Feijóo reivindica en Barcelona la “identidad” territorial frente a “mentalidades centralistas”
El presidente del PP afirma que quiere captar al 16% del electorado de Vox
Alberto Núñez Feijóo ha estrenado este viernes en Barcelona su agenda pública lejos de Madrid como nuevo presidente nacional del Partido Popular. Lo ha hecho en el Cercle d’Economia, un foro que reúne a representantes del sector empresarial y económico y les da altavoz para interrogar a altos cargos de la política. Feijóo no era nuevo en esta plaza porque el año pasado ya fue invitado en calidad de presidente de la Xunta —“el cambio no altera mi visión sobre la política y la economía”, ha dicho—, pero su nueva condición de líder de la derecha española generó mucha expectación. La clase empresarial catalana ha mostrado abierto rechazo al desafío independentista, pero varios de sus miembros destacados no ocultan su desazón por el auge de la extrema derecha y por la posibilidad de que alcance cuotas de poder gracias a pactos electorales.
Al hilo del turbulento escenario político catalán y de la herida que causó el procés en Cataluña, Feijóo entró a teorizar sobre el encaje territorial. Le dio pie a ello Javier Faus, presidente del Círculo, que le retó a dar “respuesta a las ambiciones de Cataluña” y a propiciar “una financiación más justa”. El presidente nacional del PP salió del envite reivindicando acento y raíces. Rehuyó asociar la “identidad” con una forma de “rebeldía arbitraria”. “Los pueblos poseen sus propias identidades”, dijo. “La singularidad política, cultural y lingüística de los territorios”, puntualizó Feijóo, es “una personalidad que no es caprichosa, como algunas mentalidades centralistas piensan”.
El aún presidente en funciones de Galicia abogó por la necesidad de inyectar “estabilidad” en el Ejecutivo ―”La división interna del Gobierno es lamentable”, dijo― y buscó la complicidad del auditorio cuando dijo que es menester apartar del poder a aquellas formaciones que “suelen considerar a la economía como un engorro” y como parte de “un truco de los poderes ocultos”. ”La economía y la política son dos caras de un deseo: la estabilidad”, promulgó.
Preguntado sobre su estrategia para alcanzar el Ejecutivo, el político gallego se presentó como un propiciador para que España abandone “años de conflicto y de trincheras”. Evitó responder directamente sobre la comodidad que le genera pactar con Vox, pero puso de relieve que el partido de extrema derecha erosiona la cosecha de votos del PP: “A quien más perjudica es al centro-derecha”, dijo. Por ello, Feijóo parte con el objetivo de captar “un 16% o un 17%” del electorado de Vox, una ganancia que le serviría de palanca, sostiene, para alcanzar La Moncloa. “No vengo a hacer oposición, en España sobra oposición y falta alternativa”, sentenció.
En el entorno del líder del PP subrayan el carácter “simbólico” de la visita de Feijóo a Barcelona, su primera salida como jefe de los conservadores fuera de Madrid y de Galicia. El equipo del barón gallego incide en la “acreditada sensibilidad territorial” de Feijóo como uno de los puntos fuertes que puede “dar un plus a la marca PP en Cataluña”, en horas muy bajas. Los populares tienen solo tres escaños en el Parlament y apenas el 3,8% de los votos.
Feijóo lleva a gala su identidad gallega y la reivindicación de la lengua propia, algo que en ocasiones ha despertado recelos en su propio partido. En el congreso en el que fue elegido, en Sevilla, el nuevo líder del PP habló en gallego en uno de los discursos principales y algunos dirigentes consideraron en privado que aquel no era el foro para hacerlo ni un discurso ganador en la derecha española. Él, sin embargo, defiende que la lengua gallega está en su ADN político y no va a dejar de reivindicarla.
Su propuesta territorial, esbozada en Barcelona este viernes, apuesta por la defensa de una España de las autonomías que preserve “la identidad política, cultural y lingüística de los territorios”. El hándicap del PP en la credibilidad de ese discurso, no obstante, es que su socio potencial, Vox, es un partido netamente centralista que no cree en el Estado de las autonomías. El PP y Vox han formado ya su primer Gobierno de coalición en Castilla y León.
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