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Teodoro García Egea: “Vuelvo al sector tecnológico al que pertenezco”

El exsecretario general del PP, que dimitió hace un año y sigue como diputado, recupera su pasado profesional con la presentación de un libro sobre criptoeconomía

José Manuel Romero
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, aplaude con guantes durante una sesión en el Congreso sobre el estado de alarma, el 18 de marzo de 2020.
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, aplaude con guantes durante una sesión en el Congreso sobre el estado de alarma, el 18 de marzo de 2020.Mariscal (efe)

La crisis de las criptomonedas dejó el año pasado la cotización del bitcoin bajo mínimos tras un 2021 muy rentable, cuando llegó a cambiarse por casi 69.000 dólares instalado en una euforia que llevó a muchos gurús financieros a pronosticar que superaría en breve la barrera de los 100.000 dólares. Pero el valor de la criptomoneda cayó en 2022 a poco más de 16.000 dólares tras algunos fracasos de firmas importantes, una crisis global por la guerra de Ucrania, el aumento de la inflación y el regreso a la desconfianza. Los inversores sufrieron la volatilidad en sus bolsillos, como otros muchos en otros sectores, pero hoy sigue habiendo profesionales de las nuevas tecnologías que insisten en que, con sombras y riesgos, se trata de una sólida apuesta de futuro y de éxito. Entre ellos se encuentra Teodoro García Egea, exsecretario general del PP, que ha escrito un libro (Criptoeconomía. Más allá de bitcoin: oportunidades del nuevo sistema financiero) editado por el exministro de Trabajo Manuel Pimentel y prologado por el exministro de Ciencia y Tecnología Juan Costa.

Como las criptomonedas, el PP sufrió una crisis al comienzo de 2022 que se llevó por delante a su presidente, Pablo Casado, y a García Egea, cuando llevaban apenas tres años y medio al frente de la formación conservadora. Ambos se habían embarcado, tras recibir un anónimo en el verano de 2021, en la investigación y denuncia pública de un negocio sospechoso con la venta de mascarillas en lo peor de la pandemia. Una empresa conocida de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, de la que cobró casi 300.000 euros su hermano, compró mascarillas en China por medio millón y se las vendió a la Comunidad de Madrid por 1,5 millones. A Casado y García Egea les pareció un asunto poco decoroso para la reputación de su partido y aunque abrieron un expediente para aclarar los hechos, acabaron perdiendo el control cuando Ayuso les denunció por la supuesta guerra sucia que habían organizado contra ella. La Fiscalía Anticorrupción investigó aquellos hechos, acreditó esos beneficios extraordinarios, pero no encontró nada delictivo dado que en aquellos meses se habían eliminado todas las reglas sobre contratación.

García Egea, en la sede del PP el 17 de febrero de 2022, al anunciar el expediente a Ayuso.
García Egea, en la sede del PP el 17 de febrero de 2022, al anunciar el expediente a Ayuso.Andrea Comas

García Egea, que vio en ese tiempo a muchos políticos perder la dignidad en la puerta de su despacho, según sus colaboradores, acabó dimitiendo el 22 de febrero de 2022, una semana antes de que lo hiciera Pablo Casado. Ahora tiene 38 años. La política ha atravesado casi la mitad de su vida. Fue elegido concejal del PP en Cieza (Murcia) a los 22 años y entró por primera vez como diputado en el Congreso a los 26. Mientras ejercía de político en Madrid daba conferencias sobre nuevas tecnologías y clases en la universidad en cuarto de ingeniería. Esa doble vida se truncó en julio de 2018 cuando Pablo Casado, elegido presidente en el Congreso extraordinario que celebró el PP para suceder a Mariano Rajoy, le designó secretario general, el cargo orgánico con más poder, al que se tuvo que dedicar en exclusiva para controlar una organización que hoy sigue aspirando a recuperar el Gobierno perdido en julio de 2018.

García Egea cuenta que mantiene una buena relación con el nuevo equipo de Alberto Núñez Feijóo, que tomó las riendas del PP tras la debacle de febrero. Aquella derrota política, de la que no quiere entrar en detalles, le permitió retomar su pasión como ingeniero de telecomunicaciones. “Antes de ser secretario general, yo ya daba conferencias sobre blockchain, el mundo tecnológico me había interesado porque es mi actividad profesional. Soy doctor ingeniero, hice mi tesis sobre inteligencia artificial hace siete años. Cuando era portavoz adjunto del grupo parlamentario popular impulsaba leyes de transformación digital. Ahora tengo una comisión en el Congreso, la de seguridad vial, donde se hace un buen trabajo. No quiero tampoco más. Vuelvo al sector tecnológico al que pertenezco”. Seguirá de diputado hasta que termine la legislatura. Ha recibido varias ofertas de despachos profesionales y de una empresa de ingeniería, pero no ha tomado aún una decisión.

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La publicación, que se presentará en marzo, comienza con una introducción donde García Egea cuenta el origen de la idea de escribir el libro:

“El 6 de julio de 2021 asistí a una charla del vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, en los cursos de verano de El Escorial. Al final de la conferencia, uno de los estudiantes hizo una pregunta al ponente: “¿Qué opina de las criptomonedas?”. La respuesta del vicepresidente del BCE resultó inesperada para mí y, seguramente, también para el joven: “Puedes invertir en criptomonedas o puedes ir al casino de Torrelodones. Para el caso, es lo mismo”.

“A mí me sorprendió que un economista tan brillante tuviera esa concepción de las posibilidades de las criptomonedas. A raíz de su comentario, me pregunté cuántos economistas, políticos, empresarios, asesores financieros, etcétera, compartirían su punto de vista y si estaría más basado en un discurso imperfectamente construido desde los medios y las redes sociales que en un acercamiento en profundidad al mundo de las finanzas descentralizadas. En ese momento me di cuenta de que la criptoeconomía y las finanzas descentralizadas iban a generar una brecha similar a la que generó la llegada de Internet hace treinta años e iban a dejar a muchas economías atrás por no subirse a tiempo a la revolución del internet del valor”.

“Me planteé entonces si intervenir en aquel foro. Cualquiera podría haberse levantado y comparar el casino de Torrelodones con productos como las participaciones preferentes o las «subprime» vendidas sin la debida supervisión de los reguladores a personas que desconocían sus características.”

“Pero nadie lo hizo, y yo tampoco. Sin embargo, desde ese momento llevo pensando en escribir este Libro”.

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