Una nueva reactivación del incendio en Tenerife obliga al Gobierno a desplegar de nuevo a la UME

Tenerife no despierta de su pesadilla estival ya entrado el otoño. El incendio que comenzó el 15 de agosto en el macizo central de la isla ha vuelto a reactivarse en los municipios de Tacoronte, El Sauzal, Santa Úrsula y La Orotava, el municipio El Sauzal, y ha llevado al Gobierno de Canarias a devolverlo este lunes al nivel 2, apenas unos días de devolverlo al nivel 1. Así las cosas, el Gobierno ha procedido activar a la Unidad Militar de Emergencias (UME). Esta tarde han intervenido en las tareas de extinción equipos terrestres y diez helicópteros que han realizado descargas en la zona afectada para tratar de enfriar y contener el avance del fuego. Un centenar de vecinos han sido desalojados.

La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, ha sido la encargada de informar del nuevo estado de las llamas que, debido a las altas temperaturas y a la baja humedad, está volviendo a coger fuerza dentro de la zona afectada. Preocupan, en especial, las rachas de viento nocturnas, que pueden llegar hasta los 60 kilómetros por hora. Diez medios aéreos se han activado para trabajar hasta que la luz lo permita junto a noventa efectivos terrestres que llevan toda la tarde trabajando sobre el fuego.

Canarias encadena desde hace más de una semana la décima ola de calor en un mes de octubre desde 1975, año en que empieza la serie histórica de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) Para este martes, el archipiélago ha decretado avisos de riesgo (amarillo) por temperaturas máximas de hasta 35 grados centígrados en todas las islas, menos en la de La Palma, según la Agencia Estatal de Meteorología.

El incendio se declaró en la madrugada del 15 de agosto en el macizo central de la isla. A lo largo de nueve días, calcinó 14.700 hectáreas, cerca del 7,1% de la superficie de la mayor de las islas Canarias. Hace una semana, la ola de calor y la baja humedad relativa reactivó las llamas y provocó el desalojo de unos 3.000 vecinos. A diferencia de agosto, esta vez, las llamas sí afectaron a una vivienda. En conjunto, el daño de la catástrofe año se extiende en un perímetro de 90 kilómetros a lo largo de 12 municipios, cifras que convirtieron a este fuego en el más dañino de los que se han producido en 2023. El Cabildo ha cifrado los daños en algo más de 80 millones de euros.