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Sánchez explora con los nacionalistas un pacto que vaya más allá de la investidura

El PNV y el BNG ratifican su voluntad de acuerdo a expensas del resultado de las negociaciones

María Jesús Montero, Pedro Sánchez y Aitor Esteban, el lunes en un momento de su encuentro en el Congreso.
María Jesús Montero, Pedro Sánchez y Aitor Esteban, el lunes en un momento de su encuentro en el Congreso.Claudio Alvarez

Pedro Sánchez afronta la ronda de contactos con los grupos parlamentarios con la mirada larga. La pretensión del presidente en funciones y candidato del PSOE no se reduce a recabar los apoyos a la investidura. El objetivo es, además, garantizarse el respaldo de los partidos nacionalistas e independentistas para los próximos cuatro años. Un sudoku endiablado en el que ningún voto sobra y con muchas piezas difíciles de encajar debido a la rivalidad entre ERC y Junts, por un lado, y entre el PNV y EH Bildu, cuya competencias se complica aún más con las elecciones vascas en el horizonte.

El reto está lleno de complicaciones, pero Sánchez ha dejado entrever en sus dos primeras reuniones con sus potenciales aliados parlamentarios, que ha comenzado este martes con BNG y PNV, que su aspiración no se limita a ser investido y aguantar lo máximo posible con socios tan impredecibles como Carles Puigdemont. Ese es el escenario que auguran en el PP: una legislatura corta, de dos años de duración, en la que al PSOE le penalizaría el desgaste de la gestión diaria con sus socios, combinado con la mayoría absoluta del PP en el Senado y el poder territorial amasado por los de Feijóo el 28-M tras lograr la presidencia de 11 comunidades autónomas y decenas de ayuntamientos. “No basta con un acuerdo de investidura. El presidente no busca solo eso, busca un acuerdo de legislatura. Queremos un acuerdo progresista para los próximos cuatro años”, ha dicho con toda claridad Patxi López, el portavoz socialista.

El PNV y el BNG han ratificado su voluntad de acuerdo para investir a Sánchez, pero ambos han insistido en que no se puede dar su apoyo por seguro. Dependerá de las negociaciones que los equipos de ambas partes iniciarán formalmente la próxima semana. El 27 de noviembre es la fecha límite para que Sánchez sea investido o de lo contrario el 14 de enero habrá repetición de elecciones. Los nacionalistas vascos, a través de su portavoz, Aitor Esteban, se han abierto mucho más que el BNG a la posibilidad de un pacto a largo plazo. “Que haya un acuerdo de investidura y negarle los Presupuestos al Gobierno no tiene mucho sentido. Si le vas a dar una oportunidad con la investidura, tendrás que darle el mínimo instrumento para que el Gobierno eche a funcionar. A partir de ahí, cómo se va a desarrollar y si va a aguantar los cuatro años… Cuando se inician las investiduras es con la intención de que [las legislaturas] duren cuatro años”, observó Esteban este martes tras el encuentro que mantuvo con Sánchez y al que se incorporó María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda en funciones. Esteban valoró su presencia: “Me parece bien, yo me entiendo bien con la ministra de Hacienda, los dos somos bastante directos. Y todo el mundo sabe que Hacienda es el Gobierno dentro del Gobierno, es el que da el permiso [a las partidas presupuestarias] al resto de ministerios”.

El BNG sí se ha mostrado dispuesto a llegar a un acuerdo que incluya su respaldo a los próximos Presupuestos, sin ir por el momento más allá. Su único diputado, Néstor Rego, ha acotado las conversaciones a un pacto de investidura, al menos por ahora.

Sánchez, tras obtener el encargo de concurrir a la investidura, marcó ya posición el pasado 3 de octubre: “Vamos a trabajar para articular en el Congreso, no solo una mayoría para investidura, sino una mayoría de legislatura que dé un gobierno a España y estabilidad al país durante los próximos cuatro años”. Nadie se engaña y, ante una legislatura que se prevé más compleja todavía que la pasada, la aprobación de los Presupuestos de 2024 le aseguraría al PSOE gobernar con Sumar al menos tres años. Garantizarse el apoyo también a las cuentas públicas de 2025 les daría un colchón para, en el peor de los casos, poder completar la legislatura con los siguientes presupuestos prorrogados. Esos son los cálculos de fuentes de Ferraz y La Moncloa, que subrayan que su intención es aprobarlos en tiempo y forma en cada ejercicio, al igual que en la legislatura pasada.

La cúpula del PSOE resalta que la prueba de que la investidura de Sánchez es la única con opciones de salir adelante —Feijóo no amplió la base de 172 votos de la que partía cuando recibió el encargo de Felipe VI— es que los negociadores de los diferentes partidos se hayan citado las semanas siguientes para entrar ya en la letra pequeña de los acuerdos. El presidente en funciones dedicará el miércoles y el viernes a cuidar la puesta en escena de los encuentros con el resto de los grupos, salvo Vox: este miércoles se reunirá con UPN, Coalición Canaria y ERC. Y dejará para después de la fiesta nacional las imágenes más incómodas con EH Bildu y Junts. Feijóo, en cambio, solo se reunió en la ronda de contactos para su investidura fallida con Vox, Coalición Canaria y UPN.

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Ni una mínima pista

Fiel a su estilo, el PNV tira de discreción y anuncia que no concederá la mínima pista sobre qué versarán las negociaciones. Su portavoz no ha desvelado siquiera si Sánchez le había trasladado de forma explícita o entre líneas su apuesta por un pacto de legislatura. “Yo me imagino que lo que busca él es estar los cuatro años”, ha señalado Esteban, al tiempo que rechazaba hablar de un acuerdo de legislatura porque “sería un error poner etiquetas ahora”. “Pasito a pasito”, ha enfatizado. El diputado vasco ha lanzado un aviso a Sánchez: el malestar con el trato del PSOE en la parte final de la última legislatura, en la que el PNV y otros partidos reprochan a los socialistas que negociase lo justo: “Hay un tema importante que es cómo vamos a funcionar si sale adelante la investidura. Porque la experiencia del último tramo de la pasada no fue nada satisfactoria para nosotros. Ya lo dije en la investidura anterior: todo el mundo tendría que saber distinguir qué era posible y no enzarzarnos en el programa electoral de cada uno y llegar forzadamente a algunas votaciones. Eso no funcionaría tampoco en esta”.

El BNG, por su parte, ha reclamado un modelo de financiación “más justo” con Galicia y un incremento de las inversiones estatales frente al “déficit histórico”, sobre todo en las infraestructuras ferroviarias pendientes, como la conexión entre Santiago y Lugo. Rego ha hecho especial énfasis en la necesidad de completar las transferencias pendientes recogidas en el estatuto de autonomía. En cuanto a la posibilidad de modificar la estructura del Estado, el portavoz del BNG ha reclamado el mismo trato y el mismo estatus para Galicia que demandan los nacionalistas e independentistas vascos y catalanes, aunque ha admitido que cualquier iniciativa en este sentido debería partir del Parlamento gallego, donde el PP tiene ahora mayoría absoluta.

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