Yolanda Díaz: desembarco en Madrid con el corazón en Galicia
Los periodistas Manuel Sánchez y Alexis Romero narran en una biografía la trayectoria de la vicepresidenta, desde el activismo a La Moncloa. Este es un extracto de uno de sus capítulos
La coalición electoral entre la Anova de Beiras y la Esquerda Unida de Yolanda Díaz fue un éxito sin precedentes en Galicia. Alternativa Galega de Esquerda logró ser la tercera fuerza política en el Parlamento autonómico con nueve diputados, solo por detrás del PP y del PSdeG. Después de décadas de dominio institucional y electoral del BNG en el territorio, AGE lograba desbancar a los independentistas, que pasaron a ser la cuarta fuerza política de Galicia y la segunda en el espacio de la denominada izquierda alternativa.
[...] En la campaña destacó un asesor enviado por IU desde Madrid para ayudar en el proceso electoral y que empleó aquellos meses en empaparse de la cultura política de la izquierda gallega y del histórico pacto entre EU y Anova. No era otro que Pablo Iglesias. El politólogo conocía a Díaz desde hacía tiempo, pero fue en aquel momento cuando ambos unieron sus destinos y se pusieron a trabajar codo con codo por un mismo objetivo.
Metidos en el Golf de la líder de Esquerda Unida (el mismo coche que conserva en la actualidad la vicepresidenta), ambos recorrieron Galicia de punta a punta [...] Iglesias tenía ya una idea para que no solo Galicia, sino “toda España” conociese a la candidata. La imagen de Díaz llegando con su hija al cónclave en el que la dirección de EU validó el acuerdo con Anova no había pasado desapercibida para él. Una mujer joven, líder de su espacio político, que acudía a trabajar con su hija recién nacida en brazos era puro simbolismo, carne de literatura y de atención mediática. Como experto en comunicación política, Iglesias no dejó pasar la oportunidad y le hizo una propuesta a la dirigente: convertir la foto con su hija en cartel electoral. Díaz se negó en redondo, pero el entonces asesor no iba a darse por vencido al primer intento fallido y le pidió hablar con su pareja y padre de la niña, Juan Andrés Meizoso, para comentarle la idea. “La niña no saldrá en un cartel electoral, incluso aunque lo quiera su madre”, le vino a responder Meizoso, por lo que Iglesias descartó de manera definitiva esta opción.
Tras entrar en el Parlamento gallego, Díaz fue designada como coportavoz del grupo de Alternativa Galega de Esquerda, una posición desde la que incrementó su popularidad entre la ciudadanía a raíz de los intensos cara a cara que mantenía con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. “A los periodistas les encantaban esos debates, no se perdían uno. Yolanda y Beiras le apretaron mucho las tuercas a Feijóo, que en ese momento tenía encima la polémica de las fotos con el narcotraficante Marcial Dorado en un yate”, recuerda el doctor José García Buitrón, amigo de la vicepresidenta.
[...] Los que vivieron en primera persona esa etapa aseguran que fue entonces cuando dio el salto cualitativo que la proyectó a la escena pública y, de alguna manera, puso las primeras baldosas en el camino que ha recorrido hasta la actualidad. Díaz se había hecho visible, había sacado la cabeza y ya no podría dar marcha atrás en su viaje hacia la Moncloa. Pero eso ella todavía no lo sabía.
[...] Como ya le sucedió a la coalición que protagonizó con los socialistas de Ferrol, el final de AGE (reconvertida en En Marea) fue enormemente amargo y la luna de miel entre Díaz y Beiras, entre Esquerda Unida y Anova, terminó en un doloroso divorcio. En 2016, IU y Podemos apostaron por que el candidato de En Marea a las elecciones autonómicas de Galicia no fuera Beiras, sino un candidato independiente [...] Un año después de las elecciones, durante una entrevista, Beiras dedicó unas duras palabras contra la actual vicepresidenta: “Ella fue la primera persona que me traicionó”.
En el entorno más cercano de la vicepresidenta también hay personas que advierten de que el modelo de AGE no es el mejor para replicar en el ámbito estatal, precisamente por cómo fue su final y porque la ansiada unidad de la izquierda gallega terminó sucumbiendo ante la propia competencia partidista y los conflictos internos, que acabaron por dinamitar el espacio político. Sin embargo, además de una escuela política imprescindible para forjarse como líder y reforzar su proyección pública, En Marea (nombre que adoptó AGE tras aliarse con Podemos y con las denominadas mareas sociales, que habían tenido un éxito importante en las elecciones municipales de 2015 en Galicia) fue la plataforma que llevó a Yolanda Díaz a Madrid.
Hicieron falta muchas llamadas y conversaciones para que la política gallega abandonase su tierra natal y accediese a ser parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Que Díaz se hace de rogar es una opinión ampliamente compartida en su entorno [...]
En esa corta vida del grupo de En Marea en el Congreso, Díaz protagonizó importantes momentos que iban a marcar su vida política. Antes, en la campaña de las generales de 2015, había tenido su primera discrepancia con el candidato de Izquierda Unida a la Moncloa, Alberto Garzón, y con la dirección de la coalición. Con la conformación de AGE, le había cogido el gusto a eso de fusionarse, mezclarse y coaligarse con distintas fuerzas y corrientes políticas. “El aprendizaje en Galicia es crucial para ella; esto poca gente lo sabe, pero antes era una ortodoxa, una persona del partido que respetaba muchísimo la disciplina y al aparato. AGE cambia para siempre a Yolanda, que ahora abraza la heterodoxia sin miramientos y con convicción”, comenta una de las personas más allegadas a la vicepresidenta.
[...] Tras la ruptura entre Iglesias y Garzón, el líder de Izquierda Unida dejó en el aire incluso las alianzas en estos territorios [Galicia y Cataluña]. La coordinadora de Esquerda Unida decidió entonces asegurar su proyecto, blindar En Marea y evitar cualquier eventual injerencia en Galicia de la dirección federal de IU. Si Podemos e Izquierda Unida no iban a concurrir juntas a las generales, ella sí que lo haría en la circunscripción gallega. Y acertó. Las candidaturas de las federaciones de Izquierda Unida en Galicia y en Cataluña (con Podemos) fueron un éxito [...] Se inició así un distanciamiento que terminaría con la salida de la dirigente gallega del partido en 2019, dándose de baja como militante de Izquierda Unida después de que el coordinador federal abogase por no entrar a un Gobierno de coalición con el PSOE.
[...] Era habitual que Iglesias consultara con ella cuestiones importantes que no solo atañían al funcionamiento del grupo parlamentario, sino a decisiones políticas de primer orden. Que el líder del espacio confederal tuviera en una diputada gallega de En Marea, ajena a la formación que dirigía, a uno de sus principales apoyos políticos, y que además mantuviera una gran amistad con ella, le valió a Díaz el apelativo de “la chica de Pablo (Iglesias)” entre algunos sectores del grupo de Unidos Podemos. Nadie sabe si por aquel entonces Iglesias ya pensaba en ella como su relevo.
[...] Su crecimiento político choca frontalmente en esta etapa con su vida personal
[...] La distancia con su hija Carmela le pasa factura y la erosiona, tanto que en su entorno cuentan con sorpresa y preocupación las “salvajadas” que Díaz hacía para pasar con ella algún tiempo más que el que le permitía su actividad política. Muchos días, cuando terminaba su jornada en el Congreso, se iba directamente al aeropuerto, sobre las ocho de la tarde, cogía un avión y se plantaba en Santiago. Desde allí, bien entrada la noche, se iba en coche a su Ferrol natal, a su casa, y se acostaba al lado de Carmela para dormir un confortable pero ligero sueño, porque pocas horas después tenía que estar en Santiago para coger un vuelo de vuelta a Madrid que le permitiera llegar por la mañana al Congreso de los Diputados para comenzar otra jornada parlamentaria.
Día tras día, durante años, Díaz convirtió esta práctica en una rutina en su vida, despertando la preocupación de sus compañeros y amigos, que, aunque sabían de su fortaleza y determinación, eran conscientes de que aquello podía terminar afectando a su salud y del desgaste físico que suponía. Díaz se resistía a dejar Galicia y a asumir que su futuro político estaba en Madrid. A día de hoy, aunque su pareja y su hija viven con ella en la capital, todavía le cuesta.
Yolanda Díaz, la dama roja (Ediciones B) saldrá a la venta el 13 de abril.
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