Diez detenidos por robar en casas de refugiados ucranios que llegaron a Alicante con sus objetos de valor
La Guardia Civil ha recuperado 1,25 millones de euros en dinero, joyas y móviles y ordenadores de alta gama
Con el estallido de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022, millones de ciudadanos ucranios huyeron de su país. En el equipaje llevaban dinero y objetos de valor con los que trataban de mantenerse en los diferentes países europeos de acogida. Una banda criminal establecida en Torrevieja, destino de buena parte de los 35.000 refugiados que se han instalado en la provincia de Alicante, se especializó desde el inicio del conflicto en robar estas pertenencias que habían escapado de convertirse en botín de guerra. Una operación de la Guardia Civil, iniciada en mayo, ha concluido con la detención de los diez integrantes de este grupo criminal, tres ciudadanos rusos y siete ucranios, a los que se imputan al menos siete entradas en viviendas. Los agentes les han intervenido bienes por valor de 1,25 millones, entre dinero en efectivo y diversos efectos de lujo procedentes de estos robos, todos ellos en municipios del sur de Alicante y en San Pedro del Pinatar (Murcia).
Las primeras noticias sobre esta banda afloraron a mediados del año pasado, tras la denuncia de varios robos con fuerza en viviendas de Torrevieja y Orihuela Costa. Todas las víctimas eran refugiados ucranios de alto poder adquisitivo que guardaban en casa sus pertenencias. Los ladrones, que a veces actuaban a plena luz del día y siempre con los propietarios fuera de los domicilios, no dejaban más rastro que leves daños en las cerraduras. Además del dinero en efectivo —euros, dólares y divisas de Rumania o Bulgaria—, los ladrones se hacían con joyas, relojes, bolsos, perfumes y gafas de marca o móviles, ordenadores y tablets de alta gama. En una de las entradas, en Pilar de la Horadada (Alicante), sustrajeron dos álbumes de sellos valorados en medio millón de euros. También sufrieron robos residentes en Guardamar del Segura y Catral, al sur de la provincia.
La Guardia Civil inició la operación Goverla, llamada así por el pico más alto de los Cárpatos ucranios, y trató de establecer un patrón de los asaltos, según ha explicado el jefe de las unidades de Policía Judicial e Información en la Comandancia de Alicante, Antonio Darder, que ha comparecido ante los medios junto a la subdelegada de Gobierno en Alicante, Araceli Poblador; el jefe de Operaciones de la Comandancia de Alicante, Francisco Poyato, y el responsable de la unidad de Policía Judicial, Juan Gómez. En principio, el único nexo entre estos casos eran las características de las víctimas. Hasta que, finalmente, los investigadores detectaron la presencia previa en todos los domicilios asaltados de vehículos que pertenecían a una misma persona, un ciudadano ruso con una treintena de coches a su nombre, el de su mujer y el de su hijo, con los que probablemente comerciaba en el mercado negro.
Esta conexión sirvió a los agentes para desmadejar todo el entramado criminal. Detectaron que los integrantes de la banda vigilaban los movimientos de sus víctimas e incluso instalaban balizas de geolocalización por GPS en sus coches, para saber dónde estaban en todo momento y asegurarse así “un pleno control de las víctimas”. Cuando se cercioraban de que las viviendas estaban vacías, forzaban las cerraduras, que previamente habían estudiado con copias exactas que compraban “para desarrollar su destreza”, tal como estableció posteriormente la investigación. La vigilancia del propietario de los vehículos condujo a la identificación y detención, el 15 de febrero, de todos los miembros de la banda, diez en total. Siete de ellos son ucranios, dos con documentación de refugiados. El matrimonio que prestaba los vehículos y su hijo, también arrestados, son rusos y colaboraban también con los autores materiales de los robos en el cambio de moneda. Tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción 2 de Orihuela, siete de ellos ingresaron en prisión, acusados de robo con fuerza, pertenencia a grupo criminal y delitos contra la intimidad de las personas.
En los registros, la Guardia Civil ha intervenido 92.700 dólares y 92.065 euros, además de joyas y complementos cuyo robo había sido denunciado. También encontraron inhibidores de frecuencia para anular sistemas de alarma, herramientas y ganzúas y las balizas geolocalizadoras, cuyo modelo coincidía con el hallado en el vehículo de una de las víctimas, de alta gama, que los asaltantes no pudieron recuperar debido a que su propietario viajó a Alemania y dejó el coche aparcado en el aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández.
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