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El PP cuestiona la neutralidad de la presidenta de las Cortes por no fijar fecha para la investidura de Sánchez

Feijóo acusa al presidente de no “autoponerse” ningún día para el pleno en el Congreso por su “interés personal” en connivencia con Armengol

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, con los miembros de la Mesa en la investidura de Feijóo en septiembre.
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, con los miembros de la Mesa en la investidura de Feijóo en septiembre.Álvaro García
Javier Casqueiro

El PP de Alberto Núñez Feijóo ha concluido, en este momento clave de la investidura de Pedro Sánchez, que su mejor opción pasa porque se repitan las elecciones generales el 14 de enero y todas las demás posibilidades entorpecen esa estrategia. El PP quiere una fecha cuanto antes para que Sánchez se someta a una votación en el Congreso para no darle tiempo a que logre los apoyos que necesita y entiende que la presidenta de las Cortes, la socialista Francina Armengol, es ahí un árbitro “de parte”. Los populares han relanzado todo tipo de acusaciones contra Armengol para cuestionar su neutralidad en consonancia con otras apropiaciones de símbolos e instituciones del Estado. Feijóo llegó este lunes a interpelar al aspirante socialista, en su reunión cara a cara, para que le comunicara la fecha de su pleno de investidura sin éxito. El líder popular concluyó después que el ya candidato del PSOE “no se autopone” esa sesión “por su interés personal” en connivencia con Armengol. El PP ha cuestionado agriamente, en las pocas reuniones hasta ahora de la propia Mesa del Congreso y en los plenos celebrados, la mayoría de las decisiones de Armengol.

El 17 de agosto, en cuanto acabó el pleno que aprobó la formación de la Mesa del Congreso y el nombramiento de Armengol como presidenta, el líder del PP fue a saludar y felicitar a la socialista balear, con la que mantuvo durante años una relación cordial cuando ambos eran presidentes autonómicos. El 22 de agosto, cuando acabó la primera ronda de contactos con el rey Felipe VI para sondear los apoyos para su investidura, Feijóo y Armengol hablaron por teléfono y convinieron que esa primera votación clave, que pone en marcha el proceso para una hipotética repetición electoral, no procedía en la última semana de agosto y tampoco en las primeras de septiembre porque podría conllevar volver a las urnas en plenas Navidades. Nadie denunció imposición alguna en aquel momento.

Feijóo, luego, ha dicho que solo pidió ocho días, aunque en aquella jornada llegó a escribir a Armengol una carta en la que solicitaba, por un lado, un tiempo “prudencial” para hablar con otros partidos “con la debida diligencia” y además le recordó precedentes en los que se habían concedido 33, 46 y 24 días. Armengol sumó los tres plazos, los dividió y le dio la media: 35 jornadas.

Feijóo le reprochó a Sánchez este lunes la tardanza ahora en fijar su pleno de investidura, le atribuyó a él en exclusiva esa decisión y criticó la posición en la que dejaba a la presidenta de la Cámara baja. Críticas a Armengol que han ratificado el partido, Borja Sémper, y la portavoz en el Congreso y secretaria general, Cuca Gamarra, incidiendo en la idea de considerarla como una “presidenta de parte”. El PP ha recriminado a Armengol desde permitir el uso de las lenguas cooficiales del Estado en el Congreso antes de aprobarse la reforma de su reglamento al respecto hasta la consideración como voto nulo de un diputado de Junts que se equivocó en la investidura de Feijóo. El PP ha anunciado recursos y pedido rectificaciones de esas posturas en la Mesa, que según fuentes de la misma se ha convertido en otro campo de disputa política partidista más.

Armengol ha llegado a confesar, en privado y con sorpresa, el alto grado de agresividad de algunos componentes del PP en ese órgano, que normalmente era hasta ahora más bien institucional y poco polémico. Entiende que se debe a que el PP quiere “desgastar” todos los símbolos del Estado y “generar un clima político infernal” en todos los ámbitos.

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Voto erróneo

El caso del voto erróneo del diputado de Junts es muy ilustrativo de esa situación. El parlamentario intentó corregir su error sobre la marcha, pero la secretaria cuarta que estaba en ese momento validando la votación, Carmen Navarro, del PP, no lo permitió. La Mesa se dividió en dos: los cuatro componentes del PSOE y Sumar (dos cada uno) querían que se fijase el voto corregido y negativo, los cuatro del PP que se dejase como estaba. Armengol desempató, optó por considerarlo nulo y no contentar a nadie, pero los populares la acusaron de falta de neutralidad. La presidenta propuso la semana pasada una solución para permitir reconfirmar ese voto presencial si es “de inmediato” y evitar futuras arbitrariedades y dio unos días, que acaban este martes, en el que hay convocada otra reunión de la Mesa, para votarla o valorar alternativas. El PP no ha presentado ninguna.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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