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España buscará en la cumbre de Rabat más colaboración para expulsar inmigrantes

La reconciliación entre los dos países redujo la llegada de pateras, pero los marroquíes continúan siendo los más numerosos entre los que cruzan irregularmente las fronteras españolas

María Martín
La policía custodia a un grupo de inmigrantes en el aeropuerto de Gran Canaria en abril de 2021.
La policía custodia a un grupo de inmigrantes en el aeropuerto de Gran Canaria en abril de 2021.Javier Bauluz

La XII Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos, que se celebrará mañana miércoles y el jueves en Rabat, convocará a una docena de ministros, pero en la agenda entre ambos países hay siempre un tema prioritario: la inmigración irregular. La reconciliación entre ambos países en marzo redujo en 2022 las llegadas de inmigrantes irregulares más del 25%, pero el margen para aumentar la colaboración es enorme y España y Marruecos tienen varios asuntos pendientes. A pesar del descenso, está por ver si la tendencia se consolida y si el control irá más allá de los subsaharianos, una vez que los marroquíes continúan siendo los más numerosos entre los que cruzan irregularmente las fronteras españolas. Otro asunto perentorio para España —y para la Unión Europea— es aumentar las cifras de devolución y expulsión de inmigrantes irregulares, que se mantienen en los niveles más bajos de la serie histórica. Fuentes del Ministerio del Interior afirman que se está trabajando “para seguir aumentando las capacidades de retorno”, no solo con Marruecos, sino con los cerca de 30 países con los que se mantienen acuerdos de devolución.

El giro de España al alinearse con Rabat y calificar su oferta de autonomía para el Sáhara Occidental como la opción “más seria, realista y creíble” tuvo consecuencias diplomáticas inmediatas, también económicas, y tuvo también su impacto en el despliegue que Marruecos dedica a controlar la salida de migrantes de su territorio. Las cifras de entradas irregulares (31.219) bajaron a niveles de 2017, las islas Canarias tuvieron, por fin, cierto respiro tras dos años de continuos desembarcos, pero esto es, de momento, solo un punto de inflexión. Marruecos y el Sáhara Occidental, controlado por Rabat, continúan siendo los principales puntos de salida de migrantes, y los marroquíes son los principales ocupantes de las pateras que llegan a costas españolas. Entre los inmigrantes y refugiados que arribaron en 2022, el 42% eran marroquíes, seguidos de los argelinos (21%) y los senegaleses (10%). El porcentaje es algo mayor que en 2021, cuando los marroquíes suponían el 31% de los recién llegados. El Ministerio del Interior nunca publica estas cifras para no incomodar a los países de origen, pero constan en un informe reservado de la Comisión Europea al que ha tenido acceso EL PAÍS.

La crisis económica, el impacto de la pandemia en sectores como el turismo y la sequía son algunas de las razones que llevan a los marroquíes a emigrar, pero también la asfixia del régimen. En este sentido, un informe de The Global Initiative, una plataforma de referencia que estudia el crimen organizado en todo el mundo, señala que se está produciendo un aumento de marroquíes que intentan cruzar a España en patera desde el norte del país, una zona desde 2019 más controlada. La información, recogida en el informe de la Comisión, asegura que estos ciudadanos marroquíes proceden de la región del Rif, un territorio con altas tasas de pobreza que se mantiene en rebeldía contra un régimen que reprime con altas penas de cárcel las protestas populares en esta región. Según The Global Initiative, “el Gobierno [marroquí] estaría tolerando tácitamente los movimientos de personas de la región del Rif (norte del país) para limitar cualquier riesgo de inestabilidad”.

Los retornos se tambalean

La devolución de inmigrantes en situación irregular es un pilar fundamental en la política migratoria de la Unión Europea, pero más que reforzarse se tambalea. La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, mostró su preocupación el pasado martes sobre este asunto que considera urgente. La pandemia lastró todos los esfuerzos por incrementar las expulsiones, pero terminadas las restricciones de movimiento por cuestiones sanitarias, las tasas de retorno se mantienen bajas, entre otras cosas porque los países de origen no colaboran como a la UE le gustaría. “Podemos hacer un progreso significativo para aumentar el número de devoluciones y hacerlo más efectivo y rápido”, dijo. Según la oficina estadística Eurostat, en 2021 solo se ejecutaron el 21% de las más de 342.000 órdenes de retorno emitidas en toda la UE. De los casi 22.000 marroquíes a los que se les abrió un expediente para devolverlos a su país, apenas retornaron 2.000, según las estadísticas europeas.

España tiene varios frentes abiertos para conseguir aumentar los retornos de inmigrantes irregulares. Fuentes del Ministerio del Interior mantienen que España es uno de los países “con mayor capacidad de retorno”, aunque los datos no respaldan esta afirmación. En 2021, se abrieron 42.597 expedientes de devolución y expulsión (dos procedimientos distintos de repatriación), pero solo se ejecutaron 3.594, es decir, apenas un 8,4% del total, según datos recogidos por el Defensor del Pueblo. Es un número especialmente bajo, teniendo en cuenta que antes de la pandemia se expulsaba y devolvía a entre 9.000 y 11.000 inmigrantes al año. La estadística de Eurostat muestra además una larga lista de países que devuelven más que España, entre ellos Francia, Italia, Grecia, Alemania o Bélgica.

Mientras España mantiene vuelos de retorno recurrentes a América Latina o Albania, las devoluciones a Argelia están suspendidas desde que el Gobierno de Pedro Sánchez decidió alinearse con Rabat en el contencioso saharaui. Las devoluciones de marroquíes, por su parte, se reactivaron con tres vuelos semanales en 2020 con la llegada de miles de personas a Canarias, pero se suspendieron poco después por motivos sanitarios. Aunque simbólico, el número de devoluciones que se ejecutó desde las islas era anecdótico en comparación con la cantidad de marroquíes que desembarcaba en las islas. Los requisitos impuestos por Rabat, que solo aceptaba a nacionales documentados y vacunados, complicaban la misión.

No obstante, el retorno de marroquíes y nacionales de otros países a Marruecos fue uno de los temas que se trató conjuntamente en mayo la XX Reunión del Grupo Permanente Hispano-Marroquí sobre Migraciones. Dos fuentes que participaron en esa comitiva contaron a EL PAÍS que las autoridades marroquíes mostraron una gran disposición para aceptar a inmigrantes de vuelta, marroquíes y subsaharianos, en caliente y en avión. Esta receptividad de Rabat se vio, por ejemplo, el pasado 24 de junio durante la conocida como la tragedia de Melilla, cuando además de morir al menos 23 personas, los guardias marroquíes aceptaron de una tacada la devolución de 470 personas. Más allá de esto, la nacionalidad de los inmigrantes devueltos a sus países, es otro de los datos que Interior no hace públicos y no es posible saber, de momento, cuánto ha contribuido la sintonía con Marruecos a un mayor número de devoluciones, además de las que se producen en eventos relevantes y conocidos en las vallas.

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Sobre la firma

María Martín
Periodista especializada en la cobertura del fenómeno migratorio en España. Empezó su carrera en EL PAÍS como reportera de información local, pasó por El Mundo y se marchó a Brasil. Allí trabajó en la Folha de S. Paulo, fue parte del equipo fundador de la edición en portugués de EL PAÍS y fue corresponsal desde Río de Janeiro.

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