El PSOE renuncia a modificar el corazón de la ‘ley trans’

La dirección del PSOE ha decidido zanjar el debate sobre la ley trans, en un intento de acabar con el choque interno que ha provocado en el partido. Los socialistas han abandonado este jueves su indefinición sobre los aspectos más controvertidos del proyecto y han resuelto no esperar a la presentación de enmiendas al texto que se debatirá en la Comisión de Igualdad del Congreso para anunciar que no cuestionarán su parte esencial.

La presión dentro del principal partido del Gobierno entre sectores de feministas y el colectivo LGTBI sobre la futura legislación no ha dejado de aumentar conforme se acerca el momento en que las Cortes deben ultimar el contenido del texto. Y al mismo tiempo los socialistas se enfrentaban a los avisos de Unidas Podemos -cuya dirigente Irene Montero abandera la ley como ministra de Igualdad- de que no aceptarán modificaciones sobre lo que habían pactado los dos socios del Ejecutivo antes de la tramitación del proyecto por vía de urgencia en el Congreso. La postura final supone una renuncia a modificar el corazón de la ley trans. Los socialistas no tocarán la parte de la autodeterminación de género en menores, esto es, que un individuo pueda elegir su identidad sexual legal solo con su voluntad, aunque con requisitos por franjas de edad. El PSOE sí reconoce sus “dudas” sobre la posibilidad de que la ley acabe equiparando la violencia intragénero a la violencia de género.

Los socialistas han salido este jueves de la ambigüedad que venían manteniendo en los últimos días y han anunciado una postura que en la práctica arrincona las posiciones defendidas por algunos colectivos feministas del partido, con Carmen Calvo, exvicepresidenta del Gobierno y ahora presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, como figura más destacada. Este grupo se opone frontalmente a que las personas puedan decidir su sexo legal. El anuncio del PSOE se produce después de que EL PAÍS publicara que el partido estaba estudiando presentar enmiendas a la ley para pulir detalles como la autodeterminación de género en los menores y la cuestión de la llamada violencia intragénero. Al final se centrarán solo en esta última cuestión, con lo que zanjan cualquier debate sobre el tema que ha provocado tempestuosos choques en el partido, la libre determinación de género.

La otra cuestión controvertida, la de la violencia intragénero, deriva de su definición en la ley como aquella que se produce “en el seno de las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo y que constituye una manifestación de poder cuya finalidad es dominar y controlar a la víctima”. Los socialistas creen que de ese modo se puede equiparar a la violencia machista.

Fuentes de Ferraz y de La Moncloa resaltan que la posición de Unidas Podemos es tajante y no admitiría enmiendas del PSOE en lo relativo a la autodeterminación. El riesgo era que la ley decayera y no se aprobara antes de final de año, lo que abriría una crisis muy peligrosa para la estabilidad del Ejecutivo. “La ley es de todo el Gobierno, si tocamos la autodeterminación de género perdemos a Unidas Podemos, y eso implica que no partiríamos de 153 escaños, sino de los 120 socialistas”, subrayan en el Ejecutivo. El PSOE ha decidido zanjar el asunto sin que haya mediado en las últimas horas ninguna nueva negociación con sus socios de Gobierno, según las fuentes consultadas, más allá de las declaraciones públicas de Montero y de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, instando al PSOE a cumplir lo pactado.

El PSOE da por hecho que el PP y Vox recurrirán la futura ley en el Tribunal Constitucional y por eso quieren darle la mayor seguridad jurídica. “El legislativo puede mejorar la ley y hacerla más robusta ante los ataques de los que son verdaderos enemigos de los derechos de los colectivos”, apuntas fuentes socialistas para justificar la orientación que tendrán sus enmiendas. La falta de acuerdo en el PSOE estaba retrasando la tramitación de la ley, planteada en principio por la vía de urgencia. El pasado lunes, los socialistas se unieron al PP para ampliar el periodo de presentación de enmiendas, una forma de congelar el debate. Ahora el primer partido del Gobierno asegura que no obstaculizará su tramitación, aunque la prioridad inmediata es sacar adelante la negociación sobre los Presupuestos del Estado.

Antes de conocer la posición oficial socialista, la autora del proyecto, Irene Montero, había vuelto a exigir que se inicie ya el trámite parlamentario. En declaraciones a TVE, Montero señaló que no aceptaría abrir debates que cuestionen “aspectos centrales de la ley”. “No vamos a consentir ningún retroceso en derechos respecto a lo pactado en el texto de la ley, porque este es un gran consenso social y también político”, declaró Montero. Díaz insistió en términos muy parecidos: “Ni un paso atrás con esta norma, celeridad”.