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Elizabeth Duval, la voz del feminismo en Sumar que pide huir de las trincheras

La coalición liderada por Yolanda Díaz nombra a la escritora y filósofa portavoz de campaña para los temas de igualdad y derechos LGTBI

Elizabeth Duval
Elizabeth Duval en la presentación de último libro 'Melancolía', en Madrid, el 13 de abril.Europa Press News (Europa Press via Getty Images)

“Nada de trincheras”, dice Elizabeth Duval (Alcalá de Henares, 22 años) a primera hora de la tarde de este martes. Acaba de ser nombrada portavoz en materia de feminismo, igualdad y derechos y libertades LGTBI en la campaña de Sumar, y su teléfono ya arde a notificaciones y llamadas. En parte por la sorpresa, en parte por la consternación, y la oposición, que ella misma sabe que provoca este anuncio. “Soy perfectamente consciente, pero si hay una mujer trans que ha intentado tender puentes y abrir todos los debates posibles he sido yo, he planteado una posición conciliadora, incluso con aquellas que a mí me considerarían una enemiga o una adversaria”. Defiende que en ella, cualquiera, encontrará “una mano tendida siempre, jamás cavar trincheras ni sectarización”. Pero asume que habrá para quien esas dos últimas cuestiones se den por sentadas por su simple incorporación al equipo de Yolanda Díaz.

Fuentes de ese partido dicen de Duval que “es un referente intelectual” que “impulsará desde Sumar un feminismo abierto, dialogante e integrador, que amplíe derechos para todo el mundo y avance en la construcción de una España libre, diversa y orgullosa”. Hablan de esa perspectiva de país sus dos últimos libros, Después de lo trans y Melancolía. Ella se imagina la vida sin muchas cosas, pero no sin eso, sin escribir, porque asegura que eso ha sido lo que más la “construyó”. Aunque no lo único.

Primero fue la transición, que inició a los 14 años, mientras estudiaba en un centro concertado, católico, del distrito madrileño de Barajas. “Fui de las primeras menores en pasar por el tratamiento de bloqueadores hormonales en la Seguridad social y se me invitó a irme de ese colegio, me cambié de instituto a mitad de curso. Eso me construyó. También formar parte del movimiento [LGTBI y feminista]”, cuenta ahora. Pero lo que más, fue “encontrarse” en la escritura.

Duval nació en Alcalá de Henares y se mudó a Plasencia (Cáceres) con tres años. Pasó la infancia con su madre y sus abuelos en esa ciudad de la que ella pensaba que su Puerta del Sol era la original y no la de Madrid, que fue donde volvió cuando tenía diez. Acabó licenciándose en Filosofía por la Universidad Paris 1 Panteón-Sorbona y en Filología Francesa por la Universidad Sorbona Nueva, y es desde hace pocos meses secretaria de Igualdad del Sindicato de Periodistas de Madrid.

Si hace esos pocos meses alguien le hubiese preguntado por incorporarse a un proyecto político, ella hubiese dicho que no estaba entre sus planes: “No, la verdad es que en todo momento la máxima colaboración que me había planteado con Sumar o con la campaña era la de colaboración, de asesoría, de ser consultada para algunas cuestiones concretas”. Aunque la vinculación entre Díaz y Duval se ha hecho evidente en este tiempo.

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En abril, la vicepresidenta presentó el último libro de la filósofa, Melancolía. En la misma época, Duval asistió al lanzamiento de la candidatura de Díaz en el pabellón Magariños, de Madrid, y el sábado pasado estuvo entre las invitadas a la carroza del partido en el desfile del Orgullo en Madrid. Y ha sido hace solo unos días que Díaz se lo pidió.

¿Dudó? “Sí”. ¿Por qué aceptó? “Por varios elementos: es una portavocía de campaña, no un cargo orgánico en el partido, sino de la coalición de más de 15 partidos, porque creo que es el momento para hacerlo, y porque he esbozado críticas sobre feminismo y LGTBIQ y no hubiera sido coherente si no hubiese dicho que sí”. Y la edad, que le ha supuesto a veces más críticas que ventajas —entró a la vida pública, mediática y cultural con 18 años—, para ella es, sin embargo, algo fundamental: “Que la juventud se implique en la tarea de la transformación de su país, que la política no sea algo que hacen otros sino que podemos hacer nosotras y nosotros”. Escribía la mañana de este martes en su cuenta de Instagram: “Soy consciente de que quedarse fuera, ejercer la crítica política, es relativamente fácil; lo difícil es intentar cambiar las cosas”.

En ese hacer y en esa crítica política ya ha tenido algún tirón. En los últimos meses, una notable tensión con los líderes de Podemos en plena reconfiguración del espacio a la izquierda del PSOE. En marzo, Pablo Iglesias y ella se enzarzaron en las redes sociales después de que le reprochara al fundador de Podemos unas declaraciones sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. “Señora, hágame el favor de soltarme el brazo”, le dijo Iglesias a Duval, una frase por la que el exvicepresidente acabó pidiendo disculpas.

Meses antes, la propia Duval también había comentado unas palabras de la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la Cadena SER sobre las negociaciones para el pacto con la nueva plataforma. “Me acuerdo de cuando Podemos no era un partido, sino ‘un frente’, ‘una herramienta de la gente’, ‘un método participativo’. Parece que han pasado eones: nadie insiste tanto como Podemos en su identidad (clásica) de partido, hasta negando la existencia de fuerzas que no lo sean”, dijo entonces.

Y ahora, su incorporación a Sumar puede generarle otros, con personas del espacio de Podemos –Beatriz Gimeno, exdirectora del Instituto de las Mujeres y exdiputada autonómica de UP, ha publicado este martes en redes: “Sumar nombra como portavoz de feminismos y LGTBI a una persona que no gusta a casi ningún sector (he dicho casi) Con todos mis respetos para ella como persona”—, o de otras formaciones como el PSOE —Soledad Murillo lo ha hecho aludiendo al feminismo: Magnífico que la escritora y filósofa Elizabeth Duval sea la portavoz de los derechos LGTBI, pero no entiendo que se añada “feminismo” porque es más útil separar agendas por la entidad que tiene cada una y porque somos un 51%—. Algunas voces de la coalición ha apostado por perfiles más moderados y no tan de izquierdas como algunos partidos que la integran para varios puestos destacados. En cualquier caso, ella, dice, estará en “un lugar que permita la construcción”.

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