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Feijóo abre la puerta a negociar la renovación del Poder Judicial

El barón gallego enmienda la etapa de Casado en el PP

Elsa García de Blas
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, preside la reunión del Consello de la Xunta de Galicia, en Ourense este jueves.
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, preside la reunión del Consello de la Xunta de Galicia, en Ourense este jueves.Rosa Veiga - Europa Press (Europa Press)

Alberto Núñez Feijóo se presenta a la presidencia del PP con un nuevo estilo que se distancia del de su predecesor, Pablo Casado. En el anuncio de su candidatura, el miércoles en Santiago de Compostela, Feijóo explicó que pretende llevar a cabo una política “madura, seria y con sentido de Estado”, alejada de eslóganes y tuits, y tras esa declaración de intenciones empieza a dar pinceladas de cómo cambiará el PP si resulta elegido como líder de los conservadores en el congreso extraordinario de su partido, el 1 y 2 de abril en Sevilla. Una de las primeras novedades es su disposición a llegar a pactos de Estado con el PSOE. “Si Pedro Sánchez es capaz de pactar en su Gobierno y de ofrecer a la oposición estos pactos, pues evidentemente el PP estará sentado, cómo no, y será el último en levantarse para intentar pactar algunas cosas que son muy importantes para nuestro país”, defendió este jueves Feijóo. Eso incluye abrir la puerta a negociar el pacto del Consejo General del Poder Judicial, que el PP de Pablo Casado bloqueó durante más de tres años con una exigencia de cambio del método de elección de los vocales.

En sus declaraciones públicas después de confirmar su intención de liderar el PP, Feijóo no se ha referido específicamente al Poder Judicial, pero sí se ha abierto a los acuerdos con el Gobierno de coalición siempre que estos sean “constitucionales”, “europeístas” y “atlantistas”, precisó en una entrevista en la Cope. “Si es para proteger los principios constitucionales en nuestro país, si son pactos europeístas, atlantistas; es evidente que tenemos la obligación de escuchar, estudiar y reflexionar y de responder a estas propuestas”, sostuvo el presidente gallego.

Fuentes del equipo de Feijóo confirman que el presidente gallego “no ha descartado ningún acuerdo”, incluido el del Poder Judicial, y que está “dispuesto a negociar la política de Estado”. El pacto del CGPJ es un mandato constitucional. El reproche permanente del Gobierno al PP durante este tiempo se ha fundamentado en que los populares estaban incumpliendo la Constitución al no renovar el órgano de gobierno de los jueces. El artículo 122.3 de la Ley Fundamental establece que ocho de los 20 los vocales del CGPJ se eligen por mayoría de tres quintos de las Cortes, lo que obliga a un acuerdo entre los dos partidos mayoritarios, esto es, el PP y el PSOE.

Sin embargo, es pronto para saber en qué condiciones el nuevo PP negociaría con el Gobierno la renovación del Poder Judicial. El todavía líder popular, Pablo Casado —lo es hasta el congreso extraordinario— exigió al Ejecutivo en el último periodo una modificación de la ley para que los vocales del CGPJ fueran elegidos íntegramente por los jueces, en lugar del sistema mixto de elección vigente. En el entorno del barón gallego no ofrecen todavía más detalles sobre su voluntad de negociar este acuerdo. En todo caso, la negociación no se abriría hasta después del 2 de abril, cuando los populares aprobarán el nombramiento del nuevo presidente.

La disposición de Feijóo a los acuerdos con el PSOE apunta a un posible nuevo enfoque de oposición de los conservadores, menos frentista, aunque el aspirante a la presidencia del PP no ha descendido a lo concreto con el argumento de que ni siquiera es todavía candidato a liderar el PP. A pesar de que ya ha anunciado su intención de postularse, el presidente gallego aún debe presentar los 100 avales para ser confirmado como candidato, y va esbozando a cuentagotas las líneas de su proyecto político.

La declaración de intenciones de Feijóo podría iniciar el deshielo entre el PP y el PSOE, que arrastran una pésima relación durante estos últimos años, en los que prácticamente los puentes estaban rotos entre ambos. Pablo Casado también afirmaba que no se oponía a los pactos de Estado, y ofreció varios al PSOE, pero en la práctica, durante su etapa como líder el PP apenas alcanzó acuerdos de calado con el Gobierno de Pedro Sánchez. La evidencia más clara de esa falta de entendimiento ha sido el bloqueo durante años en la renovación del Poder Judicial.

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Feijóo sí está dejando caer en sus primeras intervenciones como aspirante a liderar el PP que apuesta por una política alejada del frentismo. En el discurso en el que anunció su candidatura el miércoles en Santiago, prometió representar una política con sentido de Estado. Este jueves sugirió que ya está influyendo en la posición del partido, en esta etapa de transición, ante la guerra en Ucrania. El apoyo al Ejecutivo ante el conflicto bélico que brindó el miércoles la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, es “el primer mensaje al Gobierno actual”, apuntó Feijóo.

El barón gallego enmienda la etapa de Casado en el PP

La disposición a los acuerdos de Estado con el PSOE es uno de los aspectos en los que Alberto Núñez Feijóo se está distanciando de cómo gestionó Pablo Casado el PP. Pero no es el único. Desde que ha dado el paso para liderar el partido, el barón gallego está enmendando varios rasgos de la etapa de Casado.

El modelo de partido: autonomía de las comunidades frente a la imposición de Génova. Feijóo definió este jueves como “error” la forma “poco ortodoxa y precipitada” en la que la dirección nacional de Casado dirigía la relación con los líderes territoriales. “Tenemos una estructura autonómica a la que el partido debe aceptar y no menoscabar. Hubo una serie de decisiones en los últimos años de interferencias y desconsideraciones hacia muchos líderes del PP que, sumadas a las últimas con el PP de Madrid, han producido una implosión que nos ha llevado a esta situación de desconfianza y falta de unidad”, reflexionó. Se refería a las permanentes tensiones de Génova con los barones por la ofensiva que Casado y Teodoro García Egea emprendieron para controlar la estructura territorial. Él pretende conceder más autonomía a los barones.

Una política sin insultos. “No vengo aquí a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganar a Pedro Sánchez”, dijo Feijóo el miércoles en Santiago. Casado llegó a encadenar de una tacada 19 insultos al presidente del Gobierno al poco de llegar a la presidencia del PP. Feijóo también sostiene que pretende liderar el PP con un estilo serio y maduro, alejado de la precipitación. “No soy un político de manual. Ni uno con un par de tuits y una tertulia al día”.

Un líder con experiencia de gestión y un equipo solvente. “Creo que los políticos tienen que tener experiencia en gestión. No se puede llegar al Gobierno a aprender. Y no se puede llegar al Gobierno sin tener ninguna experiencia de gestión previa. Y si no se puede, tienes que tener un excelente equipo y una mayoría muy sólida que te arrope”, defiende Feijóo. A pesar de su larga carrera política (empezó en las Nuevas Generaciones del PP), Casado no había tenido experiencia de gestión. Las críticas de los barones a la falta de solvencia de su equipo eran frecuentes. El barón gallego pretende rodearse de veteranos con currículum.

Distancia con Vox. “Yo no comparto el discurso de Vox”, afirma Feijóo. “El PP nunca ha sido un partido populista que cuestiona las instituciones de nuestro país”, apostilla. El líder gallego ha marcado distancias con Vox, pero evita precisar si cree que el PP debe llegar o no a acuerdos con la extrema derecha. En el Gobierno de Castilla y León ha dado manos libres a Alfonso Fernández Mañueco, mientras Casado se oponía a la posibilidad de gobernar en coalición con Vox. Esta fue su última decisión antes de que estallara el conflicto con Isabel Díaz Ayuso por el que fue derrocado.

Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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