Armengol propone que los diputados puedan corregir en el Congreso un voto erróneo de viva voz si lo hacen de inmediato
La reforma, que no cuenta con el apoyo del PP, entrará en vigor antes del pleno de investidura de Pedro Sánchez
La presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, ha propuesto este martes a la Mesa de la Cámara baja que los diputados puedan subsanar un voto equivocado si piden corregir ese error “de manera inmediata”. La propuesta se someterá a votación la semana que viene en este órgano encargado de dirigir el funcionamiento interno del Congreso. Por ahora, el PP, que está en minoría, se opone. El sistema de votación propuesto por Armengol, que no concreta los segundos durante los que se permitirá a los diputados enmendar su fallo, intenta paliar el vacío que se observó el viernes en la votación del aspirante popular a la presidencia, Alberto Núñez Feijóo. En ese pleno, un parlamentario de Junts se equivocó al enunciar su voto de viva voz y, tras una discusión y la posterior división entre los miembros de la Mesa, se optó por declarar su voto como nulo. La intención de la presidencia es que el cambio entre en vigor antes del pleno de investidura de Pedro Sánchez, que aún no tiene fecha.
El reglamento del Congreso especifica muchos escenarios y actuaciones, pero no todos. El viernes, cuando el diputado de Junts Eduard Pujol primero dijo sí a la investidura de Feijóo y luego rectificó y dijo no, la secretaria cuarta de la Mesa, Carmen Navarro (PP), que en ese momento era la encargada de llamar a los parlamentarios a votar y de validar su pronunciamiento, se negó a aceptar esa decisión. Los nueve componentes de la Mesa emplearon más de 10 minutos en discutir una salida y, ante la imposibilidad de llegar a un consenso, fue la propia presidenta la que decantó la balanza y declaró nulo ese voto. La investidura de Feijóo fracasó al final por 177 votos en contra frente a 172 a favor.
La Presidencia de las Cortes ya avisó el viernes que en su próxima cita, este martes, intentaría fijar un criterio para aclarar esa confusa situación y que no se repitiera. Armengol ha presentado así un criterio interpretativo sobre la validación de los votos que se realicen de manera pública y por llamamiento, prevista en el artículo 86 del reglamento, también “en aras de garantizar la seguridad jurídica y de proteger el ejercicio del derecho fundamental de voto”.
En el Congreso hay tres tipos de voto, y todos ellos hasta la fecha tenían su manera de validación o certificación. El voto telemático, donde se pide al diputado que lo reconfirme; el voto presencial con botones, donde hay un tiempo para votar y prevalece el último botón pulsado; y el voto oral, donde hasta la fecha no había habido nunca problemas con la comprobación, que consistía en que la secretaria de turno de la Mesa repetía el voto del diputado y, si este lo rectificaba de manera inmediata, se validaba el último voto expresado. Este último caso es el de Eduard Pujol el viernes, que en la primera votación de la investidura de Feijóo había sucedido también con el voto del parlamentario socialista Herminio Sancho, y en anteriores legislaturas con más diputados.
Ante la discrepancia y división constatada entre los miembros de la Mesa el viernes, Armengol ha optado por poner por escrito un sistema para evitar futuras controversias. Si la propuesta prospera, como es más que probable que ocurrirá la semana que viene, para próximas votaciones los diputados manifestarán el sentido de su voto, este será repetido por el secretario de turno y, en caso de error, el diputado podrá corregirlo, “siempre y cuando lo haga de manera inmediata y sin solución de continuidad”. En ese momento, la persona que ocupe la posición de secretario de la Mesa interrumpirá el llamamiento y pedirá de nuevo al diputado que exprese otra vez su voto y se considerará entonces el voto definitivo y emitido de manera válida.
La iniciativa de Armengol ha sido entregada a los demás componentes de la Mesa este martes para que la estudien. La votación está prevista para finales de la semana que viene. El PP, que por ahora se opone a ese cambio, ha presentado un escrito en la Mesa en el que relata su visión de lo ocurrido el viernes, ratifica que su secretaria cuarta, Carmen Navarro, solo confirmó el primer voto afirmativo de Pujol hacia la investidura de Feijóo y rectifica algunas de las declaraciones que aquel día hizo su diputada. Navarro, preguntada el viernes por varios periodistas, confesó que había escuchado perfectamente la rectificación de voto de Pujol, pero que no había querido validarla porque establecer ese precedente de corrección le parecía peligroso.
“Cierto revuelo”
En el escrito registrado con la firma de la portavoz del grupo, Cuca Gamarra, el PP ofrece ahora otra versión. Señala que en el primer momento se produjo en el hemiciclo un “cierto revuelo” y concede que más tarde, tras observar “los registros videográficos”, pudieron apreciar mejor y con más claridad lo sucedido. Y es ahí cuando ahora, cinco días más tarde, el PP apunta que, “debido al creciente ruido en la Cámara”, les pudo pasar inadvertido a muchos diputados y en particular a su secretaria cuarta la corrección de voto de Pujol.
Los populares sostienen que no les cabe duda de que Pujol sí escuchó, en ese ambiente, las subsiguientes confirmaciones de su voto afirmativo por parte de Carmen Navarro y que no formuló “protesta u oposición alguna”, en una técnica de ratificación que defienden que no era “caprichosa o irrelevante”.
El PP denuncia la actitud de la presidenta Armengol, defiende el método vigente y anticipa que la novedad planteada les parece un atentado al Estado de derecho “no solo incompatible con la seguridad jurídica y certeza exigibles, sino que redundaría en la creación de un marco absolutamente intimidatorio para expresar en condiciones de libertad el voto del diputado”. Por ahora, el PP solo pide que Armengol rectifique el resultado de la votación del viernes y reconsidere su posición. Algo que la presidenta de la Cámara baja no contempla.
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