realizar una actividad cultural fuera de la cárcel. El pasado 26 de abril, dos internos de la cárcel de Aranjuez aprovecharon una de estas últimas al Palacio de esta localidad y comer en un restaurante, para escaparse.

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Las evasiones desde dentro de la cárcel, como la realizada ahora por Yusef M., son muchas menos: desde 2005 se han contabilizado menos de una treintena, según diferentes respuestas parlamentarias de Interior de los últimos años. Una de las más celebres fue la que protagonizaron, en diciembre de 2020, Jonathan Moñiz, El Piojo, y su hermano Miguel Ángel, que escaparon de la cárcel de Valdemoro tras romper los barrotes de una ventana, recorrer los tejados del centro y saltar la valla del perímetro con una soga fabricada por ellos. Un tercer interno que les acompañaba fracasó en el intento. Los hermanos Moñiz fueron detenidos meses después por separado. Días después de aquella evasión, Interior impartió instrucciones a los directores de todos los centros penitenciarios para revisar los sistemas de seguridad e instar a que se aplicaran las medidas contempladas en los protocolos para evitar fugas.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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