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El presidente de RTVE dimite al perder el apoyo del PSOE y Unidas Podemos

José Manuel Pérez Tornero llegó con un pacto de PSOE y PP, pero ahora estaba en minoría acusado de entregarse a los populares

El presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, en la comparecencia del jueves en la comisión parlamentaria.
El presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, durante la comparecencia parlamentaria de abril.MARISCAL (EFE)

El presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, ha anunciado que dimitirá en las próximas horas después de un año y medio al frente de la corporación pública. Tornero llegó a este puesto después de un acuerdo en febrero de 2021 entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, uno de los pocos que hubo en esta legislatura. Sin embargo, en los últimos tiempos había perdido el apoyo de un sector muy importante del Consejo de Administración, el más cercano al PSOE y Unidas Podemos, que lo acusaba de haberse entregado al PP y rodearse de directivos cercanos a este partido. Además, los datos de su gestión no son buenos, ya que la audiencia continúa cayendo. Tornero ha hecho pública su dimisión en un comunicado en el que reivindica su gestión, pero admite que “ya no se dan los factores para sostener la viabilidad” de su proyecto. El aún presidente de RTVE asegura que dentro del consejo de administración “ya no se dan las condiciones mínimas para el consenso transversal y en ocasiones ni tan solo el clima propicio al diálogo que necesitamos para culminar el proyecto”. “Vine a sumar y construir, y me voy con la conciencia tranquila”, remata en la carta a los trabajadores.

La realidad política es que Tornero ya solo tenía el apoyo del PP y algunos consejeros sueltos, pero había perdido el del PSOE y Unidas Podemos. El malestar de los socialistas con su gestión era muy evidente en privado, aunque públicamente evitaban criticarlo. Los consejeros cercanos al PSOE habían prácticamente roto amarras con él en los últimos meses. Los dos de Unidas Podemos estaban aún más distanciados, y de hecho hicieron un informe en mayo que era muy crítico con la selección de los tertulianos de la casa. El texto fue aprovechado por el exvicepresidente Pablo Iglesias para cargar recientemente en su programa La Base contra el presidente de RTVE, al que llamaba burlonamente “el periodista más facha del mundo entero”. La situación era cada vez más insostenible porque Tornero había perdido la mayoría con la que llegó a la presidencia.

Desde el principio, Pérez Tornero ha tenido enfrente a un consejo de administración fragmentado y segmentado en bloques. Buena parte de sus propuestas más polémicas han sido avaladas por los tres vocales del PP, mientras que ha tropezado con la oposición de los dos representantes de Unidas Podemos y de dos de los cuatro consejeros propuestos por el PSOE. En ocasiones, incluso el designado por el PNV ha votado en contra de las iniciativas del presidente.

En el trasfondo de esta caída hay una batalla política que empezó ya poco después de su nombramiento. De hecho, el PSOE aceptó pactar con el PP la nueva cúpula de RTVE, algo que no hizo el PP cuando gobernaba, pero a cambio confiaba en que los populares renovarían el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Un año y medio después de ese acuerdo, el órgano de gobierno de los jueces sigue sin renovar y, sin embargo, según la interpretación del PSOE y de Unidas Podemos, el PP tiene cada vez mayor influencia en RTVE. Tornero no puede ser destituido salvo acuerdo parlamentario. Por tanto, tiene que dimitir él una vez constatado que ha perdido el apoyo mayoritario en el Consejo de Administración de RTVE, que se reúne el martes de forma ordinaria.

La solución más probable ahora es encontrar alguien que ocupe el cargo de forma interina, tal vez otro consejero, porque para elegir a un sucesor hay que buscar un consenso en el Congreso entre PSOE y PP que ahora mismo se antoja inviable cuando ni siquiera hay acuerdo para renovar el Tribunal Constitucional y mucho menos el Consejo del Poder Judicial. En un año que ya empieza a ser electoral, parece difícil construir ahora ese consenso, por lo que esa interinidad podría estirarse incluso hasta las elecciones, aunque nada parece decidido de momento y todo está abierto a negociaciones entre los dos grandes partidos.

Para evaluar la situación en la que queda RTVE, su secretario general, Alfonso Morales, solicitó el domingo un informe a la asesoría jurídica de la corporación con el objetivo de determinar los pasos a seguir tras la dimisión de su presidente, según fuentes del grupo estatal. Tanto el Gobierno como RTVE están evaluando las circunstancias en las que se produjo la dimisión de Alberto Oliart, en 2011. Las opciones pasan por establecer un sistema rotatorio entre los nueve consejeros, algo poco probable, o elegir un presidente provisional, en cuyo caso Elena Sánchez (propuesta por el PSOE) figura entre los favoritos.

RTVE siempre estuvo controlada por el partido que gobernaba, primero por el PSOE hasta 1996 y después por el PP hasta 2004. Pero el socialista José Luis Rodríguez Zapatero cambió la historia y la ley y pactó con Mariano Rajoy, entonces en la oposición, una RTVE de consenso presidida por Luis Fernández, que fue la más prestigiosa y recibió muchos premios informativos. Después, cuando Rajoy llegó al PP, una de las primeras cosas que hizo fue cambiar la ley para volver a controlar RTVE sin consenso con la oposición, y los trabajadores se rebelaron contra la manipulación de los informativos. Con la llegada de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias al poder, en un principio volvió la tensión y se eligió una presidenta que no era de consenso entre los dos grandes partidos, Rosa María Mateo, después de votaciones fallidas en el Congreso. Pero en 2021 el PSOE de nuevo pactó con el PP el nuevo presidente, Tornero, que ha durado 18 meses. Los socialistas están convencidos de que los populares harán como Rajoy si llegan al poder y volverán a controlar RTVE de forma directa, sin consenso con la oposición.

Quien ocupe la presidencia de la corporación se enfrentará a una televisión bajo mínimos. En el último año y medio, durante el mandato de Pérez Tornero, TVE no solo no ha mejorado las audiencias sino que las ha empeorado. La principal cadena cerró agosto con una cuota de pantalla del 8,1%, la cifra más baja en toda su historia. La estrategia de programación ha sido muy cuestionada por algunos miembros del consejo de administración. Las críticas más rotundas han procedido del sindicato CC OO, alineado con los postulados de Unidas Podemos, según el cual “solo en la etapa de manipulación informativa vivida en los años del Gobierno de Mariano Rajoy se alcanzaron mayores niveles de desprestigio”. Muchos trabajadores de RTVE comparten la idea de que Pérez Tornero se alió con “peligrosos compañeros de viaje” y dio la espalda a una plantilla compuesta por 6.500 personas.

En una nota fechada a mediados de septiembre, CC OO auguraba el futuro inmediato de Pérez Tornero. “La caída ha comenzado y es irremediable. El caos en la gestión se incrusta en cada dirección de la corporación RTVE. El presidente no ha sabido generar dinámicas de confianza, muy al contrario ha demostrado su incapacidad para trabajar en equipo. El ordeno y mando impuesto por él y por su jefe de gabinete, José Juan Ruiz, están llevando a RTVE a un lodazal”.

El deterioro de las relaciones entre el presidente y algunos de los consejeros comenzó con la decisión de poner fin al programa Las cosas claras, una larga y tenaz reclamación del PP en la comisión de control parlamentario. Pérez Tornero canceló el programa y entregó la cabeza de su presentador, Jesús Cintora, una salida que Unidas Podemos calificó de “despido político”. En el espacio que ocupaba este programa ahora se ha instalado la productora Cuarzo con Hablando claro, un formato que combina información y entretenimiento, un cóctel que fue muy cuestionado por el propio presidente en el Congreso.

Tanto CC OO como Unidas Podemos sostienen que la cadena pública se ha convertido en una de las terminales mediáticas que trabajan para golpear al Ejecutivo. “TVE entrega al PP la línea editorial de La hora de La 1″, asegura un estudio del sindicato, según el cual en la semana del 20 al 24 de junio, el 60% de los tertulianos que aparecieron eran de medios asociados con la derecha.

También algunas de las recientes incorporaciones han desatado protestas. La llegada del periodista Josep Cuní a RTVE fue irónicamente recibida como un “fichaje salvador”. Especialmente vapuleado ha sido el estreno de La gran confusión, pilotado por Javier Sardá, considerado “infobochorno”. No todo son críticas. La sección sindical de UGT en RTVE ha lamentado este lunes la dimisión de Tornero, tanto “por el capital humano y de gestión” como por el momento “crucial” en el que se produce.

Pérez Tornero ha lidiado con polémicas relacionadas con la contratación de personal. El nombramiento de dos directivos de su entorno profesional y laboral para la subdirección de Transparencia del Conocimiento y la subdirección del Área de Proyectos y Desarrollo desató un encendido debate en el Congreso. ”Se realizó por un concurso público. Y yo no tuve arte ni parte”, quiso zanjar el presidente.

En el terreno económico, RTVE preveía cerrar el ejercicio 2021 con un beneficio estimado de 46 millones de euros, pese a no tener cerradas las aportaciones de los operadores de televisión y de telecomunicaciones que contribuyen a su financiación. Pero la caída de la publicidad ha tenido un impacto negativo de esas compañías. Si bajan sus ingresos, también cae la tasa que obligatoriamente pagan a RTVE. Con un presupuesto de mil millones de euros y unos ingresos que pueden mermar si el Gobierno exime a las telecos de aportar fondos, la situación es crítica. La deuda podría superar este año los 580 millones de euros.

Rechazo de Unidas Podemos a Pérez Tornero

Paula Chouza

Podemos ha reaccionado rápido a la dimisión del presidente de RTVE. Fuentes de la formación han señalado este lunes: "Pérez Tornero fue elegido por PSOE y Podemos y se puso a las órdenes del PP; es una buena noticia que se marche de la TV pública después del daño que ha hecho".

La inconformidad de Podemos con las decisiones de Tornero se hizo evidente prácticamente desde el principio de su mandato. La formación salió en tromba a criticar el cierre del programa Las cosas claras en julio de 2021, cuando apenas llevaba ocho meses en la parrilla y cosechaba elevados índices de audiencia. El magazine de actualidad y tertulia política conducido por el periodista Jesús Cintora tenía entre sus principales detractores a PP y Vox. El partido que dirige Ione Belarra cree que bajo la presidencia de Pérez Tornero, la televisión pública se ha derechizado.  Otro momento de fricción llegó cuando salió a la luz en diciembre pasado que Tornero se había lucrado durante su etapa directiva en la Universidad Autónoma de Barcelona con negocios privados que hizo a través de dos empresas de su propiedad. “Las informaciones publicadas son graves. Por un lado, la contratación de personas relacionadas con su empresa familiar en RTVE. Por otro lado, el presunto incumplimiento de la ley en materia de incompatibilidad entre la actividad económica privada y el desempeño de determinados cargos en las universidades públicas”, cuestionó entonces el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique. “Lo primero es que dé explicaciones sobre todo esto en sede parlamentaria y, a partir de ahí, ya veremos si cabe emprender acciones ulteriores”, advirtió poniendo en duda su continuidad. La formación también ha presentado diversas preguntas a lo largo de este año en el Congreso dirigidas a Tornero o a la Administración sobre la presunta vulneración de la libertad de expresión de periodistas de RTVE o el intento de cancelación de la emisión de una película LGTBI en la cadena.

Fuentes oficiales del PP han criticado que Tornero salga de RTVE: "Es una muestra más del deterioro institucional", han asegurado, informa Elsa García de Blas. También la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se ha mostrado muy crítica en Twitter: "Indignante: el interés del Gobierno de turno pone y quita a responsables de la radiotelevisión pública. Esto pasa cuando se la reparten PSOE, PP, Podemos y PNV. Un bochorno que habríamos ahorrado a los españoles con un concurso público como el que defendemos desde Cs", informa Virginia Martínez.


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