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Dos españoles, entre los heridos en el accidente de autobús cerca de Venecia

El siniestro causó la muerte de 21 personas y hay al menos cinco hospitalizados en estado grave

Los restos de un autobús de pasajeros cayeron desde un paso elevado y acabaron en las vías del tren en Mestre, cerca de Venecia, ItaliaFoto: ANDREA MEROLA (EFE) | Vídeo: EPV

Hay dos españoles entre los 15 heridos en el accidente que se produjo el martes en Mestre, cerca de Venecia, y en el que murieron 21 personas al precipitarse un autobús desde un paso elevado a una altura de unos 15 metros e incendiarse después. Cinco de los pasajeros permanecen hospitalizados en estado grave, entre ellos una niña de tres años con quemaduras.

Del total de víctimas, 19 fallecieron en el acto en el lugar del accidente y dos perdieron la vida en la ambulancia. Entre las ya identificadas hay cinco ciudadanos ucranios y un alemán, según ha explicado la Prefectura. Paolo Rosi, coordinador del Servicio de Urgencia y Emergencias Médicas (SUEM) de Venecia, ha detallado que entre los muertos hay tres menores de edad, entre ellos un bebé de pocos meses. Han sido identificados 11 heridos, que fueron trasladados a varios hospitales de la región del Véneto: cuatro ucranios, un alemán, un francés, un croata, dos austriacos y dos españoles. Estos últimos están recibiendo asistencia consular y por el momento se encuentran bien, según ha informado a EL PAÍS un portavoz de la Oficina de Información Diplomática española. Los medios de comunicación locales publican que una mujer española con quemaduras en el 60% de su cuerpo fue trasladada al hospital de Padua para recibir atención médica.

Las autoridades han anunciado que ocho personas están en cuidados intensivos, y que dos se encuentran en estado muy crítico: especialmente preocupante es la situación de una niña ingresada en el hospital de Padua con graves quemaduras en todo el cuerpo, según Rosi.

En el hospital de Treviso han ingresado cuatro adultos y dos hermanos alemanes de siete y trece años. Estos últimos sufrieron diferentes fracturas y traumatismos, fueron operados durante la noche y están fuera de peligro, pero recibiendo atención del servicio psicológico porque han perdido a ambos padres.

El fiscal de Venecia, Bruno Cherchi, ha informado de que los investigadores están escuchando a los supervivientes, “que están todos heridos, y solo tres o cuatro son capaces de hablar”. “Nadie se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo, pero son demasiado pocos los que pueden hablar para ofrecer más elementos”, ha añadido el fiscal. Y ha afirmado que se utilizarán pruebas de ADN para identificar a las víctimas, una tarea que está resultando complicada por el estado de los cuerpos.

El Gobierno regional y el Ayuntamiento de Venecia han decretado tres días de luto por la tragedia, en los que las banderas ondearán a media asta.

Los pasajeros a bordo del autobús eran turistas que regresaban a un camping de Marghera después de haber visitado Venecia. El alojamiento había alquilado el vehículo para transportar a sus huéspedes hasta la zona de los canales.

El comandante de los bomberos venecianos, Mauro Luongo, ha explicado a los medios que la operación de rescate de los atrapados entre los restos del autocar “fue complicada”. Y ha reconocido que, aunque los equipos de salvamento están acostumbrados a trabajar en condiciones extremas, “ha sido difícil” gestionar el impacto de las imágenes del accidente a causa del elevado número de víctimas.

La fiscalía de Venecia ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido, pero por el momento los investigadores desconocen las causas del accidente. Algunos testigos vieron al autobús dando tumbos poco antes de caer desde el viaducto e impactar contra el suelo, cerca de las vías del tren que unen Mestre con Venecia. En un vídeo de una cámara de seguridad publicado este miércoles por el diario local La Nuova Venezia, que muestra a lo lejos el momento del accidente, se aprecia al vehículo circulando por el puente, a baja velocidad, cuando de repente se desploma al vacío. La fiscalía analizará esas y otras imágenes de las cámaras de la zona en las próximas horas. Por el momento, ha obtenido la caja negra del autocar, que registra la velocidad y las rutas que efectuó.

En la investigación, en la que de momento no hay sospechosos, también se está comprobando el estado del asfalto y del guardarraíl, roto por el autobús. La asociación de víctimas de accidentes de tráfico ha denunciado su estado. “El quitamiedos destrozado por el vehículo parece a primera vista de un tipo antiguo y, en cualquier caso, totalmente inadecuado para garantizar la seguridad en un tramo de carretera tan peligroso. De hecho, se trata de un viaducto de alto tráfico”, ha recriminado la asociación.

El vicepresidente del Gobierno y ministro de Infraestructuras y Transportes, Matteo Salvini, ha descartado esa teoría y ha afirmado que en el accidente “no ha habido ningún problema con el guardarraíl”. “Es demasiado pronto para hacer comentarios, alguien me ha dicho que las baterías eléctricas se incendian más rápido que otras formas de propulsión y en un momento en el que se dice que todo debe ser eléctrico conviene hacer una reflexión”, ha agregado el ministro.

No está claro por qué se incendió el autobús en el momento del accidente: una primera teoría es que chocó contra los cables de alta tensión que había debajo del paso elevado, aunque no hay ninguna certeza al respecto. Era un autobús urbano, relativamente nuevo e híbrido: con propulsión eléctrica y de gas natural. Los bomberos consiguieron apagar las llamas en poco tiempo, sacar a los pasajeros heridos y recuperar los cadáveres de las víctimas, pero para retirar los restos del vehículo tuvieron que esperar toda la noche a que las baterías se enfriaran para evitar que, al manipularlas, pudieran volver a prenderse.

El autobús, repleto de turistas en el que el único italiano era el conductor, de 40 años y fallecido en el siniestro, había salido de Venecia y se dirigía a Marghera. Circulaba por una rampa de dos carriles de un paso elevado cuando, poco antes de las 20.00 horas, rompió el quitamiedos, se precipitó unos 15 metros al vacío y acabó en el suelo, en una carretera cercana a las vías de la línea ferroviaria.

El miércoles por la mañana, Massimo Fiorese, director general de la empresa La Línea Spa, propietaria del vehículo siniestrado, señaló que “nadie sabe aún exactamente lo que ocurrió” y añadió: “Lo que sí sabemos es que había una cámara fija en el paso elevado. Por lo que he visto de las imágenes, por lo poco que se ve, el autobús venía a menos de 50 kilómetros por hora. Se ve que se encendieron las luces de freno, por lo que habría frenado. Luego se ve que el vehículo se ‘apoya’ contra el guardarraíl, vuelca y cae”. Según Fiorese, además, el autocar no se incendió por completo, sino que fue envuelto “solo por algunas llamas”. Al ser eléctrico, “si se hubiera incendiado por completo, habría sido una tragedia aún peor”, aseveró Fiorese. También ha criticado que el quitamiedos en ese tramo “es casi una barandilla”.

En declaraciones a los medios, el comandante de la policía municipal de Venecia, Marco Agostini, ha precisado que en los primeros reconocimientos no se han encontrado marcas de frenado en el asfalto. Esto, según el investigador, puede sugerir que el conductor podría haber sufrido algún desvanecimiento y que este fue el motivo del accidente. Pero por el momento, se trata solo de una hipótesis.

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