Álvarez de Toledo se desmarca de Feijóo y apoya una propuesta de Vox para aplicar el 155 en Cataluña

La política lingüística del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha sufrido su primera fisura interna. La que fuera portavoz parlamentaria de los populares, Cayetana Álvarez de Toledo, se ha desmarcado este jueves de su partido y ha apoyado en el Congreso una propuesta de Vox que pedía la intervención de la autonomía catalana para garantizar que se pueda impartir enseñanza en castellano en las aulas de esa comunidad. Es la primera vez que Álvarez de Toledo, que en el pasado mantuvo enfrentamientos con Feijóo cuando esté aún presidía la Xunta de Galicia, muestra sus diferencias en público desde que se produjo el relevo en la dirección del PP.

No va a serle fácil al líder popular su apuesta por lo que llama “cordialidad lingüística”. Su ausencia de la manifestación del pasado domingo en Barcelona —en la que se reclamaba que también el castellano, y no sólo el catalán, fuera considerado lengua vehicular en los colegios catalanes— ya le granjeó críticas tanto de Vox como de Ciudadanos, pese a que en la marcha sí estuvo presente la número dos del PP, Cuca Gamarra, y otros dirigentes del partido, Álvarez de Toledo entre ellos. Las insinuaciones contra Feijóo desde la derecha han continuado esta semana en el pleno del Congreso, donde representantes de ambas formaciones han ironizado con la “cordialidad” que propugna el expresidente gallego. Al final, las diferencias han estallado dentro del propio grupo popular, en el que Álvarez de Toledo ha vuelto a ejercer la disidencia, como ya había hecho en la época de Pablo Casado desde que este la destituyó como portavoz tras haberla encumbrado al cargo.

Feijóo decidió esquivar el domingo una nueva foto de Colón junto a los líderes de Vox, Santiago Abascal, y Ciudadanos, Inés Arrimadas, y su estrategia ha tenido continuidad este jueves en el Congreso. Los populares han votado en contra de una proposición no de ley de la extrema derecha —en la práctica, una mera declaración parlamentaria— que urgía a aplicar en Cataluña el artículo 155 de la Constitución. El partido de Feijóo se ha abstenido en el resto de puntos de la propuesta de Vox: los que instaban a “asegurar la enseñanza del español y en español en los sistemas educativos de todas las regiones”, a establecer un “régimen sancionador” para cualquiera que obstaculice el uso del castellano y a “revertir la instrumentalización que distintos poderes públicos regionales hacen de las lenguas españolas como elemento de división y confrontación”.

Este último punto podía tener lecturas diversas, ya que Vox ha tildado a menudo de “nacionalista” la política lingüística de Feijóo en Galicia y sostiene, contra toda evidencia estadística, que el castellano está en peligro en esa comunidad, donde existe la obligación legal de impartir un tercio de las asignaturas en gallego. Álvarez de Toledo ha apoyado este punto y todos los demás, junto a Vox, Ciudadanos y los regionalistas conservadores del Grupo Mixto. La diputada, elegida en 2019 como cabeza de lista por Barcelona, había mantenido una discreta disciplina desde la llegada de Feijóo, quien en su día fue uno de los barones populares que desaconsejaron a Casado su nombramiento como portavoz y que criticó públicamente el tono de algunas de sus intervenciones en el Congreso.