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Los españoles en Ucrania tratan de escapar del horror de la guerra

Unos 200 nacionales permanecen todavía en el país tras la evacuación de los primeros residentes

Roger Carles (izquierda) en videollamada desde su casa de Kiev y Carla San Andrés, en 2021, en Leópolis (Ucrania).
Roger Carles (izquierda) en videollamada desde su casa de Kiev y Carla San Andrés, en 2021, en Leópolis (Ucrania).

Roger Carles, de 30 años, se enteró a las seis de la mañana de este jueves de que Rusia había empezado a atacar Ucrania. Tras levantarse, vio a su suegra pegada a la televisión, en la que se anunciaba la peor de las noticias: “Guerra”. Nacido en Barcelona, reside en Kiev desde 2019 con su esposa, de nacionalidad ucrania. “El miedo más grande es sobre si esto puede desembocar en caos en Kiev y pueda poner en riesgo la vida de mi mujer, embarazada, y la de mi familia”, explica Carles. “Tendremos que tomar una decisión final acerca de si tomamos la evacuación final de mañana”, añade, por videollamada, tres horas antes de que empiece el toque de queda ordenado por el Gobierno de Zelenski.

A diferencia de otros españoles que desde este jueves intentan abandonar el país asistidos por la Embajada española, Carles y su pareja decidieron al principio permanecer en su domicilio de Kiev porque no querían dejar a su suegra y a su cuñada atrás. Además, desconfiaban de un viaje largo por carretera —puesto que el tráfico aéreo está cortado—, y más teniendo en cuenta que ella está embarazada de siete meses.

“El miedo más grande es sobre si esto puede desembocar en caos en Kiev y pueda poner en riesgo la vida de mi mujer, embarazada”
Carles Roger, residente en Kiev

Unos 200 españoles permanecen aún este viernes en Ucrania (en el consulado estaban inscritos 436, pero más dos centenares han salido del país en los últimos días), según datos de las autoridades españolas. Exteriores acelera los trámites para su repatriación, previsiblemente a través de la frontera con Polonia. “Lo que les puedo garantizar es que el Gobierno de España, en colaboración con nuestros socios europeos, va a prestar la ayuda necesaria a los ciudadanos españoles que aún permanecen en Ucrania”, subrayó este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia en La Moncloa.

Tras los primeros momentos de nerviosismo, Carles y su esposa salieron de casa para hacer acopio de víveres y agua antes de que “todo colapsara”. Ahora cargan baterías de los móviles, tapian ventanas y están en constante contacto con la embajada. Tras el avance de las tropas rusas, si este viernes consiguen que su familia pueda y quiera viajar con ellos, tomarán el convoy facilitado por la embajada que intente el camino de vuelta a España.

“Esta noche cogeré un autobús a Varsovia [Polonia]. No sé cómo me irá en la frontera, pero bueno…” afirma Carla San Andrés, por teléfono. De 22 años, estudia Gestión Cultural en la Universidad de Leópolis, una ciudad situada en el oeste de Ucrania de más de 700.000 habitantes, a menos de 100 kilómetros del límite con el país polaco. Esta madrileña aterrizó en Ucrania también en 2019 para, en su caso, hacer un voluntariado europeo, y se quedó a vivir allí al llegar la pandemia. Cuenta con cierto nerviosismo que en la anoche de este miércoles se fue a dormir “tranquila”, sin imaginar nada parecido a lo que ocurriría después. A pesar de que San Andrés considera que su ciudad “es segura” —al estar lejos de las tropas rusas—, la universidad ha cancelado las clases y ha enviado un mapa con refugios antiaéreos a todos los alumnos.

Las tiendas de Leópolis están cerradas y, como describe San Andrés, se nota cierta “tensión” en la calle: “Hay muchas colas de gente intentando sacar dinero, yendo a la farmacia…”. Desde que se enteró de la invasión rusa, su intención ha sido volver a España. Su plan ahora es llegar a Polonia, desde donde reservó un vuelo que ha sido cancelado. “Mi madre estaba tranquila hasta que esta mañana me ha llamado llorando y me ha dicho: ‘Vente”. Los miedos de San Andrés se centran ahora en sus allegados: “Estoy bastante preocupada por los amigos que tengo aquí, por mi pareja [que también reside en Leópolis], por la gente ucraniana, por Ucrania… Es todo muy loco”.

Residentes en Kiev tratan de abandonar la ciudad.Foto: LUIS DE VEGA | Vídeo: EPV

Julio Suárez, de 62 años, regenta una empresa mayorista de alimentos españoles que, desde 2012, cuenta con una oficina en Jerson (Ucrania), una de las ciudades atacadas este jueves por las fuerzas rusas. “Hasta ayer mismo [por este miércoles] hemos estado trabajando en un proyecto importante, viendo las instalaciones para una empresa, sin tener ni idea de que iba a pasar esto hoy [por este jueves]. Y, esta mañana, de madrugada, me llama mi hijo y me dice que están siendo invadidos y que ya se escuchan explosiones y temblores”, explica preocupado por teléfono. Él está en Alicante, pero su hijo y los otros tres empleados de la empresa asentados allí siguen en Jerson, sin poder salir por ninguna de las vías que habían previsto.

“Es inviable. Habíamos pensado que fueran en coche hasta Moldavia, a través de Odesa, pero Odesa también está siendo atacada, así que no se puede. A través del aeropuerto de Jerson también es imposible, porque intentamos coger un vuelo a Turquía, pero el aeropuerto ya ha sido bombardeado y no está en funcionamiento”, lamenta Suárez.

Su hijo, que prefiere no hablar por el miedo que le provoca la situación, nació en Ucrania, pero tiene su residencia en España y está intentando volver por todos los medios. Los vídeos que ha ido grabando a lo largo de la jornada muestran un escenario poco halagüeño: tanques en la carretera, una columna de humo negro saliendo del aeropuerto de la localidad, hileras de coches haciendo cola en cada gasolinera y decenas de personas esperando para sacar dinero en algún cajero, la mayoría inutilizados. “Hay nerviosismo, hay miedo y, sobre todo, hay caos”, resume su padre de las conversaciones con él.

Julio Suárez, a la derecha, junto al director comercial de La Hoguera, en el World Food Ukraine, en 2016.
Julio Suárez, a la derecha, junto al director comercial de La Hoguera, en el World Food Ukraine, en 2016.CEDIDA


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