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La bebé Hazia se llama Hazia pese a la negativa del Registro Civil de Vitoria

La Dirección de Seguridad Jurídica y Fe Pública anula una decisión de una jueza que impedía inscribir a la pequeña con ese nombre porque apreciaba “connotaciones negativas”

Mikel Ormazabal
Hazia, en una imagen reciente facilitada por la familia de la menor.
Hazia, en una imagen reciente facilitada por la familia de la menor.CEDIDA

La pequeña Hazia se hizo conocida siendo un bebé, al poco de nacer el 22 de octubre de 2022, cuando la jueza encargada del Registro Civil de Vitoria se negó a inscribirla con ese nombre que en euskera significa “semilla” e impuso llamarla oficialmente Zia, que en latín tiene el mismo significado. Los padres de la recién nacida recurrieron aquella decisión y, 11 meses después, la Dirección de Seguridad Jurídica y Fe Pública, dependiente del Ministerio de Justicia, ha anulado aquella resolución judicial. “Hazia ya es nombre legal. Estamos muy contentos, aunque la espera se ha hecho muy larga”, afirma a este diario la abuela de la criatura, Rosa María Manteiga.

Un juzgado de Vitoria comunicó el pasado viernes a la familia que una resolución de la Dirección de Seguridad Jurídica y Fe Pública acepta inscribir a la menor con el nombre Hazia. Este organismo declara, a propuesta de la Subdirección General de Nacional y Estado Civil, “la nulidad de la resolución de denegación de nombre dictada por la responsable del Registro Civil de Vitoria y su imposición del nombre Zia”. En la misma notificación, “se autoriza la inscripción de la menor con el nombre Hazia”. Con esta autorización oficial, los padres de Hazia podrán inscribirla ahora con el nombre que habían elegido cuando nació la pequeña.

El caso queda resuelto a favor de la familia, que había incorporado en su recurso un informe de Euskaltzaindia (la Academia de la Lengua vasca), que no ve “ningún impedimento” a llamarla Hazia pese a que en su archivo onomástico no figura este nombre. Hazia figura como “semilla” en la primera acepción del diccionario de Euskaltzaindia. Es un derivado del verbo hazi, que significa criar, mantener, alimentar, nutrir. Pero la responsable del registro civil les denegó la solicitud porque Hazia “no se correspondía con ninguno de los nombres consignados en los archivos de Euskaltzaindia” y les requirió que “diesen otro nombre al nacido”. Los progenitores se negaron a firmar y recoger dicha providencia. Ante la negativa a cambiar de nombre, la jueza optó por nombrar legalmente a la criatura e inscribirla como Zia.

La magistrada optó por Zia porque Hazia tiene “connotaciones negativas”. En su argumentación para impedir llamarla así señaló que esta palabra “significa en el euskera usual `semen”. Se acogió a una de las restricciones recogidas en el artículo 51 de la ley 20/2011 del Registro Civil, según la cual “no podrán imponerse nombres que sean contrarios a la dignidad de la persona ni los que hagan confusa la identificación”. La familia protestó e hizo público el caso en los medios informativos porque vieron en aquella decisión un “ataque” a su “derecho a elegir el nombre de la niña”.

“Nunca hemos entendido esta pataleta de la jueza”, dice la abuela paterna. Los padres prefieren mantenerse al margen, aunque no ocultan su satisfacción por haber conseguido que su hija pueda llevar el nombre que eligieron para la menor, asegura Rosa. Bergoi López y Alazne Cimavilla no eligieron Hazia por su significado en castellano (semilla, según Euskaltzaindia), añade, sino “por su sonoridad”. “Hazia me suena a mí a música celestial. No hay por qué traducirlo al castellano”, remarca Rosa. Hazia tiene un hermano de cuatro años que se llama Oroitz (recuerdo, en euskera). Sus padres tenían “muy claro” que a la niña querían ponerle Hazia.

El informe de Euskaltzaindia ha sido determinante para que finalmente haya prosperado el deseo de la familia. La entidad lingüística sostiene que no hay “inconveniente” en ponerle a la niña el nombre Hazia, “como ocurre con otros nombres derivados de un nombre común”. Y pone los ejemplos de Amets (sueño), Haizea (aire), Nahia (deseo), Zeru (cielo) o Zuhaitz (árbol), en los que, como ocurre ahora con Hazia, “de vez en cuando” se dan problemas en los registros civiles “por el género asociado al nombre”. Es por eso que la citada institución pidió en 2018 al Ministerio de Justicia que “actuara con flexibilidad en los casos de nombres relacionados con el género”.

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La familia de Hazia considera que la jueza que impidió registrarla como Hazia hizo una interpretación “errónea”, porque “en ningún momento” sus padres quisieron darle un nombre ofensivo. “Los padres decidieron ese nombre desde sus sentimientos y sus vivencias como pareja, para ellos tiene mucho significado el nombre de sus hijos”, explicó la abuela hace un año a este diario.

Durante estos 11 meses, la familia “nunca” ha utilizado Zia para dirigirse a la pequeña: “Siempre ha sido Hazia para nosotros, aunque durante este tiempo no hemos tramitado ningún documento oficial, ni DNI ni tarjeta sanitaria para evitar que figurase Zia”, el nombre que eligió la jueza”, afirma la abuela, quien espera que el caso de su nieta “sirve en el futuro para otros padres que se encuentren en la misma situación”. Ahora podrán ir al registro para inscribir a la pequeña con su nombre deseado: “Será su mejor regalo de cumpleaños”, añade, en vísperas de que Hazia cumpla un año.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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