En primera línea: desembarco de un cayuco en El Hierro
EL PAÍS presencia la llegada al muelle de La Restinga de la embarcación, con 80 personas a bordo, en una jornada con 700 rescates
Un aviso activó, pasada la una de la madrugada de este sábado (una hora más en la España peninsular), la patrullera de Salvamento Marítimo que hace guardia en el puerto de La Restinga, en la isla canaria de El Hierro. A cuatro millas náuticas (unos 7,5 kilómetros), un cayuco con unas 80 personas a bordo navegaba con rumbo a la isla. La salida de la embarcación de rescate alertó a los vecinos, que apuraban sus bebidas en el último bar que quedaba abierto en el puerto y varios de ellos, voluntarios de la Cruz Roja, abandonaron sus mesas para vestirse los uniformes. En apenas 10 minutos, un pequeño dispositivo auxilió a los náufragos. El equipo de una ambulancia atendió a varios de ellos, que desembarcaron desfallecidos y mareados.
Al atracar el cayuco, los supervivientes, con los rostros desencajados, se pusieron nerviosos. En la proa, algunos jóvenes exclamaban “¡boza, boza!”, el grito habitual de los migrantes africanos cuando pisan territorio europeo. Fue un desembarco complejo porque la mayoría de sus ocupantes apenas podía sostenerse en pie. “En el momento en que entran en calor, se quedan dormidos”, explica una de las personas que ha intervenido en la recepción.
El estado de algunos de los supervivientes es delicado. Uno de los chicos relató que se cayó del barco y que ha estado dos días inconsciente. Más de una hora y media después del desembarco, seguía en el suelo, mientras los voluntarios llamaban al 112. El hospital de El Hierro se encuentra a 45 minutos en coche del muelle.
Este es el séptimo cayuco que desembarca en apenas 24 horas en la isla de El Hierro, que está viviendo una semana con récord de llegadas de embarcaciones. A lo largo del viernes, y contando esta última barcaza, llegaron a El Hierro, una isla de apenas 11.400 habitantes, cerca de 700 migrantes. Unas cifras que cuesta encontrar en los registros y que no tiene visos de dejar de crecer porque en torno a las nueve de la mañana, hora local, ha llegado nuevo cayuco entrando dirección a la isla. También ha llegado una neumática a Puerto del Rosario, rescatada por la Salvamar Calíope, con 53 personas (41 hombres, 10 mujeres y dos menores). Antes, de madrugada, ha llegado otra embarcación a Tenerife.
El Gobierno central está actuando con rapidez para trasladar a los recién llegados a la isla de Tenerife, pero tras la jornada de este viernes, los dos espacios improvisados para atenderlos vuelven a estar sobrepasados. El polideportivo, donde se ha instalado una carpa, tiene capacidad para unas 300 camas y un monasterio abandonado convertido en alojamiento, para unas 200. “No caben más. Anoche, algunos tuvieron que dormir en el suelo porque no había cama para ellos”, cuenta que ha estado con ellos en ambos recintos. Unos dos centenares de migrantes que llegaron en la tarde noche del viernes a Tenerife en dos cayucos han dormido en el muelle de Los Cristianos ante la falta de espacio en los centros de acogida. Fuentes de los servicios de emergencia han informado a EFE que se trata de los ocupantes de dos cayucos que fueron localizados en las cercanías de la costa de Tenerife con 113 y 93 personas de origen subsahariano.
Las barcazas parten de las costas de Senegal, donde el principal líder opositor está encarcelado y su partido, ilegalizado. Los senegaleses vivieron el pasado mes de junio el momento álgido de unos gravísimos disturbios que han provocado medio centenar de muertos en dos años. El estallido social de comienzos de verano coincide con un intenso éxodo de jóvenes senegaleses hacia las islas Canarias, especialmente El Hierro y Tenerife. Hasta el 30 de octubre, más de 15.000 personas han llegado en embarcaciones precarias al archipiélago, un repunte del 20% en comparación con el mismo periodo del año anterior.