El PP da la espalda junto a Vox al decreto para limitar los precios de la energía
El Gobierno sale airoso de otra prueba de pactos a varias bandas en el Congreso
No fue este jueves el día elegido por el PP en el Congreso para demostrar que su vocación pactista va más allá de la retórica. Los populares rehusaron incluso dar su apoyo al decreto que regula el sistema para limitar los precios de la energía, apenas unas horas después de que Bruselas emitiese el esperado visto bueno a la llamada “excepción ibérica”. El PP se limitó a abstenerse, igual que Vox y Junts, ante una medida que contó con un gran respaldo, 195 diputados. Los populares también coincidieron con la bancada de Santiago Abascal en su voto negativo a la ley reguladora de los planes privados de pensiones, que el Gobierno logró sacar adelante gracias al apoyo de Ciudadanos y con la abstención de EH Bildu.
Si se interpela a los socialistas por sus apuros para salvar las iniciativas del Gobierno en el Congreso, siempre sale a relucir el mismo comentario: “Pues, pese a quien pese, esta semana lo hemos vuelto a aprobar todo”. Este jueves no fue la excepción: cinco iniciativas legislativas y un decreto, el que limitará los precios de la energía, pasaron con éxito por el Congreso. Algunos con casi unanimidad, como la reforma del voto rogado; otros con apuros y con un nuevo ejemplo de contorsionismo gubernamental para buscar apoyos diversos, como en la ley sobre los planes de pensiones.
Desde que Alberto Núñez Feijóo tomó el mando del PP en abril, en cada sesión del Congreso se escrutan los movimientos de sus diputados para verificar si se ha producido un cambio de actitud en la oposición. El decreto para frenar los precios de la energía llegaba con el respaldo recién otorgado por Bruselas y una aquiescencia en la Cámara más allá de la división habitual de bloques: lo apoyaron desde Ciudadanos y Coalición Canaria a todos los grupos independentistas sin excepción. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en su intervención en defensa del proyecto, calculó que la medida puede contribuir a bajar la inflación entre ocho décimas y un punto.
Solo hubo dos votos en contra en el Grupo Mixto. El PP, como Vox y Junts, no lo rechazó, pero le negó su apoyo. “La excepción ibérica no es un éxito, es la manifestación inequívoca de un fracaso”, sentenció el diputado popular Guillermo Mariscal en alusión a la falta de conexiones gasísticas con el resto de Europa. Mariscal censuró la intervención en el mercado para frenar los precios y vaticinó que “va a crear distorsiones y a frenar inversiones”. La actitud de los populares exasperó al socialista Germán Renau, quien rebautizó al líder del PP como “Fake-jo” y señaló a los diputados de ese partido: “Ustedes quieren que a España le vaya mal. Eso no los hace solo malos políticos, los hace malas personas”.
Pese a todo, el Gobierno sacó la medida sin apuros. Lo de los planes de pensiones fue algo más laborioso. Ahí los problemas para la parte socialista del Ejecutivo se situaban en la izquierda, incluidos sus socios de Unidas Podemos, con los que mantuvo un forcejeo hasta el último minuto. Por ese flanco, el PSOE arrancó la abstención de EH Bildu incluyendo en el texto una subida del 15% en las pensiones no contributivas. ERC, Más País, Compromís, CUP o BNG no se movieron del no. El Ejecutivo superó el trance con los grupos más centristas: Ciudadanos, PNV y PDeCAT. El rechazo acabó uniendo a PP y Vox con el sector más izquierdista de la Cámara. Los populares y la extrema derecha fueron además los únicos que no secundaron otro proyecto de ley, el que obligará a que todos los accidentes de tráfico con víctimas sean comunicados al juez.
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