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La Guardia Civil investiga una mezcla del ADN de Esther López con el del principal sospechoso y una tercera persona

El rastro genético revuelto de tres personas fue hallado en una zona “poco habitual”: el maletero del coche de Óscar S.

Autopsia Esther Lopez
Un ramo de flores recordaba el 7 de febrero el lugar donde fue hallado el cadáver de Esther López, dos días antes.Nacho Gallego (EFE)
Juan Navarro

Uno de los ejes de la investigación de la muerte de Esther López en Traspinedo (Valladolid) se encuentra en un maletero. El rastreo del coche de Óscar S., amigo de la víctima y principal sospechoso, permitió dar con una muestra de material genético de estas dos personas mezclado con el de un desconocido, en cuya identificación trabaja ahora la Guardia Civil. El sumario abierto por la muerte de la vallisoletana, cuyo cadáver fue hallado en una cuneta el 5 de febrero, revela que los investigadores recogieron “en la boca del maletero” del Volkswagen T-Roc de Óscar un rastro biológico de Esther “en mezcla con el del investigado y al menos un tercer contribuyente”. La Guardia Civil considera necesario profundizar en este hallazgo hecho “en un lugar tan poco habitual” como el arcón del automóvil, a fin de averiguar cómo llegó hasta allí ese ADN, si hay más en el coche y, sobre todo, quién es esa tercera persona cuya huella genética se mezcló con la de Esther y Óscar.

La Guardia Civil ha identificado en sus informes la muestra con el cruce de rastros biológicos como “mezcla 8″. En ella han sido identificados, sin ningún género de duda, el ADN de la fallecida y el de Óscar S, pero también el de un desconocido. En esa muestra hallada en el maletero hay “una mezcla de perfiles genéticos de al menos tres personas”. “Su hallazgo en un lugar tan poco habitual exige profundizar en el estudio de ese maletero y el resto del vehículo”, escribía el instituto armado en un informe fechado el 4 de abril. Los investigadores, de hecho, volvieron sobre sus pasos y tomaron más muestras del automóvil el 8 de abril.

La muestra mezclada ya ha sido comparada con otras extraídas directamente del cuerpo de la propia Esther López y con el cedido por los tres investigados. Uno de ellos es Óscar S., que declaró el lunes ante la jueza que instruye el caso en Valladolid; mientras que los otros dos son Ramón G., un hombre que fue detenido durante seis días al principio de las labores policiales, pero sobre el que aparentemente se han alejado las sospechas con el avance de las investigaciones, y Carlos G., amigo también de la víctima y que pasó con Óscar y Esther la última noche en la que esta fue vista con vida.

Los responsables del caso también han analizado el vehículo para constatar si “ha estado implicado en algún tipo de accidente o atropello compatible con el que ha podido sufrir la víctima”. Su estudio ha permitido cuestionar los argumentos del sospechoso, que negó unos desplazamientos que la tecnología del coche ha evidenciado. Además, ha revelado unas llamadas a un número de teléfono antiguo de Esther López muchos minutos después de, supuestamente, haber discutido con ella y de que esta se bajara en una carretera que lleva al pueblo vallisoletano, a unos 300 metros de donde finalmente fue hallado su cadáver, en un escenario del crimen que los investigadores creen que “pudo haber sido modificado o simulado”.

El informe de la Guardia Civil ha debilitado con las geolocalizaciones de los móviles de Esther y Óscar la versión de este, que sostenía que dejó de estar con la mujer, de 35 años, media hora antes de que su teléfono fuese situado por los postes repetidores de telefonía cerca de la vivienda de Óscar en Traspinedo.

Óscar S. también fue grabado por las cámaras de seguridad de una gasolinera vallisoletana en la tarde del 13 de enero, unas 12 horas después de que las antenas telefónicas situaran a víctima y sospechoso cerca de la casa familiar del hombre. El hombre lavó minuciosamente su coche durante un cuarto de hora en un túnel de lavado. El investigado, que aquella madrugada del 12 al 13 de enero (fecha de la muerte) puso su teléfono en modo avión en varias ocasiones para no dejar pruebas de su actividad, también trató de “ocultar un nuevo desplazamiento a Traspinedo” desde Valladolid al dejar su teléfono encendido en la capital.

Pero, de nuevo, la tecnología de comunicaciones del coche lo sitúa en la vivienda donde, aparentemente, 18 horas antes había estado en compañía de la mujer. Así, el hombre intentó disimular “subrepticiamente” su desplazamiento desde la ciudad a su pueblo, creen los investigadores. La jueza lo mantuvo el lunes en libertad, aunque en calidad de investigado por la muerte de Esther López. Los avances policiales revelarán si este amigo de la víctima está implicado con lo ocurrido con la vallisoletana.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.

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