_
_
_
_
_

El calor y el fuerte viento complican la extinción del incendio en Sierra Bermeja

Las malas condiciones meteorológicas entorpecen la labor del centenar de especialistas que refrescan los puntos calientes para que el fuego, ya estabilizado, no se reproduzca

Incendio en Sierra Bermeja
Agentes antiincendios trabajan en la extinción del fuego de Sierra Bermeja (Málaga), este lunes, en una imagen del Infoca.INFOCA

Mucho viento, altas temperaturas y baja humedad en el ambiente. Todo lo que podía ir mal en cuanto a la situación climatológica en la lucha contra el incendio de Sierra Bermeja (Málaga) ha ido mal. El fuego se inició el miércoles. El viernes, tras un trabajo sin descanso durante 48 horas, fue dado por estabilizado. Pero de ahí a tenerlo controlado, es decir, que no haya peligro de que las llamas superen el perímetro vigilado por los bomberos, se ha complicado desde entonces. “Las condiciones meteorológicas continúan siendo desfavorables para la extinción del incendio”, afirmaba esta mañana Alejandro Molina, coordinador de las labores para acabar con una pesadilla que ha arrasado ya con más de 3.500 hectáreas entre los municipios de Pujerra y Benahavís, ha dejado tres profesionales heridos y obligó a desalojar a casi 3.000 personas que ya han vuelto a sus hogares.

Las llamas comenzaron el pasado miércoles a las 15.04 horas en la finca La Resinera, de unas 6.500 hectáreas, pobladas en su mayoría de pino resinero y algunas zonas de castaños. Más de un millar de personas llegaron a unir sus fuerzas al día siguiente, el jueves, para luchar contra un fuego que arrastraba el fantasma del ocurrido en la misma zona el año anterior y que, descontrolado, quemó casi 10.000 hectáreas y acabó con la vida de un bombero. La rápida respuesta —a los bomberos forestales se unieron los miembros de la Unidad Militar de Emergencias, apenas ocho horas después del primer aviso de humo al teléfono de emergencias 112— demostró su efectividad y el viernes el fuego se daba por controlado. Entonces los militares se retiraron y los miembros del Infoca (Plan andaluz contra incendios) continuaron su labor para extinguir el incendio.

La técnica utilizada para atacar el incendio, la de fuego técnico, consistente en propagar llamas de forma controlada para que se encuentren con el incendio original, asegurando los perímetros y la extensión que se carboniza para evitar riesgo, facilitó el éxito. Sin embargo, si el año pasado la lluvia acudió a última hora en apoyo de los bomberos, esta vez el clima no ha puesto de su parte. Al intenso calor —con temperaturas máximas superiores a los 33 grados— y las fuertes rachas de viento —de más de 40 kilómetros por hora— se ha unido una “bajísima” humedad relativa de apenas un 25%, según ha explicado Molina, que dificulta mucho las tareas sobre el terreno. El ejemplo del sábado es claro: los puntos activos y las zonas de humos se fueron reproduciendo a medida que pasaba el día, obligando a que más de 200 especialistas, nueve vehículos y hasta 20 medios aéreos trabajaran a destajo.

Este lunes, a media tarde, ya no había llamas ni humo, pero las más del centenar de personas que seguían en la zona se afanaban en refrescar los puntos más calientes. Sobre todo en la zona este, visible desde la carretera A-397 que une Ronda con Marbella, donde la masa forestal es mayor. El Servicio de Extinción de Incendios Forestales de Andalucía (Infoca) asegura que alrededor el 80% del perímetro está ya consolidado, pero que el fuego aún no está controlado. Con todo, son optimistas para que eso se pueda conseguir pronto.

El bombero herido de más gravedad por quemaduras ha sido ya dado de alta en el hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, donde llevaba ingresado desde la semana pasada. Otro de los heridos se recupera en casa y el tercero, intoxicado por humo, se ha reincorporado a su trabajo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete


Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_