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Moreno alienta la rebelión en el PSOE andaluz: “¿No hay nadie capaz de reaccionar por mantener un puñetero sillón?”

El Parlamento andaluz aprueba una iniciativa en contra de la amnistía con el rechazo de los socialistas

Andalucía PSOE Juan Manuel Moreno
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, durante la sesión de control al Gobierno, en el Parlamento autonómico, en Sevilla, este jueves.José Manuel Vidal (EFE)
Lourdes Lucio

Ninguna posibilidad de acuerdo se vislumbra entre los principales partidos de Andalucía mientras no lo haya en el Congreso de los Diputados. El pleno del Parlamento andaluz de este jueves, en diferentes actos, ha sido un choque de posiciones entre el PP y el PSOE, con los mismos argumentos empleados en la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. La hipotética alianza de Pedro Sánchez con una variada gama de partidos independentistas a cambio de una supuesta amnistía para dirigentes que lideraron el proceso soberanista de Cataluña, y el debate sobre el modelo territorial han copado una sesión en la que no se buscaba el acuerdo, sino dejar desnudo al adversario.

El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, ha usado toda su artillería en la sesión de control para reclamar al PSOE de Andalucía, la federación socialista más numerosa, que “no pierda la voz” ante las futuras negociaciones —ahora emboscadas― de Sánchez para formar Gobierno. Moreno ha vaticinado una retahíla de desgracias para el PSOE andaluz dirigido por Juan Espadas, al que ha recordado sus tres últimas derrotas electorales, si no exhibe “perfil propio”.

Ha dicho Moreno: “Están atrapados y lo saben. Si Sánchez es elegido presidente con los independentistas, ustedes tienen un discurso político imposible en Andalucía”. El presidente andaluz ha alentado a la rebelión en el PSOE de Andalucía: “Cuando no se toma una decisión por convicción política, sino por necesidad de [mantener] un puñetero sillón, ¿merece la pena? ¿No hay nadie en el PSOE que pueda reaccionar? Por encima de Sánchez está la dignidad de Andalucía y de España, defiéndala”. Moreno coquetea (y no descarta) con la idea que le lanzó el andalucista Alejandro Rojas-Marcos de convocar una manifestación el 4 de diciembre, fecha en la que se conmemoran las grandes movilizaciones por la autonomía de 1977.

Apelaciones que no calan

En el PSOE estas apelaciones no calan. Sus dirigentes callan sobre una supuesta propuesta como la amnistía porque la desconocen, aunque hay quienes son más partidarios del indulto que del olvido legal. Es decir, juicio, condena (si así lo deciden los jueces) y perdón. Los socialistas andaluces están convocados el sábado a un mitin de Pedro Sánchez en La Rinconada (Sevilla) en un recinto llamado El Abrazo. Y no es el momento de levantar la mano cuando su líder va a intentar renovar un Gobierno a múltiples bandas. Dirigentes socialistas reconocen que Sánchez tiene ahora más crédito en el PSOE andaluz que la noche del 28 de mayo, cuando este partido perdió gran parte de su poder institucional en comunidades y ayuntamientos. Las críticas de Felipe González y Alfonso Guerra, dos referentes históricos del PSOE, y su ausencia y silencio en la campaña de las generales, también han contribuido a compactar a los socialistas andaluces.

Espadas ha restado importancia a las advertencias que tanto Moreno como el portavoz parlamentario popular, Toni Martín ―que vaticinó el “apocalipsis” si Sánchez cede a todas las pretensiones de los soberanistas―, han dibujado si hay investidura del socialista. “Es un clásico. Solo habla de Andalucía para advertir de las siete plagas de Egipto si gobierna Sánchez”, ha dicho Espadas intentando rebajar la trascendencia. El secretario general del PSOE ha acusado al PP de tener un proyecto “para dividir a España y no unir”. Más contundente ha estado el socialista Mario Jiménez en un debate posterior: “Van a reventar la convivencia. Creen que España o es suya o de nadie”.

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Pero en el PSOE andaluz sí preocupa quedar bien posicionado ante el debate territorial que se avecina si se produce la eventual investidura de Pedro Sánchez. Moreno y Espadas tomaron buena nota del artículo del lehendakari Iñigo Urkullu (PNV) en EL PAÍS, en el que defendía reinterpretar la Constitución y más autogobierno con “capacidad de decidir” pactado para Euskadi, Cataluña y Galicia. Ambos están radicalmente en contra de volver a una asimetría que Andalucía quebró con el referéndum del 28 de febrero de 1980, que abrió paso a la igualdad entre todas las comunidades autónomas.

Pero ese punto de partida no avanza por ahora hacia una posición común en el Parlamento andaluz porque la bronca nacional impide cualquier acercamiento. Espadas ha defendido la creación de una ponencia en la comisión de Desarrollo Estatutario para evaluar el despliegue de competencias y profundizar en el autogobierno. El PP no lo ve mal, pero se ha refugiado en detalles formales para no darle la razón a Espadas, como este sospechaba cuando registró la iniciativa.

Proposición de rechazo a la amnistía

Para que el PSOE andaluz quedara retratado, el PP ha presentado una proposición de ley en la que muestra “su más firme rechazo a cualquier tipo de amnistía o indulto”. El objetivo no era el de sumar apoyos a la propuesta, sino el de acorralar al partido socialista: si la apoyaba, se podía entender como una desautorización a Sánchez; y si votaba en contra, que avalaba una amnistía que persigue “quebrantar la organización territorial de España y la unidad nacional”. El PSOE ha elegido esta segunda opción. La proposición fue aprobada con los 71 votos que suman PP y Vox. La posición de los socialistas andaluces contrasta con la que mantendrá el viernes en el Parlamento de Cataluña el PSC, que ha anunciado que no apoyará ninguna propuesta de resolución que apele a la amnistía.

La misma iniciativa de este jueves en la Cámara andaluza la han llevado los grupos populares por parlamentos autonómicos y plenos municipales de toda España, siguiendo una directriz de Génova.

Los socialistas han presentado enmiendas a algunos puntos que aludían a la defensa de la Constitución y al principio de igualdad o la necesidad de una reforma del sistema de financiación, caducado desde hace más de una década. Pese a que el PP las ha rechazado, el PSOE ha votado a favor del “respaldo y defensa de la Constitución de 1978″ junto con populares y Vox.

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