Sánchez pedirá a los militantes que avalen la negociación con los independentistas, pero sin citar la amnistía
El PSOE ampliará la pregunta sobre el acuerdo con Sumar al pacto con los demás grupos. El presidente en funciones asegura que este sábado ante el Comité Federal explicará su posición
La negociación para la investidura avanza y Pedro Sánchez ya está preparando a su partido para un pacto decisivo con los partidos independentistas que supondrá previsiblemente una amnistía para los encausados del procés y más cuestiones delicadas. El presidente ultima un discurso relevante que pronunciará este sábado ante el Comité Federal del PSOE, en el que, según ha dicho él mismo este viernes, detallará su posición sobre “los distintos aspectos que afectan al proceso de investidura”. En esa intervención desde Bruselas Sánchez ha anunciado también que el partido no sólo consultará a su militancia el pacto de gobierno con Sumar —como fijan los estatutos del PSOE y como se hizo en 2019 con el pacto con Unidas Podemos— sino que incluirá en esa consulta esta otra pregunta: “Si la militancia avala que logremos acuerdos parlamentarios con el resto de formaciones políticas que nos permitan lograr la mayoría para la investidura”.
En la pregunta no habrá una mención explícita a la amnistía ni se hablará específicamente del acuerdo con Junts per Catalunya, el más delicado, pero sí se consultará a la militancia si está de acuerdo con negociar con ese partido y el resto de grupos necesarios para armar una mayoría. Sánchez se ha mostrado confiado en que obtendrá un respaldo masivo de la militancia. Sin la palabra amnistía en la pregunta, y con el pacto con Sumar incluido en la misma consulta, la dirección del PSOE está convencida de que tendrá mucho apoyo, pese a las críticas de algunos veteranos como el expresidente Felipe González y el que fuera el número dos de los socialistas, Alfonso Guerra.
Esa será la única consulta, no habrá más. Sánchez ha alegado que, si tuviera que preguntar por cada uno de los acuerdos necesarios para la investidura, no llegaría al 27 de noviembre, la fecha límite para ser investido.
El presidente en funciones ha hecho este anuncio durante la rueda de prensa tras una cumbre de la UE en la que ha tenido mucho protagonismo, ya que se ha aprobado defender una conferencia de paz para resolver el conflicto árabe-israelí, una iniciativa española. Sánchez ha empujado para que la posición europea sobre el ataque a Gaza fuera más dura e incluyera la necesidad de reclamar “pausas” y “corredores humanitarios” a Israel.
“¿Por qué lo formulamos en esos términos?”, ha planteado el líder del PSOE al explicar la consulta sobre la negociación para la investidura. “Primero, porque queremos que la militancia se pronuncie sobre los acuerdos que tengamos con el resto de las formaciones políticas, y en segundo lugar porque no podemos entrar en más detalle porque estamos en ese proceso de negociación, no solo con Junts per Catalunya y con ERC sino también con PNV, con el BNG, con Bildu y también con Coalición Canaria. Si hago todo esto, me tendría que ir al 27 de noviembre, ¿no?”, zanjó el presidente para justificar que la militancia no sea consultada expresamente por la amnistía, algo que en todo momento descartaron desde la dirección del PSOE porque los estatutos no obligan a ello.
En la cúpula socialista creen que la militancia avalaría la amnistía si le consultaran, porque dentro del PSOE prima la voluntad de tener un Gobierno progresista y evitar que el PP y Vox lleguen a La Moncloa, pero han decidido no incluirla y así evitarse un posible conflicto. Sánchez insiste en no entrar en los asuntos centrales que están en la negociación, pero sí apunta que las cosas están avanzando rápidamente y ya se dispone a empezar la explicación política con un discurso en el Comité Federal. Allí se podrá ver, además, que la oposición a la amnistía es muy reducida dentro de la cúpula socialista, prácticamente limitada a los líderes del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y de Aragón, Javier Lambán, que son prácticamente los únicos que en los últimos tiempos han planteado discrepancias en un órgano en el que tradicionalmente hubo grandes disputas políticas en los años 80 y los 90. Las grandes batallas internas en el PSOE prácticamente han desaparecido desde que Sánchez, que fue destituido en un Comité Federal en 2016, volvió al poder al año siguiente en unas primarias. Desde entonces, el control del partido que tiene el secretario general es total, y el apoyo a sus decisiones, muy claro entre la cúpula pero también en las bases.
Sánchez no se enfrenta pues a un problema interno para pactar la amnistía, aunque hay aspectos de la negociación que le siguen generando problemas, como la exigencia de Junts de que la negociación cuente con un mediador internacional. Esa cuestión y, sobre todo, la reclamación de un referéndum de autodeterminación son exigencias que, según sostienen fuentes socialistas, un partido troncal en el pacto constitucional no puede aceptar. Pero el mayor obstáculo en este momento para cerrar un pacto con ERC y con Junts reside en el relato político de la amnistía, en la exposición de motivos que acompañará a la ley y en todas las cuestiones colaterales que se están negociando alrededor de ese pacto central sobre el perdón definitivo a los encausados del procés independentista.
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