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Interior da la semilibertad a Bárcenas tras participar en un programa de reinserción

El extesorero del PP, que ya ha disfrutado de una veintena de permisos, abandonará la cárcel de Soto del Real para cumplir el resto de su condena en un Centro de Inserción Social

Óscar López-Fonseca
Luis Bárcenas, entonces tesorero del Partido Popular y senador, sale de su domicilio el 21 de julio de 2009, en plena investigación del 'caso Gürtel'.
Luis Bárcenas, entonces tesorero del Partido Popular y senador, sale de su domicilio el 21 de julio de 2009, en plena investigación del 'caso Gürtel'.Samuel Sánchez

El Ministerio del Interior ha acordado aplicar a Luis Bárcenas el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, de flexibilización del régimen de vida penitenciario, lo que permitirá al extesorero y exsenador del PP disfrutar de una situación cercana al tercer grado o semilibertad, según han informado a EL PAÍS fuentes penitenciarias y han confirmado fuentes de la defensa del político. La decisión se toma después de que Bárcenas haya disfrutado de una veintena de permisos de salida sin ningún incidente y haya realizado ya buena parte de un programa de reinserción de justicia restaurativa, que concluye con un encuentro entre el recluso y una víctima simbólica para que le pidan perdón.

El extesorero, que el próximo jueves inicia el disfrute de un nuevo permiso, dejará de cumplir su condena en la cárcel de Soto del Real (Madrid) ―donde ha cumplido hasta ahora la pena de 29 años y un mes que el Tribunal Supremo le impuso por el caso Gürtel― para pasar a hacerlo en un Centro de Inserción Social (CIS, donde las cumplen presos en régimen abierto). En concreto, del CIS Victoria Kent, situado en el centro de Madrid, según detallan fuentes de su defensa. La medida es de aplicación inmediata, aunque puede ser recurrida por la Fiscalía ante el juez de vigilancia penitenciaria en primera instancia y, posteriormente, ante el tribunal de la Audiencia Nacional que le juzgó.

Interior ha tomado esta decisión después de que el pasado noviembre la junta de tratamiento de la prisión de Soto del Real —un órgano interno formado por profesionales penitenciarios— hubiera propuesto, en las revisiones semestrales que se realizan de la clasificación penitenciaria de los reclusos, mantener a Bárcenas en segundo grado o régimen ordinario, pero aplicándole el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, lo que le permitirá disfrutar de buena parte de los beneficios penitenciarios de la semilibertad.

Ahora, tras la decisión de Instituciones Penitenciarias de aplicar la medida, los responsables del CIS Victoria Kent diseñarán un plan de ejecución de lo que le resta de la pena que incluirán salidas diarias para ir a trabajar. Ese plan detallará también si debe acudir al establecimiento penitenciario a dormir y cuántos días, o, incluso, si se le pone algún sistema de control telemático, como ocurrió, por ejemplo, con Rodrigo Rato exvicepresidente del Gobierno y expresidente de Bankia, condenado en el caso de las tarjetas black.

Bárcenas ingresó en prisión preventiva por orden del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz el 27 de junio de 2013 y la abandonó bajo fianza el 22 de enero de 2015, tras 575 días encarcelado. Volvió a entrar en prisión el 28 de mayo de 2018, tras conocerse el fallo de la Audiencia Nacional que le condenaba por la primera etapa del caso Gürtel a 33 años y cuatro meses. En octubre de 2020, el Tribunal Supremo rebajó la pena 29 años y un mes. Sobre esta última, meses después el tribunal fijó el tiempo máximo de cumplimiento para el extesorero en 12 años, que se corresponde con el triple de la pena más alta impuesta, en este caso, la de blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública, penadas ambas con cuatro años de cárcel.

Desde aquella decisión, Bárcenas empezó a disfrutar de permisos, todos ellos sin ningún incidente. Este hecho, su buen comportamiento y su participación en el programa de justicia restaurativa han sido tres de los elementos que Prisiones ha tenido en cuenta para concederle ahora la semilibertad por la vía del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, paso previo a una futura clasificación en tercer grado o régimen abierto.

Este último paso es fundamental para que el extesorero del PP pueda pedir la libertad condicional adelantada en septiembre de 2024, que, según los cálculos realizados por este diario, es cuando habrá cumplido dos terceras partes de la pena de 12 años. Para aspirar a esta libertad, que está regulada por el artículo 90.2 del Código Penal, el preso debe haber cumplido esa parte de condena y estar ya clasificado en tercer grado, además de cumplir otros requisitos como haber tenido un buen comportamiento y haber “desarrollado actividades laborales, culturales u ocupacionales [...] del que se haya derivado una modificación relevante y favorable de aquellas de sus circunstancias personales relacionadas con su actividad delictiva previa”.

Un año más tarde, en septiembre de 2025, habrá cumplido tres cuartas partes de la pena. En ese momento, la ley contempla una segunda posibilidad de acceder a la libertad condicional. Los requisitos son similares que con la excarcelación adelantada —estar clasificado en tercer grado y buen comportamiento—, pero ya no se exige el haber participado en actividades laborales o culturales. La última fecha reflejada en la ficha penitenciaria es la de cumplimiento definitivo y extinción de la pena. Bárcenas la alcanzará en septiembre de 2028.

Los encuentros de justicia restaurativa en los que ha participado Bárcenas son similares a los que se celebraron con los presos de ETA arrepentidos que se acogieron a la vía Nanclares de reinserción y víctimas de la organización terrorista. En 2016, Prisiones los extendió a condenados por delitos comunes que cumplían sus penas a través de medidas alternativas y, tres años más tarde, a aquellos que, como es el caso del extesorero, estaban privados de libertad. De estos talleres solo están excluidos a priori los penados por delitos de violencia de género y sexuales, así como aquellos que sufran alguna enfermedad psiquiátrica. El programa, que es voluntario, contempla 10 sesiones grupales de trabajo con otros reclusos de cuatro horas cada una que son impartidas por miembros de ONG especializadas en mediación. El objetivo es brindar a los reclusos la oportunidad de reflexionar sobre el delito cometido, su responsabilidad, su arrepentimiento y la petición de perdón a la víctima.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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