_
_
_
_
PP
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Feijóo y Ayuso, matrimonio de conveniencia

Un turista despistado no habría acertado quién se presenta a las generales escuchando los discursos del líder del PP y la presidenta madileña

Ayuso y Feijóo, este sábado en la clausura del congreso del PP de Madrid.
Ayuso y Feijóo, este sábado en la clausura del congreso del PP de Madrid.Olmo Calvo
Natalia Junquera

Alberto Núñez Feijóo ha sido convocado este sábado al escenario del congreso del PP de Madrid como el hombre que “hace temblar” de miedo a Pedro Sánchez. Las encuestas sonríen al nuevo líder del partido, que se ha olvidado rápido de Pablo Casado y disfruta de una inusual paz entre la planta primera y la séptima de la sede de Génova, o sea, entre la dirección de la formación en Madrid y la nacional. Pero si, por lo que fuera, por ejemplo, el aire acondicionado, un turista despistado hubiese entrado esta mañana en el pabellón de Ifema donde se celebraba el cónclave y hubiera escuchado los discursos de clausura de Feijóo y Ayuso, seguramente no habría sabido decir cuál de los dos se enfrentará a Pedro Sánchez para ocupar La Moncloa. Es más, probablemente se habría equivocado porque ha sido la baronesa madrileña quien más tiempo ha dedicado a hablar del que no será su rival en las papeletas de las generales.

El líder del PP nacional y la lideresa del PP madrileño se han deshecho en elogios hacia el otro para escenificar la complicidad de ese nuevo matrimonio político tras el ruidoso divorcio entre Ayuso y Casado —“Gracias a la presidenta por su cariño, por su apoyo”; “Gracias, presidente, qué difícil hablar detrás de ti”… —. El partido ha cambiado Pimpinela por las baladas melosas, pero el de los dos liderazgos más fuertes del PP sigue siendo un matrimonio de conveniencia. La diferencia, como deslizó Feijóo, es que ahora esa incompatibilidad de caracteres se utilizará como baza electoral, para ampliar el espectro de votantes, y no para hacerse daño: “Es evidente que Isabel y yo somos distintos. Somos de generaciones distintas. Tenemos formaciones y trayectorias distintas. Yo vengo de las tierras altas y ella del centro de la meseta. Yo vengo de zonas templadas y hoy va a haber 37 grados en Madrid. Pero, bromas aparte, los dos queremos lo mismo: acertar”.

Siempre ha habido rivalidad entre el PP de Madrid y el nacional porque el foco de la capital tienta a menudo a mirar hacia arriba, hacia la última planta. Así que, junto a los elogios, también se han dejado recados, eso así, amistosos: “De Isabel y de mí han dicho bastantes cosas cuando éramos presidentes autonómicos, colegas. Ahora no lo somos” [porque ahora yo soy el jefe]. “El mayor acierto de Isabel es que es la presidenta que más se parece a Madrid, por eso la votan en Madrid” [acotemos los liderazgos]. Feijóo ha repetido “Madrid” casi tantas veces como Ayuso ha dicho “España”.

“Madrid es todo”, ha insistido la presidenta regional antes de disparar, efectivamente, a todo: “Cuba es una dictadura”; “Este es el peor Gobierno desde la dictadura”; “el sanchismo fabrica una realidad paralela”; “el comunismo está provocando éxodos masivos”; “los amigos del terrorismo de las narcodictaduras están hoy en el Gobierno central”; “quieren quitar la regla de tres de las matemáticas con perspectiva de género”; “una señora nos da lecciones de feminismo mientras su mayor éxito político es ser la pareja de…”

No ha habido menciones a Casado, salvo para reprocharle el retraso del cónclave que ha permitido dar plenos poderes a Ayuso en Madrid. “Todos sabemos que este congreso llevaba demasiado tiempo pendiente”, ha dicho Feijóo. “Extenderse sobre ello es un ejercicio de nostalgia que no lleva a ninguna parte. Nos hemos preocupado demasiado por las cuestiones internas y no pienso dedicarle un segundo”, ha añadido, dedicándole, de momento, unos cuantos. “Porque no me interesa el pasado, sino lo que va a pasar. Los partidos que representan al pasado pierden las elecciones”, ha zanjado. El PP ha entendido que las batallas domésticas les penalizan en las urnas y fía todo a un clásico: la estrategia del poli bueno- poli malo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_