30 años del asesinato de Manuel Broseta, “el escuchador”
El que fuera consejero de Estado y catedrático de Derecho Mercantil fue asesinado por ETA de un tiro en la nuca en Valencia. Su hijo Pablo y el presidente valenciano, Ximo Puig, recuerdan su figura
Manuel Broseta explicó a su familia que renunciaba a llevar escolta policial porque no podía imaginarse su vida si en un atentado morían dos funcionarios públicos cuya labor era protegerlo y él salía ileso. Tampoco pensaba que pudiera ser un objetivo, ni quería vivir con miedo, ni consideraba la escolta una solución. Lo recordaba este viernes Pablo, uno de sus tres hijos, al rememorar la figura de su padre, que murió tal día como este 15 de enero de hace 30 años.
El catedrático de Derecho Mercantil, que fuera miembro del consejo de Estado, senador, secretario de Estado para las Comunidades Autónomas de la UCD (Unión de Centro Democrático) y presidente de la antifranquista Junta Democrática del País Valenciano, fue asesinado por un comando de ETA en Valencia a las 10.20 de la mañana, de un tiro en la nuca. Acababa de impartir clase y cruzaba la avenida Blasco Ibáñez del campus universitario. Tenía 60 años.
La Generalitat le rindió este viernes un homenaje en forma de diálogo entre Pablo y el presidente valenciano, Ximo Puig. Broseta fue un político clave en la Transición y una persona muy conocida en la sociedad valenciana, pero sobre todo fue “un profundo escuchador”, según afirmó su hijo. “No podía concebir no llegar a un acuerdo, a un consenso, a una negociación. Antes de dictar sentencia, lo que hacía es escuchar y, en segundo lugar, ponerse siempre al otro lado de la mesa”, agregó en el solemne Saló de Corts del gótico Palau de la Generalitat. La asociación de amigos y la fundación que llevan el nombre del político y académico se han encargado de mantener vivo el nombre de Broseta, nacido en la población alicantina de Banyeres.
Una columna señala el lugar donde cayó muerto, junto a unos jardines, frente al edificio que albergaba la facultad de Derecho en 1992
Ximo Puig tenía 33 años entonces. Trabajaba con el entonces presidente valenciano Joan Lerma, también socialista. “Me lo comunicó Lerma. Eran tiempos que afortunadamente no sabemos cómo calibrarlos hoy. Cuando te levantabas por la mañana, un día sí y un día no, con el informativo de la mañana que se abría con un atentado. Ahora vemos lo que pasa con la pandemia y a veces nos insensibilizamos. En el caso del terrorismo era mucho más grave porque era un asesinato con todo el drama que eso significa. En la sociedad valenciana tuvo un impacto extraordinario. Los asesinos sabían a quién asesinaban”, comentó Puig.
Ante las imágenes del telediario de cuerpos tendidos en el suelo con un tiro o los destrozos de los coches bomba, Pablo le preguntó a su padre si no se solucionaría todo rápidamente matando a todos los terroristas: “Entonces me mira a los ojos y me hace la siguiente reflexión: si hiciéramos eso, seríamos como ellos y así nunca terminaríamos con esto”.
Broseta y Puig reivindicaron el espíritu negociador y de responsabilidad del catedrático para superar la actual polarización del panorama político. Ambos coincidieron también en la importancia de mantener vivo el relato de aquella época a través de la educación. ETA dejó de matar hace poco más de 10 años. En 2018 disolvió sus estructuras.
Traicionar la memoria
En este sentido, el presidente valenciano, que gobierna en coalición con Compromís y Unides Podem, manifestó: “La huella de lo que ha significado el terrorismo debe estar muy presente. Si no, traicionaríamos la memoria de quienes fueron asesinados y nuestra propia dignidad. Esa ensoñación de que ETA nació para acabar con el franquismo fue un inmenso error. ETA luchó más contra la democracia que contra el franquismo. Hay que conocer la historia”.
Broseta abogó por comunicar bien el relato de lo que sucedió con ETA y en especial que se incluya en el currículum escolar para que “la historia no se reescriba”. También defendió que las asociaciones de víctimas sean un “interlocutor válido”. Echó entonces un capote a su interlocutor, al destacar que las víctimas se sienten “muy arropadas en la Comunidad Valenciana”, al tiempo que lanzaba un dardo al Gobierno de Pedro Sánchez, por apoyarse “en separatistas, independentistas y partidos claramente opuestos al régimen del 78″.
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