Feijóo huye hacia adelante tras su primera derrota en el Congreso
El líder popular “no calculó bien” que Vox no apoyaría a Gamarra al dejarlos fuera de la Mesa, según algunos barones. Pese a ese primer revés en la partida de la investidura, mantiene su plan
El jueves por la tarde, tras la constitución de las Cortes, en Génova hubo trajín. Alberto Núñez Feijóo analizó en la sede del PP el revés de esa mañana en la votación de la Mesa del Congreso, que ganó la izquierda, con su gabinete y algunos miembros de la dirección popular. “Eran conscientes de que la cosa no había ido bien. Feijóo estaba muy sorprendido con la reacción de Vox de no votar a favor de Cuca Gamarra para la Presidencia del Congreso”, cuenta un dirigente al tanto del análisis que se hizo, que subraya que de ese cónclave interno no trascendió ninguna autocrítica. El líder del PP ha explicado a algunos afines que no supo que Vox no votaría a Gamarra hasta que comenzó la votación. “Fue una sorpresa desagradable, probablemente no se calculó bien que Vox no nos fuera a apoyar, y se han desvirtuado nuestras posibilidades de una investidura”, analiza un presidente autonómico popular. En política a veces se gana y a veces se pierde. Y Feijóo comienza la partida de la investidura con una primera derrota.
La votación dejó en evidencia la soledad del líder del PP, que tras el desencuentro con la extrema derecha, se quedó con la escasa compañía de un diputado de UPN y otro de Coalición Canaria apoyando a Gamarra. En total, 139 votos, muy lejos de los 176 de la mayoría absoluta y de los 172 que sumaba incluyendo a Vox. A pesar de ello, en Génova se ha decidido seguir con el plan como si nada hubiera ocurrido. La imagen de ese aislamiento parlamentario del líder del PP pinchó la burbuja de que podría lograr una investidura, pero Feijóo ha emprendido una huida hacia delante al menos hasta que el Rey decida el encargo, ajeno a las voces internas que empiezan a cuestionar su estrategia.
Desde la amarga victoria del 23 de julio, nada parece salir a derechas en el cuartel general de los populares. El fiasco de la Mesa del Congreso no sería tan relevante si no viniera a poner plomo en las alas del ánimo del partido conservador, que todavía trata de digerir el resultado de las urnas. La votación del jueves actuó como un “baño de realidad”, opinan algunos dirigentes populares, porque ha dejado claro que lo importante no es ganar las elecciones, como defiende la cúpula del PP, sino que la aritmética, en un sistema parlamentario, es la que manda. De nada sirvió al PP su condición de lista más votada para lograr la presidencia de la Cámara baja, porque al otro lado se levantó un muro de 178 votos (dos más que la mayoría absoluta) para elegir a la socialista Francina Armengol. Lo llamativo de lo que pasó el jueves es que fue el propio PP el que pinchó ese globo.
Feijóo decidió no ceder a Vox ninguno de los cuatro puestos de la Mesa a los que aspiraba el PP. Y al hacerlo, quebró el bloque con la extrema derecha y sus opciones en una investidura quedaron heridas de muerte. ¿Por qué tomó esa decisión?
Nadie lo entiende del todo en el PP. El equipo directo del líder explica que se pensó sobre todo en la batalla de la Mesa, aisladamente. Y que una vez que se supo que no había opciones de conseguir la presidencia del Congreso, no tenía sentido regalar a Vox un puesto en la Mesa, a pesar de que podía haber sido un gesto de lealtad con un partido con el que comparte cuatro gobiernos autonómicos. “El máximo botín era la presidencia del Congreso. Si no la puedes conseguir, la partida que se libraba era lograr cuatro puestos en la Mesa o tres. Y estaba en juego el relato de que somos lo mismo que Vox. Si hubiéramos votado juntos no habríamos tenido ningún argumento para que otros partidos nos apoyaran en una investidura”, argumentan en el entorno de Feijóo. El problema es que una ruptura en la derecha aleja sus opciones de recibir el encargo del Rey para postularse a una investidura, porque reduce sus apoyos. “Feijóo no estaba en ese escenario porque pensaba que no corría riesgo el apoyo de Vox. La estrategia la lleva él. Él no es nada partidario de hacer cesiones a Vox. Vive permanentemente pendiente de ese tema”, analiza un dirigente cercano al líder.
Feijóo ha explicado también a algunos barones que dejó a Vox fuera de la ecuación porque quería intentar que el PNV apoyara a su candidata para la presidencia del Congreso. Para eso necesitaba dejar fuera de la Mesa a la extrema derecha, porque el partido vasco es incompatible con Vox. Sin embargo, tampoco le salió esa jugada, porque el PNV votó a favor de la socialista Francina Armengol, mientras fuentes peneuvistas insisten en que “no hay ninguna novedad” con respecto a su portazo al PP para negociar una investidura.
Los barones creen que Feijóo sopesó también la pelea política con Vox ante el nuevo ciclo. “Lo que ha pasado prueba dos cosas”, sostiene un presidente autonómico del PP. “La primera, que se va a cortar la voz a Vox todo lo que se pueda. Ya no pueden poner recursos al Tribunal Constitucional, porque tienen menos de 50 diputados, y no estarán en la Mesa. La segunda, que Feijóo tiene asumido que va a la oposición o a elecciones. En cualquiera de los dos casos, necesita distanciarse de Vox”.
El PP está pendiente ahora de Felipe VI, que debe decidir si encarga a Pedro Sánchez o a Feijóo la investidura. Todo depende de si el líder del PSOE puede llevar atados a su reunión con el Rey los 178 apoyos que consiguió para la presidencia del Congreso. En caso de que no, el PP cree que Felipe VI debe hacer el encargo a Feijóo. El Rey “sabe que Sánchez perdió las elecciones”, dijo el vicesecretario Javier Maroto el viernes, en lo que sonó hasta como una presión al monarca.
Si Felipe VI decide que sea Sánchez el candidato, a Feijóo se le acaban los dilemas. Pero si se lo encarga a él, en el PP reverdecerá el debate interno sobre si debe ir o no a una investidura fallida. “El precedente de la Mesa complica mucho sus posibilidades, pero Feijóo tiene derecho a escenificar su victoria en las elecciones en una investidura”, considera un veterano, que resume la opinión mayoritaria en el PP. No obstante, en el partido se está abriendo paso una corriente que considera que hay que evitar otra derrota parlamentaria. En el equipo directo del líder abren la puerta a dar marcha atrás si se constata que Sánchez cuenta con el apoyo de Junts para su investidura. Feijóo sopesará bien sus pasos.
El error del líder del PP en la primera partida de la investidura ha despertado el ruido interno. La dirección ha cortado el paso a la posibilidad de celebrar un congreso para reforzar el liderazgo de Feijóo, mientras en los territorios se pone el foco en su equipo, que tendrá que remodelar en las próximas semanas. Se le pedirán cambios. En principio, el ruido no llegará a más. “En los partidos grandes siempre hay marejada, pero nadie va a cuestionar a Feijóo, lleva solo año y medio y ha ganado unas generales”, sentencia uno de los principales presidentes autonómicos. Ante su primera derrota, el político gallego sigue adelante sin mirar atrás.
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