Sánchez entra en campaña con 30 actos hasta final de año para recuperar el contacto directo con la calle y “desenmascarar” a Feijóo

El PSOE ya va a toda máquina cuando todavía faltan nueve meses para las elecciones autonómicas y municipales de mayo y año y medio para las generales. Los socialistas han recobrado el pulso tras el shock que supuso el desastre en Andalucía y encaran el arranque de curso con el ánimo recobrado. La intensidad es máxima en La Moncloa y Ferraz, donde además de la confianza, se ha recuperado la relación entre el sancta sanctorum del Gobierno y la sede del partido. La coordinación entre los diferentes núcleos de poder se ha engrasado a conciencia después de los cambios que Pedro Sánchez ejecutó en julio, en los que María Jesús Montero se erigió en la nueva vicesecretaria general y Pilar Alegría, en la portavoz del socialismo. El partido saldrá a dar la batalla, resuelto a dar la vuelta a las encuestas. Según los datos que manejan en el PSOE, el PP habría tocado techo en los sondeos y su crecimiento se estaría estancando tras el relevo traumático de Pablo Casado por Alberto Núñez Feijóo. “El proyecto del PSOE es de largo alcance. Ir a la ofensiva es pedagógico y parte de ella pasa por desenmascarar a Feijóo, que ha demostrado que ni es moderado ni es solvente ni es un líder. Isabel Díaz Ayuso [presidenta de Madrid] le marca las directrices”, argumentan fuentes de la dirección socialista.

El golpe de timón se verá de inmediato. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE tiene 30 actos programados hasta diciembre por toda España. “El presidente va a salir de las paredes habituales de La Moncloa y de su perfil meramente institucional, por las circunstancias por la pandemia y la guerra de Ucrania, para tener una relación directa y sin intermediarios con los ciudadanos. Nos hemos reunido muchas veces con los empresarios del Ibex 35, pero ahora se trata también de conectar directamente con la gente, y que sean los españoles quienes trasladen en primera persona al presidente lo que tiene que saber y conocer de primera mano”, exponen en la cúpula socialista. “Lo hacemos así porque tenemos proyecto, tenemos equipo, tenemos líder, y vamos a por todas”, abundan las mismas voces.

Los ministros y otros cargos de la dirección del partido también se multiplicarán con cientos de eventos con los que la parte socialista del Gobierno desgranará la gestión de la pandemia y de los efectos de la guerra de Ucrania. El objetivo es abandonar el rol institucional, sin apenas contacto con la calle, que han provocado las crisis sucesivas con las que ha tenido que lidiar la coalición de PSOE y Unidas Podemos prácticamente desde el inicio de la legislatura. “Gobernamos para la mayoría social, nos dirigimos al 95% de la gente. No solo a los que tienen más dificultades, sino al conjunto de los ciudadanos: de ahí las medidas de bonificación de combustible, por ejemplo. O el decreto con la nueva cotización para los autónomos, que son clase media de por sí. La clase trabajadora, el motor del país, es para nosotros prioritaria”, esgrime un dirigente del círculo del presidente. Sánchez ha focalizado su discurso en este sector de la población con énfasis tras la debacle en las elecciones andaluzas, en las que el PP se disparó hasta la mayoría absoluta.

‘El Gobierno de la Gente’

La ejecutiva federal del PSOE aprobará el lunes la campaña El Gobierno de la Gente, dirigida a las clases medias y trabajadoras. El 1 de septiembre, el día que entran en vigor las medidas sociales del decreto energético recién convalidado en el Congreso, alcaldes y concejales explicarán en diferentes estaciones las medidas de gratuidad de las cercanías de Renfe así como las bonificaciones en los transportes municipales y autonomicos. Las Juventudes Socialistas se implicarán destacando el complemento de hasta 400 euros hasta el 31 de diciembre a estudiantes becados, con el que el Ejecutivo pretende compensar el alza de precios.

La campaña del PSOE no se ha diseñado en detrimento de Unidas Podemos. Las fuentes socialistas consultadas reconocen que necesitan que su socio minoritario “resuelva las discrepancias” entre la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y su proyecto Sumar, y el espacio de Podemos que lidera la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. “Confiamos que canalicen un voto que no va a ir al PSOE y no queremos que se quede en la abstención, ya que se trata de parte del electorado de IU y Unidas Podemos. Queremos que a esa parte la vaya bien”, afirman en la cúpula del PSOE. Por tanto, La Moncloa le facilitará a los ministros de Unidas Podemos la visibilidad que requieran, tal y como viene sucediendo.

Sánchez ya tiene hasta los fines de semana ocupados en su agenda de los próximos meses. El 3 de septiembre celebrará una asamblea abierta en Sevilla con su alcalde, Antonio Muñoz. La elección no es casual: se trata de la principal ciudad gobernada por el PSOE. El 9 de septiembre se repetirá el formato en Toledo, con su alcaldesa, Milagros Tolón. Y así sucesivamente. Los nueve presidentes autonómicos socialistas celebrarán un consejo ejecutivo federal en Zaragoza a mediados de ese mes, en una fecha por determinar.

Una jornada que está subrayada en rojo es el 28 de octubre. Ese día se cumple el 40º aniversario de la victoria de Felipe González en las elecciones generales de 1982. Para esa semana se está ultimando un programa de actividades en las que se reivindicará los hitos de los gobiernos socialistas. Ferraz también concede muchísima importancia al congreso de la Internacional Socialista, que se celebrará en Madrid del 24 al 27 de noviembre. Nunca un español ha dirigido el organismo, una opción que Sánchez contempla. El colofón sería la presidencia rotatoria de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023, antesala de las elecciones generales.